1. En Langosta debes tener pareja. O monogamia o salvajismo.
2. Esto es literal: si cortas o enviudas y en 45 días no tienes un nuevo acompañante, las leyes te obligan a transformarte en un animal.
3. Estas son algunas de las normas: cuando te quedes sin pareja deberás ir a un hotel a ligar. Tienes 45 días para descubrir a tu media naranja.
4. Cada pareja debe tener un elemento característico común. Puede ser un tic en el ojo. Tal vez vuestro amor a los cantos gregorianos.
5. Si necesitas ganar algo de tiempo, puedes cazar a los solteros furtivos. Cada presa soltera que logres te dará dos días más en el resort.
6. Cuando encuentres pareja, si entráis en crisis en la relación se os asignarán hijos. “Eso suele ayudar”.
7. Y si escapas de ese hotel, podrás conocer a la resistencia rebelde: los solteros. Estos no están mucho mejor amueblados ahí arriba.
8. En el mundo de los solteros no puedes intimar con nadie. Se premia la soledad. Por eso, lo único que ellos bailan es música electrónica.
9. Lanthimos vuelve a desplegar su particular mundo utópico lleno de fiestas que parecen claustros, coreografías asperger y twerking sociópata.
10.Todo esto, claro, abre un terreno fértil para analizar el yin y el yang de la maritonormatividad hermética de ese mundo totalitarista no-tan-extraño.
11. Y con el díptico que forma esa realidad de ‘o soltero o casado’ nos hace plantearnos nuestra sumisión a ciertos estamentos, nuestro libre albedrío.
12. El de Canino sigue ahondando en el poder de la lingüística y del sometimiento a réplicas malogradas de estructuras de la sociedad humana.
13. También vuelve al hotel como no-lugar de pesadilla sensorial, como ya haría en Kineta, pero ahora con un mayor despliegue de medios.
14. Porque esta es la clave: se trata de un Lanthimos para el gran público, con actores de renombre y un desarrollo visual más exportable.
15. El director va a cara descubierta. Muestra la artesanía personalizada de su sátira y humor lunático, pero en un ejercicio hecho a medio gas.
16. Y todo el buen hacer de Colin Farrell o Rachel Weisz no sirve ante la evidencia: perder la musicalidad del idioma griego juega en su contra.
17. No podemos dejar de pensar en otras distopías afines más brillantes, como El cuento de la criada o la película nórdica The Bothersome Man.
18. Pero sabes que sólo en una película del ateniense oirás frases como “hay sangre y galletas por todas partes”.
19. Y si las películas de Roy Andersson, Wes Anderson o Aki Kaurismäki te hacen gracia, aquí ese registro físico al estilo deadpan no te defraudará.
20. Una oportunidad perdida: mezclar su discurso con el universo de las apps de ligar. Un triunfo: que sea un cine queer completamente inesperado.