Para ser una actriz que rompa las estadísticas te tiene que tocar Tarzán como pareja. Eso es lo que se deduce del estudio de Polygraph, que ha reducido 2.000 películas a palabras para demostrar, con cifras, que Helen Mirren tiene razón cuando se queja de que el cine discrimina a las actrices por su edad.
El estudio, que analiza cintas estadounidenses de 1980 a 2015, también dice que sólo en un 22% las féminas llevan el peso del guion. Y la situación ha mejorado poco: si en los ochenta, el 78% de las películas daban más diálogo a los hombres, hoy esa cifra sigue por encima del 70%.
A Maggie Gyllenhaal le dijeron que era muy mayor para aparecer como la amante de un hombre de 55. Tenía 37 años
En cuanto a la discriminación por edad, Polygraph revela que el 38% de las palabras que dicen ellas (21 millones), las enuncian actrices de entre 22 y 31 años. Pero a más años, menos líneas. Las que tienen entre 32 y 41 dicen el 31% de las palabras y cuando llegan al tramo de edad 42-65, el porcentaje baja hasta el 20%.
Aquí dos ejemplos: a Meryl Streep empezaron a ofrecerle papeles de bruja en cuanto cumplió 40. Y a Maggie Gyllenhaal le dijeron que era muy mayor para aparecer como la amante de un hombre de 55. Tenía 37 años. A los actores, les pasa lo contrario. Porque los que no llegan a la treintena, acaparan el 20% de las palabras del estudio pero cuando están entre los 42 y los 65 años suben hasta el 39%.
Los datos no sólo dan la razón a las actrices veteranas, también confirman lo que Geneviève Sellier, historiadora del cine, llama “el doble privilegio”: ellos no sólo tienen más visibilidad, también la gozan durante más años.
Qué pasa en España
Un vistazo a las pantallas españolas demuestra que la situación aquí no es distinta. La Isla mínima, por ejemplo, mostraba una pareja formada por Antonio de la Torre (48 años) y Nerea Barros (34). En Truman, Ricardo Darín tiene 59 y la actriz que hace el papel de su amiga Paula, Erica Fonzi, cuenta 37. Todas las féminas: novias, ex mujeres, amigas, vecinas y conocidas son más jóvenes que Darín y que Javier Cámara, el otro protagonista de la cinta.
Conclusión: ellos aguantan, y a ellas las cambian por otras más jóvenes
El “doble privilegio” se comprueba mirando cintas de la década pasada. En 2002 se estrenaba El otro lado de la cama. Ernesto Alterio, uno de los protagonistas, tenía 32 años. Paz Vega, de 26, era su pareja. Once años después, se estrenó ¿Quién mató a Bambi? y Alterio, ya con 43 años, compartía cartel con Quim Gutiérrez (32), Julián Villagrán (39) y Pedro Mari Sánchez, (59). Los papeles femeninos eran para Clara Lago y Úrsula Corberó, de 23 años. Conclusión: ellos aguantan, y a ellas las cambian por otras más jóvenes.
Ese patrón se repite en muchas películas españolas. También en las series, que ni siendo históricas se ciñen a los hechos. En Isabel, el actor que interpreta a Fernando de Aragón, Rodolfo Sancho, es doce años mayor que la actriz que hace de reina de Castilla, Michelle Jenner. Según los libros de Historia, la soberana era un año mayor que su marido.
Yo nunca he tenido problemas con la edad, ni he tenido crisis de los 40, ni de los 50 ni nada
Leonor Watling o Cayetana Guillén Cuervo se han quejado en alguna ocasión de esta diferencia de trato. Otras, como Carmen Maura, no se dan por aludidas. “Yo nunca he tenido problemas con la edad, ni he tenido crisis de los 40, ni de los 50 ni nada”, declaró a El Español. Quizás sea porque trabaja mucho en Francia.
En 2013, la televisión pública francesa hizo un trabajo comparativo entre el cine francés y el estadounidense. Fue con motivo del 66º Festival de Cannes. Su análisis tomaba 150 películas patrias y otras tantas de Estados Unidos estrenadas en 2012. En ambos había más actores que actrices; en ambos ellos eran más mayores que ellas y en ambos casi todos eran blancos. Entre los datos que observaron, estaba también el número de películas que acumulaban los intérpretes.
Los actores franceses analizados tenían a sus espaldas 36 películas de media y los estadounidenses, 27. Las féminas de uno y otro lado del charco, tenían menos títulos en sus currículos: 27 cintas las americanas y 19 las europeas. La discriminación por sexo y edad quedaba demostrada aunque Francia salía mejor parada.
Castings reales, mujeres irreales
La actriz Geena Davies, conocedora de la enorme influencia que tiene el cine en la sociedad, creó el Institute of Gender Media, con el que trabaja para cambiar la imagen de las mujeres que dan en el cine y los medios de comunicación. En su último informe, de 2014, analizaba una muestra de 120 largometrajes de once países y concluía que, pasados los 30, las mujeres no interesan si no es, como ha dicho en alguna vez la actriz Zoe Saldana, para hacer de madres.
Se buscan actrices de 18 a 25 años. Los chicos pueden ser mayores.
Se busca actriz guapa de la que se enamora el protagonista. Es un papel pequeño, sin diálogo.
Las dos frases de castings reales resumen las cifras de Polygraph y aparecen en un vídeo obra de la actriz Julie Asriyan, en el que actrices reales leen anuncios reales de castings. Sus caras lo dicen todo.