Málaga

El cine español tiene nueva musa. No es alta, rubia ni tiene un Goya. Por no ser, no es ni actriz. Se trata de una persona ajena al mundo de la farándula, pero que en los últimos años ha centrado más los focos que cualquier actor. Ella es Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona que se ha convertido por un día en estrella del séptimo arte durante el Festival de Cine de Málaga, donde se ha presentado el documental que retrata su ascenso al poder, que tiene el elocuente nombre de Alcaldessa y que explica los secretos y las bambalinas de la pasada campaña electoral.

La película no podía empezar de otra forma. Dos policías entrando en una casa a la fuerza. Echan la puerta abajo dispuestos a desahuciarla. Dentro se encuentra ella, la cara visible de las movilizaciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. La imagen de Colau siendo arrastrada por las fuerzas de seguridad mientras intentaba impedir un desalojo dio la vuelta al mundo. Ahora ella es la alcaldesa, y ahora ella manda sobre quienes la empujaban por el suelo. Ironías de la política española que intenta retratar este documental.

La historia de Alcaldessa es la del patito feo, una trama de superación de alguien que decidió luchar contra las injusticias, contra el poder establecido y que al final fue elegida por los ciudadanos para que les representaran. Para acrecentar esa sensación pigmaliónica la propia Colau cuenta su infancia a cámara en el documental. Una hija de hippies, solitaria y apartada que pidió una enciclopedia Larousse de regalo de Reyes y se pasaba las tardes muertas aprendiendo palabras nuevas. Al final se convirtió en el cisne que acabó con el dominio de CIU en la capital catalana.

Alcaldessa muestra también la importancia de la imagen pública de los candidatos, y dedica parte de su metraje al proceso de 'metamorfosis' vivido. Cual Pretty Woman, Ada Colau tuvo que pasar por pruebas de vestuario, sesiones de maquillaje, peluquería y jornadas de posados fotográficos para no dejar nada a la improvisación. Así son las tripas de la nueva política según la nueva e improvisada musa del cine español.

Lo que intenta el filme es retratar lo que no se ha visto hasta ahora de lo que se ha llamado nueva política. Durante los nueve meses previos a la elección de Colau, el director Pau Faus (amigo de la alcaldesa y que el año pasado trajo a Málaga otro documental sobre la PAH) capta todo lo que sucede alrededor de la creación de la plataforma Guanyem, más tarde Barcelona en comú. Desde la aprobación de los estatutos, las primeras reuniones al auge de popularidad. El final feliz, como en los cuentos, llega con la victoria. Un clímax que comienza con la llamada de Xavier Trías para felicitar a Ada Colau por su victoria.

Del 'run run' a Marhuenda

La estructura del filme se enriquece con los videos que la propia Ada Colau accedió a grabar para el documental. Mirando a Cámara, como en el confesionario de Gran Hermano, la política se desahoga cada día sacando lo mejor y lo peor de esa carrera de fondo. Desde la ilusión de los primeros días a las dudas sobre si podría liderar un ayuntamiento y hasta los primeros golpes.

Fotograma de Alcaldessa.

No hay que engañarser, Alcaldessa roza la hagiografía. Es un retrato de ese símbolo de la nueva política en el que se convirtió la activista. Por primera vez los partidos tradicionales veían que los ciudadanos tomaban el poder. Es en la radiografía de estos nuevos tiempos donde el documental adquiere interés, cuando se ven las debilidades de la propia Colau y los tejes y manejes que hay detrás de cada candidatura.

En varias ocasiones se ve a la alcaldesa abatida. La política absorbe, ha dejado de ver a su hijo, no tiene tiempo para nada y lo que desde la PAH parecía tan bonito y "mágico" es un camino lleno de zancadillas. Tanto, que hasta en un momento reconoce el mérito de los políticos de profesión a los que tanto critica por la presión a la que están sometidos.

En este viaje a la cima del poder no podía faltar Paco Marhuenda, enemigo acérrimo de Ada Colau que llegó a decir que se iría del país si ella ganaba en Barcelona. De momento sigue en España. Sus enfrentamientos en los programas de televisión están en el documental, y es de los pocos momentos en los que algo de crítica hace acto de presencia.

Otro de los momentos más populares de la previa electoral fue su famoso vídeo del 'run run', editado por Iván Lagarto (el autor del famoso Caloret de Rita Barberá). Una canción con la intención de que se convirtiera en viral y aumentar la visibilidad de Colau. Si la nueva política iba a llegar, las nuevas formas de hacer campaña también, y ahí entraba cualquier actuación que sumara votos.

La inocente Ada Colau se va topando de frente con la política, también con la de aquellos grupos aque se encuentran cercanos a sus ideales pero que no querían ceder para agruparse e ir juntos a las elecciones del pasado mayo. Hay una frase que ella dice a la cámara que resume todo a la perfección: “Han empezado las negociaciones de verdad, las de la 'realpolitik', de las que no teníamos ni puñetera idea, y nos hemos chocado de narices con la realidad... nos hemos dado una hostia monumental”.

La marca Barcelona en comú tuvo muy claro que su principal baza de marketing era el rostro de Colau, y por ello la sobreexpusieron. Ella, que criticó el personalismo de Podemos en torno a la figura de Pablo Iglesias se vio como centro absoluto de la candidatura, tanto que hasta su cara fue en las papeletas como si de una estrella de rock se tratara. Algo por lo que entona el mea culpa en el documental.

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