Tras Mrs. Maisel, Barry y Succession ha llegado la hora de despedir a Ted Lasso. Quizá su final no entre en el panteón de los mejores de la historia, pero nos ha dicho adiós de la mejor forma que podía hacerlo: dándonos una última dosis de optimismo. Y eso es algo de lo que siempre le estaremos agradecidos a esta serie.
La ganadora de los dos últimos premios Emmy a mejor serie de comedia tiene este año en la serie de Amy Sherman-Palladino una gran competidora, porque la despedida de Mrs. Maisel tuvo ese aire de final perfecto que pocas series son capaces de conseguir y Ted Lasso no ha llegado a su cierre con el aura de imprescindible.
Nos referimos a que la crítica ha odiado esta entrega de la serie de Apple TV+. Desde el primer episodio han dicho que había perdido la magia y el rumbo, que no iba a ninguna parte, que los episodios eran muy largos, que había tramas de relleno... En resumen, y como titularon varios medios estadounidenses en algún momento de la temporada, que era "una gran decepción".
Pero si hubo algo que sacó de las casillas a los medios especializados fue el personaje de Nate, porque ha sido evidente que Ted Lasso no supo qué hacer con ese villano. Y en última instancia, su trama deja la sensación de que solo fue llevado al lado oscuro con la excusa de redimirlo y traerlo de vuelta.
El de Nate fue un arco poco satisfactorio porque, siendo la serie que es, su final no podía ser otro, lo que hace que el viaje parezca innecesario. Y, además de innecesario, fue incómodo, porque a pesar de que su conflicto es interesante, aquí no encaja del todo, porque es la serie que es. Con Rupert como villano definitivo y sin matices, no hacía falta otra representación de oscuridad.
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Pero sin duda lo que más molestó de toda esta trama fue que usaran a Jade, el personaje de la camarera del restaurante, como un mero instrumento en su viaje de redención.
Puede que a la crítica no le haya gustado mucho esta última entrega y que los premios no le den a la serie el cariño de otras ediciones, pero para los espectadores Ted Lasso ha seguido siendo el lugar feliz que nos acogió desde la pandemia. Y eso es lo más importante, porque las series son para el disfrute de los fans.
Y lo fans han disfrutado. A pesar de todos los posibles fallos narrativos que se le puedan atribuir a su última temporada -los cuales son válidos objetivamente- Ted Lasso ha continuado siendo el lugar al que queríamos volver cada miércoles, porque sabíamos que íbamos a encontrar un mundo utópico. Un mundo en el que los personajes encontrarían siempre el camino para ser la mejor versión de sí mismos.
Momentos como el miedo al rechazo de Colin acabó con Isaac en su puerta diciéndole que la razón de su enfado era que creyese que no podía confiar en él. El cariñoso e informal apoyo del vestidor ante lo que Colin pensaba sería una gran revelación. Cuando todo el equipo fue a ayudar a reparar el restaurante de Sam tras un ataque racista.
La amistad de Rebecca y Keeley, la de Roy y Jamie. Los jugadores viendo y comentando una comedia romántica o cantando y haciendo la coreografía de un musical. Que Bex, la asistente de Rupert y Rebecca trabajaran juntas para denunciarlo y ponerle fin a sus abusos. El discurso de las segundas oportunidades de Coach, Roy yendo a terapia, la ilusión de crear un equipo de fútbol femenino, la venta del equipo a los fans, porque Ted Lasso sabe que ellos (nosotros) son lo más importante...
El poder sanador de todas estas escenas se vio reflejado en las redes sociales cada semana en los mensajes de espectadores que reconocían haber reído, pero sobre todo, llorado, porque si hay algo que siempre supo hacer Ted Lasso fue conmovernos con la transgresora idea de que podemos ser buenas personas.
'Ted Lasso' está disponible en Apple TV+.