Parecía la solución definitiva. El final a todos los problemas. La reforma de la Ley del Cine se anunciaba a bombo y platillo con su medida estrella, el cambio en la concesión de las Ayudas a la Amortización. A partir del 1 de enero las subvenciones pasaban a entregarse antes del rodaje de las películas y en base a unos criterios objetivos (como la viabilidad del proyecto y la productora detrás del mismo).
Se eliminaba así el temido fraude en la taquilla que el año pasado salpicaba a productores de la vieja escuela del cine español. Todos daban palmas, la medida se parecía a lo que tanto tiempo llevaban pidiendo. Pero, de nuevo, el cine español se ha estampado con la realidad. Casi tres meses después de la entrada en vigor de la reforma no se ha publicado la convocatoria de ayudas para la producción, que según el Instituto de la Cinematografia y de las Artes Audiovisuales (ICAA) están al caer.
Sí que han llegado las ayudas a proyecto, aquellas cuyo fin es ayudar a los filmes más arriesgados. En los documentos, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se puede ver que el plazo de resolución puede alargarse hasta cuatro meses desde el cierre de convocatoria (20 días naturales desde que se publique en el BOE). Por tanto, las productoras podrían estar hasta julio sin saber si cuentan con este dinero, que es fundamental para atraer inversión privada.
Este vacío está provocando una gran inseguridad entre los productores españoles, que tienen toda la documentación preparada para presentarla ante el ICAA, pero que siguen sin saber una fecha definitiva para comenzar el rodaje del filme. Los más previsores se han acogido estos meses a las ayudas antiguas, pero otros comienzan a desesperarse.
Hemos perdido a actrices con Oscar porque a pesar de haber hecho los deberes y seguir todos los circuitos establecidos, no sabremos los resultados hasta el mes de julio
“Los rodajes están parados. Nosotros tenemos la siguiente película de Carlos Marqués (director de 10.000 Km) a punto y hemos tenido que retrasar el rodaje. Hemos perdido a actrices con Oscar porque a pesar de haber hecho los deberes y seguir todos los circuitos establecidos no sabremos los resultados hasta el mes de julio, y no puedes planificar un rodaje para julio”, explica Tono Folguera, productor de Lastor Media.
Folguera teme que la industria se paralice “más de seis meses” con un gran número de rodajes pendientes de una ayuda que nadie les asegura que les van a conceder. “No puedes preparar la financiación hasta saber algo de la ayuda, y el día que conoces la resolución empieza el follón con los bancos, por lo que necesitas otro par de meses”, explica mientras añade que la película de Marqués pende de un hilo por culpa de este clima de inseguridad. En su caso tenían ya concedida la subvención del prestigioso programa MEDIA, una coproducción internacional cerrada, el apoyo de TVE, de TV3… y todo a punto de irse a la basura.
No hay dinero para todos
El tiempo no es el principal problema al que se enfrenta el cine español con las nuevas ayudas. La dotación económica que ha obtenido el ICAA este año para producir películas (30 millones de euros) es escasa para un país donde se ruedan más de 200 películas. Para la primera convocatoria se iban a dedicar 15 millones, que finalmente serán 20 tal como avanza el presidente de FAPAE, Ramón Colom, a este periódico.
Tono Folguera cree que con esta dotación no habrá ninguna productora, que no haya hecho anteriormente un filme con 700.000 espectadores que vaya a recibir una ayuda. “Con 10 millones más sería una maravilla, pero ahora favorece a Telecinco, Antena 3 y algo a TVE. Si 10 productoras obtienen la ayuda máxima, que es de 1,4 millones, el resto de filmes no tendrían”, añade.
Con 10 millones más las ayudas serían una maravilla, pero ahora favorecen a las grandes producciones de Telecinco y Antena 3
Ramón Colom intenta poner calma en la tempestad. Reconoce que el dinero es muy escaso, pero insta a los productores a esperar al desarrollo de las ayudas para ir corrigiendo errores. Cree que este primer año de instauración de la Ley es complejo y que el siguiente no se producirá este retraso y habrá más dinero. “Creo que no habrá parón, la gente tiene muy preparados los rodajes. Hay que hacer unos seguimientos y ver cómo funciona la normativa. Me preocupan los productores más inexpertos. No sabemos cuántas películas van a tener ayuda, pero sabemos que el dinero es insuficiente, faltan 10 millones más para que la cosa sea fluida”, cuenta Colom.
Sin Gobierno no hay cine
La inestabilidad política también ha afectado a la industria del cine, que había hablado con casi todos los partidos políticos para que hubiera más dotación. “Teníamos previsto pedir al Gobierno que ampliaran esos diez millones y ahora los tiempos se nos vuelven en contra”, añade Colom. Para FAPAE el miedo de los productores independientes a que Telecinco y Antena 3 copen las ayudas es infundado, ya que entre ambas producen unos 12 títulos al año. Para Tono Folguera, esto va a provocar que sólo aquellas que hayan tenido éxitos comerciales reciban dinero. “Con estas ayudas Truman no se hubiera rodado”, dice tajante.
Pese a todo, el productor de Arrugas subraya que “el espíritu de las ayudas es positivo”. “Están bien diseñadas, pero tienen una trampa: la dotación económica. Con más dinero se dinamizaría el sector y entrarían proyectos más arriesgados. Si no se aumenta va a ser el desastre absoluto para el cine español”, zanja confiando en que el año que viene se corrija.
Desde la Asociación Madrileña Audiovisual, Puy Oria confía en que los rodajes no se paren, aunque no se atreve a vaticinar qué ocurrirá en los cuatro meses de resolución desde que las ayudas sean publicadas en el BOE. Coincide con Folguera en la inseguridad que produce no saber si te van a conceder la ayuda, y en que “si no tienes una televisión se te puede quedar un vacío en la financiación que a ver luego como lo suples”.
Están bien diseñadas, pero tienen una trampa, que es la dotación económica. Si no se aumenta va a ser el desastre absoluto para el cine español
Oria, que ha producido los largometrajes de Montxo Armendáriz, también critica la baja dotación. “Se va a limitar a unas 20 películas. Me preocupa que se va a dar prioridad a un tipo de filmes”, explica a este medio. De la nueva Ley no le gusta que fomente la competición entre las propias películas por obtener más puntos y llevarte una subvención que puede dejar al otro sin rodar.
Los flecos siguen cerrándose, las ayudas sin ser publicadas y los productores mordiéndose las uñas. Cambian las leyes, pero en la práctica la situación de la industria sigue siendo igual de frágil.