2022 está decidido a recordarnos una de las deudas pendientes de la Real Academia Española. Han pasado 45 años de la muerte de Agatha Christie y todavía no tenemos en nuestro diccionario una palabra que capture la esencia del género que la escritora inmortalizó en obras como Diez negritos y Asesinato en el Orient Express: el whodunit (quiénlohizo). Las historias centradas en la resolución de asesinatos vuelven a estar de moda y durante los próximos meses llegarán Muerte en el Nilo y la secuela de Puñales por la espalda. La encargada de abrir fuego es una serie de Apple TV+ que reescribe a su antojo las estrictas reglas del género para crear un divertido y original pastiche de géneros que nos recuerda por qué Chris Miller y Phil Lord son dos de las voces más personales del cine para todos los públicos en la última década.
La pareja de directores, guionistas y productores (según el proyecto van cambiando de funciones) dio un puñetazo sobre la mesa con Lluvia de albóndigas, una película de animación que presentaba el ADN de un estilo que se refinaría durante la próxima década: humor excéntrico, un cuidado desarrollo de personajes, escenarios imaginativos y un sinfín guiños cinéfilos. Con La LEGO película, Los Mitchell contra las máquinas y Spider-Man: Un nuevo universo (la mejor película sobre el héroe arácnido) llevaron la animación a nuevos y refrescantes derroteros. En su salto a las historias de carne y hueso con Infiltrados en clase (y su estupenda secuela, una de las pocas secuelas cómicas a la altura del original) experimentaron de forma ingeniosa y arrolladora con una mezcla de géneros con el que sembraron unas semillas que recogen ahora con su serie para Apple.
Una reunión de antiguos alumnos de un instituto acaba en tragedia cuando uno de ellos aparece muerto tras caer al vacío en la mansión en la que los viejos amigos celebran una fiesta privada a la que solo asisten unos elegidos. Los invitados rápidamente pasan a ser los principales sospechosos del asesinato del anfitrión, Xavier, un excompañero de clase que se ha convertido en una insufrible superestrella de la música en los 15 años que han pasado desde que abandonaron las clases.
Todos los sospechosos tienen la oportunidad de reconstruir la accidentada noche y su conexión con el muerto. Cada episodio de The Afterparty se centra en la perspectiva de un sospechoso y está contado usando las reglas de un género cinematográfico diferente, en función de cómo ve su propia vida el personaje en cuestión. Este recurso narrativo es el gran diferencial del formato de Miller y Lord, además de una declaración de intenciones: la serie busca hacer reír al espectador, pero sin convertir nunca a este whodunit en una sátira de esos géneros o de sus propios personajes.
El primer episodio es una comedia romántica: Aniq, el primer sospechoso del crimen, acudió a la reunión de viejos alumnos con la esperanza de conquistar a su primer amor. El siguiente es una película de acción y, como toda película de acción que se precie, incluye una persecución y una pelea. Cada capítulo sigue los códigos del género y hasta la fotografía de la producción se adapta a cada relato y personaje. Para la exalumna que se sintió señalada en su experiencia en el instituto, su punto de vista es un thriller psicológico que recuerda al cine de los años 70. Para otro de sus compañeros, sin embargo, el musical es el género que mejor se adapta para transmitir los aires de grandeza y su naturaleza delirante.
Miller (creador en solitario de la serie y director de todos sus episodios) se compromete tanto con el material que encargó la composición de tres canciones originales (y sus correspondientes coreografías y puestas en escena) inspiradas en fenómenos de Broadway como Dear Evan Hansen y Hamilton. Si en la influyente obra de Lin-Manuel Miranda el protagonista se lamenta de que solo tiene una oportunidad para hacer las cosas bien, el gañán interpretado por un hilarante Ben Schwartz (recuperando el espíritu de Jean-Ralphio, su cargante personaje recurrente en Parks & Recreation) celebra que él tiene dos. Apunten esta canción: Yeah, sure, whatever. Debería ser el material de los sueños virales del community manager de la plataforma.
No han pasado dos minutos del primer episodio de The Afterparty cuando conocemos al Hercules Pairot de Lord y Miller: la detective Tanner, una atípica agente de policía que quiere resolver el crimen antes de que llegue su superior. La elección de Tiffany Haddish para ser la guía del espectador en la búsqueda de pistas es el primer indicio de que no estamos ante una historia de misterio al uso.
La comedia Plan de chicas descubrió al mundo en 2017 la contagiosa vis cómica de una actriz y humorista, alguien capaz de convertir en memorable una aparentemente inofensiva anécdota protagonizada por Will Smith, Jada Pinkett, un pantano y un código Groupon. En manos de Haddish, Tanner no solo es la encargada de resolver el crimen, sino que hace las veces de la audiencia dentro del universo narrativo de la serie. La detective se entrega apasionadamente a cada giro, revelación y confesión de su investigación como si estuviera viendo un true crime en su casa.
La mayoría de sospechosos del crimen de Xavier parten de un estereotipo (el popular que nunca superará el instituto, la chica que todos quieren seducir, el friki, el empollón, el cretino de la clase, y la protagonista de un escándalo sexual). Hay una excepción memorable, un personaje que se convierte en chiste recurrente: Walt, el marginado de la clase que nadie parece recordar y que, a pesar de todo, nunca deja de intentar atraer la atención de sus compañeros. El talento para el humor físico y la expresividad facial de Jamie Demetriou (el desconcertante ligue de Fleabag) acaban protagonizando algunos de los momentos más divertidos de una serie que, en el fondo, está mucho más preocupada por sus personajes de lo que puede parecer a simple vista.
Miller y Lord aprovechan la estructura de la serie para hacer un retrato poliédrico de sus personajes y subrayan la importancia del punto de vista y la empatía. El episodio flashback que muestra la dinámica del grupo en el instituto revela que hasta Xavier, la víctima del asesinato, es más complejo que el cretino que dibujan desde el presente sus excompañeros de clase. Después de ver siete episodios (el último no se puso a disposición de la prensa), la conclusión que dan a entender sus responsables es que, en el fondo, no importa tanto la identidad del asesino.
The Afterparty es un nuevo tanto para Apple TV+, la plataforma de otras comedias memorables como Ted Lasso y Mythic Quest. Su primer gran estreno de 2022 quizás no llegue a la altura de las anteriores, pero es un encantador cóctel que mezcla las historias de Agatha Christie con el tono de Noche de juegos y la estructura narrativa de Rashomon. Una joya que no debería pasar desapercibida.
Los tres primeros episodios de 'The Afterparty' ya están disponibles en Apple TV+. El resto se irán estrenando semanalmente.
También te pueden interesar otras críticas...
• 'Ozark', la temporada 4 sigue el camino de Wendy Byrde como la Heisenberg de la serie
• ‘Pam & Tommy’, un acto de justicia con Pamela Anderson por el robo del vídeo sexual que la destruyó
• 'La Edad Dorada', una lujosa 'Downton Abbey' de la élite de Nueva York a finales del siglo XIX