Una de las constantes de las películas de Pedro Almodóvar es la familia. Relaciones entre madres e hijas, hogares desestructurados, amigas que se convierten en hermanas. Familias como la de La ley del deseo, que en 1987 desafiaron el concepto tradicional existente con una madre transexual con el rostro de Carmen Maura. Tras su flirteo con el noir en La piel que habito y su vuelta a la comedia disparatada con Los amantes pasajeros, el manchego regresa al núcleo familiar en Julieta, su nueva película -basada en tres relatos de Alice Munro- que llegará a las salas el próximo viernes y que es un giro en su carrera. Un drama seco y contenido sobre una madre abandonada por su hija.
Para hablar de mujeres, relaciones familiares y hasta política, nada mejor que acudir al que Pedro Almodóvar considera su hogar, la sede de su productora, El Deseo. En el mismo despacho en el que ensayaba con Emma Suárez y Adriana Ugarte hace un año, y flanqueados por carteles de su película, el director atiende a EL ESPAÑOL con la voz tomada por un resfriado, pero con la misma verborrea que siempre le ha caracterizado.
¿Cuándo decide comprar los derechos de los relatos de Alice Munro?
Hace mucho tiempo. Diez años por lo menos. Fue, sobre todo, por la fascinación del episodio del tren, pero como había dos relatos más donde aparecía el personaje de Juliet, tampoco quería quedarme corto, porque no sabía si iba a necesitar añadir algo, aunque al final no ha quedado casi nada. Quería ponerme a trabajar con esos temas. Al principio compras una opción. Después, a los tres o cuatro años, la confirmas, y nos tocó hacerlo sin tener el guion todavía, pero cuando pensaba en estos relatos seguía gustándome mucho la idea de escribir un guion basado en ellos o al menos en uno de ellos.
Y no fue nada fácil, la gestación ha durado muchísimo tiempo. Al principio los veía en inglés, sobre todo por el tipo de familia que tienen, que no se parece en nada al nuestro. Eso me hacía pensar que debía ser rodada en inglés, no veía la posibilidad de hacerla en España, pero una vez acabado el borrador, me dio miedo rodar en inglés una vez más y lo dejé en un cajón.
No veía la posibilidad de hacer 'Julieta' en España, pero una vez acabado el borrador, me dio miedo rodar en inglés y lo dejé en un cajón
¿Cuándo volviste al borrador?
Lo volví a coger porque Lola y Bárbara me dijeron, cuando ya había terminado con Los amantes y me disponía a pensar en el siguiente, que le echara un vistazo porque les gustaba mucho como había unificado los relatos, que era uno de los problemas, porque no son correlativos y hay enormes saltos temporales. Me pasa a veces que cambia la perspectiva de uno, así que lo releí, me gustó mucho y pensé que a ver si podía extenderlo por la geografía española. No tenía mucha confianza, porque aquí no hay tantas distancias como en EEUU, pero terminé y vi que las dudas que tenía en inglés desaparecían en español. Cuando ya decidí que ocurriera en España me fui olvidando deliberadamente del original, a pesar de que Alice Munro está ahí como el faro que me conduce y que me lleva a escribir.
De sus veinte películas sólo tres han sido guiones adaptados, ¿le da miedo basarse en una historia ajena?
Lo que me resulta es más laborioso, en Carne Trémula y La piel que habito fue un lastre. Porque leí las novelas y me parecía que eran muy cinematográficas, pero en el momento de abordarlas… Quiero decir, es como cuando ves a alguien pasar y te gusta mucho, pero en el momento en el que empiezas a desnudarle o a interiorizarlo, empiezas a no reconocerte. El trabajo de las dos adaptaciones anteriores, consistió en ir quitando los jirones que quedaban de las novelas hasta instalarme en un universo nuevo, que me pertenecía. Julieta es en la que más permanece el espíritu de la original, de Alice Munro, porque una de las cosas que me enamoraron era el bloque del tren y eso está, no del mismo modo, pero está.
Literatura y cine parecen dos disciplinas hermanas, pero son primas lejanas que no se llevan bien y no se hablan desde hace mucho tiempo
Yo hay cosas que leo que me gustan, pero soy discreto a la hora de abordar el proyecto de adaptación, porque cuanto mejores son las novelas peor se ajustan al lenguaje cinematográfico, porque tienes que sintetizar, seleccionar partes y no puedes representarlas por entero. Las grandes novelas se pueden llevar a una serie, pero la duración de una película lo hace difícil. Yo la mejor adaptación que recuerdo es Dublineses, de John Huston, y es un relato corto, una novela de 100 páginas. La Regenta es imposible adaptarla. Es maravillosa, pero no se puede. En la novela lo más importante muchas veces no está en los diálogos, y eso le pertenece a la literatura. Parecen dos disciplinas hermanas, pero son primas lejanas que no se llevan bien y no se hablan desde hace mucho tiempo.
Una de las características de Julieta es la contención, ¿le costó mucho este cambio?
Lo tenía muy claro desde el primer momento. La única duda que tuve era que en los ensayos aparecían momentos humorísticos, muchos. Yo hice un desarrollo con diálogos graciosos añadidos, las actrices se divertían mucho, pero en el último momento los quitaba. Pero luego queda en mí la huella, sé más cosas de los personajes y me ayuda a la hora de dirigir a los actores. Ensayar en otras direcciones y con humor hace que las actrices hayan vivido en sus carnes otro tipo de secuencias que luego no han quedado. En lo que tuve que está más al loro, era en que me empeñé en que tenía que hacer una película donde no hubiera humor, era como un reto. Y creo que lo he conseguido.
¿Su giro al drama seco es una respuesta a la crítica negativa que tuvo Los amantes pasajeros?
No me analizo nunca ni analizo lo que hago, a veces no me queda más remedio que hacerlo pero porque me lo preguntáis, pero conscientemente no era una respuesta a nada. Esto no significa que a partir de ahora vaya a hacer todas mis películas desde este estilo y tan sobrias. Pero para esta historia era lo adecuado. Cada historia, tanto en lo visual como en el tono narrativo, te pide algo. En esta lo tuve claro. Ha sido una experiencia para mí… Hay películas que han marcado mi carrera a lo largo de las décadas y que marcan una inflexión y creo que Julieta marca una en mi producción. No sé en qué sentido, pero sí que me parece una película muy importante en mi carrera y que me afectará en lo que aborde en el futuro. Eso no quiere decir que no vaya a hacer comedia, aunque en los últimos años es verdad que los críticos me tratan mejor cuando hago drama.
También es una vuelta a las mujeres.
Es que me resulta más sencillo trabajar con actrices y me es más fácil escribir para ellas. No es que me resulte más complicado trabajar con actores, pero los papeles de los chicos son más tortuosos y, que me perdonen los actores, pero normalmente hay menos donde elegir. Casi todas eran caras nuevas para mí, pero yo sólo necesito que sean generosas y estén por la labor, y la verdad es que lo estaban… pero bueno, como siempre. Sólo en una ocasión he tenido problemas profundos con un actor.
Los papeles de los chicos son más tortuosos y, que me perdonen los actores, pero normalmente hay menos donde elegir
¿Las mujeres de su universo evolucionan?
Con la edad te fijas en otros personajes. El universo femenino me parece inagotable. Yo me siento más cómodo cuando escribo sobre ellas, aunque cómodo no es la palabra exacta, porque cuando escribes nunca lo estás, estás muy solo cuando haces un guion. Sigue pareciéndome lleno de misterio y fascinante, así que creo que seguiré escribiendo para ellas. Los personajes masculinos me quedan más tristes, menos extrovertidos, más torturados y oscuros, seguiré haciéndolos, pero tengo menos humor para desarrollar sus personajes.
Hace poco decía que sus primeras películas se escribieron como si Franco no hubiera existido, casi como una forma de venganza.
Sí, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón o Laberinto de pasiones se hicieron como si no existiera ni la sombra ni la influencia del franquismo, que sí que ha existido y más vale que nos acordemos. Yo soy de los que defiende la memoria histórica. Es el único asunto pendiente y que nos queda por superar para decir que la transición del 78 ha sido completa. Cuando hice Pepi así se recibía fuera, un país sin fantasmas de la dictadura.
¿Y actualmente no tiene tentaciones de hacer un filme más político?
Tengo un guion terminado y guardado, porque no salen todos, que no sé si volveré a mirar. Era acerca de la memoria histórica, bueno una parte muy importante de la película, pero no me gustó la totalidad, aunque hay partes que me gustan mucho. En ese sí que hablaba de un modo muy pormenorizado de eso en la actualidad. Hombre, a mí me gustaría, y uno de los proyectos que tengo sí que va por ese lado, hablar de la sociedad actual de España en tono de comedia, una comedia costumbrista. Tengo una historia que está basada en algo que leí en el periódico y que sería un gran fresco de nuestra sociedad actual. Pero me muevo con más soltura en la ficción, que también tiene un sustrato social y real.
Pepi es como un cómic que si lo analizas ahora mismo, más allá de que sea todo un defecto, pero bueno esa era su característica, lo mal que está hecha, pero está asumido como parte del estilo. Bueno, pues la película hablaba de un tipo de juventud madrileña. El cine siempre refleja la época en que se ha hecho más allá de que el director quiera tratar un tema social, pero sí que hay muchos problemas de la sociedad actual en los que participo de algún modo y que me gustaría tratar como escritor y director, pero no me sale. No me salen las cosas encargadas por mí mismo , por mucho que crea en ellas. Es como escribir para actores que conozco. A mí hay actrices y actores con los que me encantaría volver a trabajar y no me sale. Soy incapaz de imponerme una idea porque no me salen, ya no me las impongo.
Yo soy de los que defiende la memoria histórica. Es el único asunto pendiente y que nos queda por superar para decir que la transición del 78 ha sido completa
En mayo escribió un texto animando a la gente a ir a las urnas, ¿cómo vive la situación actual de desgobierno?
A mí no me gustaría que hubiera elecciones nuevas, pero me da la sensación de que son inevitables y vamos a legar a ellas todos más quemados que el 20 de diciembre, pero si tiene que ser así, que así sea. No tengo la impresión de que se vayan a entender en el último momento, sobre todo viendo los problemas que están teniendo todos los partidos, incluidos los nuevos, desde dentro. Lo que me gustaría es que hubieran llegado a un entendimiento entre los partidos importantes que incluyera también a los que han sacado menos votos, y haber formado un gobierno multicolor y estable. Porque eso es lo que pide el país y lo que yo quería. Un gobierno verdaderamente demócrata y de izquierdas, pero no parece que vaya a arreglarse de momento. Estoy como todo el mundo, a la espera y también muy disgustado con lo primero que hemos visto del comportamiento de todos los partidos cuando se han estrenado en el hemiciclo. Ese encuentro, que para algunos era por primera vez, no me ha gustado. Me pareció muy broncas, con muy poca conciencia de que representan a la gente.
No soy futurólogo, pero por lo que dicen no parece que vaya a haber gobierno y es terrorífico, un país en nuestras circunstancias con un gobierno interino tomando decisiones tan importantes como las que se están tomando ahora en Europa y que estemos así hasta septiembre me parece terrible. Da la impresión que, además, el gobierno que salga será de poca vida. Yo creo en la política y estos son los momentos donde tienen que dar lo mejor de sí mismos y da la impresión de que están haciendo lo contrario.
¿Hablar con tanta libertad de política le ha traído consecuencias negativas?
Sí, me las ha traído, sí.
¿Y no se ha planteado no hacerlo?
Trato de no dar titulares demasiado polémicos, aunque creo que no están en mis manos. Tengo la impresión de que tampoco en las vuestras. Ahora se lleva el titular recio, burdo, y no creo que eso se pueda cambiar. A mí me ha traído consecuencias muy feas, amenazas, pero no puedes permanecer callado, y eso que estoy mucho más callado de lo que a mí me gustaría, porque por otra parte yo tengo mi familia, que es este edificio con la gente que aquí trabaja, y ellos han tenido que sufrir las consecuencias de que yo haya hecho ejercicio de mi libertad, consecuencias feas. No quiero ahondar sobre eso, pero así ha sido.
Hablar de política con libertad me ha traído consecuencias muy feas, amenazas, pero no puedes permanecer callado
¿Iremos este año a Cannes o no?
No lo sabemos…
Es que si no va parece que no va nadie.
De verdad que no lo sé, yo estoy pensando sólo en el estreno y a ver qué pasa, porque esto sigue siendo algo lleno de incertidumbres, cuando empiezo a hacer una película sigo teniendo la misma sensación que con la primera.