La misión Polaris Dawn de SpaceX realizó el jueves 12 de septiembre la primera caminata espacial privada con éxito. Es un hito histórico, sin duda, pero si la carrera espacial hubiera de haber continuado tras la llegada a la luna en 1969, habría llegado 30 años antes. Al menos, eso es lo que sugiere la serie Para toda la humanidad (For All Mankind).
Creada por Ronald D. Moore (Battlestar Galactica), está planteada como ucronía en la que la carrera espacial nunca terminó porque los primeros en llegar a la luna fueron los soviéticos.
Este es un cambio que lo transforma todo, porque al no aparecer en los anales con ese hito histórico, Estados Unidos se encargaría de mantener esos esfuerzos vivos destinando gran parte de su presupuesto en las décadas venideras a una inversión en desarrollo científico y tecnológico, en lugar de en armas y guerras.
Esto deriva en un sinfín de implicaciones políticas, militares, económicas y sociales, como la entrada inmediata de las mujeres en la carrera espacial (no en defensa de la igualdad, sino por conseguir ser los primeros en algo), algo que cambia radicalmente el rumbo de la serie y también de la Historia dentro de la ficción.
La serie explora todas estas implicaciones con gran acierto a través de sus temporadas, las cuales siempre empiezan con un montaje a lo Forrest Gun que muestra con supuestas imágenes de archivo lo que ha pasado a nivel sociopolítico y mundial en el período que ha pasado entre una y otra.
En esta realidad alternativa, por ejemplo, John Lennon sobrevive a un intento de asesinato, el príncipe Carlos se casa con Camilla Parker-Bowles en 1981, Estados Unidos tiene a su primera presidenta en 1992, y el calentamiento global se ha ralentizado debido al cambio de la humanidad de los combustibles fósiles a la fisión nuclear a lo largo de la década.
En lo que respecta a los avances de la exploración espacial privada, esta empieza a finales de los años 80, impulsada por un magnate multimillonario de la tecnología en 1987, con la inauguración del primer hotel en órbita a principios de los años 90, época en la que ya hay una colonia espacial en Marte. Este hotel, por cierto, se llama Polaris.
Todo esto hace de Para toda la humanidad una ucronía espacial fascinante, pero es además una serie emocionante, adictiva y muchas veces trepidante. Sus finales de temporada son de infarto.
Con cuatro temporadas emitidas, una quinta en camino y un spin-off en marcha, este es buen momento para descubrir la que, para muchos (me incluyo), es la mejor serie de ciencia ficción desde Battlestar Galactica.
'Para toda la humanidad' está disponible en Apple TV+.