Carmen Machi lleva un año ajetreado. Ha encadenado el estreno de Rumbos con el de La puerta abierta (este viernes en salas) y el rodaje de Villaviciosa de al lado. Las tres películas tienen un denominador común. La actriz, que saltó al a fama con la serie 7 Vidas, interpreta en todas ellas a una prostituta. A veces en un tono más cómico y otras desde el drama agridulce con pinceladas de humor, pero a la actriz se le han cruzado en su carrera tres papeles con los que ha creado una visión mucho más humana de una profesión que se enfrenta siempre a los prejuicios de la gente. La veterana intérprete bromea con esta casualidad diciendo que le van a poner una “virgen prostituta o algo así”, pero pronto se pone seria para hablar del tema.
“Creo que La puerta abierta aporta un punto de vista fabuloso, porque la gente va a ver la humanidad y la solidaridad que hay, porque se tienen que defender entre ellas. En Aída creo que el personaje de Paz dio un color y mucho amor a la prostitución y, desde entonces, les tengo mucho respeto. Creo que cuando ves cómo se les trata… Es que se les trata sin piedad, hay un rechazo social. El espectador ahora cada vez que vea a una prostituta por la calle entenderá que tienen una vida como todo el mundo”, cuenta Carmen Machi a EL ESPAÑOL.
En la película interpreta a Rosa, una prostituta que cuida de su madre -antigua prostituta también- en una corrala donde viven todas las compañeras de profesión. Un personaje seco y arisco que contrasta con la actriz jovial que el público suele asociar con comedias como Ocho apellidos vascos o Que se mueran los feos. “Es posible que se me asocie a algo con menos intensidad dramática, pero yo me olvido de eso. Además yo nunca abordo los personajes desde la comedia, sino desde el drama, lo que pasa es que las situaciones y los guiones son cómicos y se produce ese efecto. Al final partes de la vida, y la vida es tragicómica”, explica la intérprete sobre sus últimos papeles.
La película tiene algo de testamento de cinematográfico de Amparo Baró. A ella va dedicada la obra, y era ella quien iba a coprotagonizarla junto a Machi, pero su enfermedad y posterior fallecimiento lo impidieron. Fue Terele Pávez la que cogió las riendas. La actriz fue escogida por la propia Baró, que en plena preparación del filme ya no se veía con fuerzas para hacerlo. “Su presencia se nota en cada fotograma”, contaba Marina Seresesky a este periódico. Carmen Machi no puede evitar emocionarse cuando habla de su amiga y el origen de este proyecto que considera especial.
Nunca abordo los personajes desde la comedia, sino desde el drama, lo que pasa es que las situaciones y los guiones son cómicos y se produce ese efecto
“Esta película es el regalo que Marina nos hacía a Amparo y a mí. Trabajamos las tres juntas en Agosto, y al vernos a las dos hacer de madre e hija en la obra de Tracy Letts escribió este guion de una madre y una hija prostitutas. Me lo decía entre cajas: 'estoy escribiendo un guion para Amparo y para ti'. Amparo era muy amiga mía, nos conocíamos desde 7 vidas y tuvimos una relación muy estrecha. Al cabo de un tiempo se realizó el proyecto, con financiación muy escasa, con apoyo de amistades y decidimos arrancar. En ese proceso de desarrollo Amparo falleció de manera muy rápida, pero antes de eso ya dijo que su papel lo hiciera Terele y la llamó. Terele llegó tres días antes de rodar y yo ya no concibo otra Antonia que no sea ella. Amparo lo decía, que este papel le iba más a Terele que a ella. Este proyecto está en mí desde el principio, desde el propio teatro, desde el origen de los orígenes”, recuerda mientras da un sorbo a su refresco para aclarar la garganta.
Libertad y feminismo
La puerta abierta es una excepción en cualquier cinematografía. Dirigida y escrita por una mujer y con dos papeles femeninos protagonistas fuertes. Una rareza que desafía a ese 9% de mujeres realizadoras de nuestra industria. Carmen Machi se muestra esperanzada y cree que hay un cambio, al menos ella lo está notando en sus últimos trabajos. “Estoy teniendo teniendo mucha suerte, porque me encuentro con muchas mujeres directoras. Esto es rara avis, es extraño que pase aquí, pero empieza a ocurrir, porque la mujer está cogiendo el poder, está teniendo el lugar que se merece porque la mirada femenina es muy importante. La aportación que hace la mujer al cine es muy grande, porque su mirada es más amplia”, opina la actriz.
Carmen Machi es de esas intérpretes polifacéticas. Lo mismo luce su vena más cómica en Ocho apellidos vascos que trabaja con Miguel del Arco en una película pequeñita como Las furias. Eso la hace conocer todos los secretos del oficio y las diferencias entre un proyecto ambicioso de una cadena como Antena 3 o Telecinco y otro sacado a pulso. “El cine pequeño, como ha tocado fondo, está teniendo un efecto rebote. Lo que ocurre es que en estas películas la mirada es libre, porque hay que dar las gracias a las televisiones por apoyar el cine, pero en sus filmes hay que contar con su opinión y tienen influencia. No critico que se apoyen las pelis pero elogio a aquellas en las que no ocurre, porque como tienes que sobrevivir cuentas lo que quieres contar. Son creadores que tienen una necesidad casi animal de contarlas. La fidelidad a ti mismo la encuentras si nadie te achucha, y creo que está ocurriendo otra vez, porque hay un conservadurismo en el cine que no es malo, pero es conservadurismo al fin y al cabo y el riesgo está en las películas indie”, analiza Machi sobre la polarización que sufre el cine español.
En las películas 'indie' la mirada es libre. Hay que dar las gracias a las televisiones por apoyar el cine, pero en sus filmes hay que contar con su opinión y tienen influencia
La industria vive tiempos difíciles, las ayudas han caído a mínimos históricos y el PP se ha comprometido a bajar el IVA cultural a las actividades en directo, dejando al cine fuera en lo que se ha considerado un ataque frontal al sector. “Claro que falta apoyo institucional, pero este es el eterno dilema, y encima la gran noticia que hemos tenido ahora… Que alguien me lo explique. Es deplorable. Ayer leía unas declaraciones que decían que no se está marginando al cine, se está marginando al espectador. Es que es increíble, es inconcebible… Cuando a la cultura no se la considera cultura, ante eso ya no puedes hacer nada, qué vas a hacer. Luego se ofenden mucho cuando decimos algo al respecto pero es que, señores, es un constante insulto a esta industria y a este oficio que genera tantos puestos de trabajo y que luego la gente lo disfruta tanto”, dice con un tono claro de decepción.
Y eso que ella es una de esas actrices que parecen un seguro en la taquilla y que seguirá siéndolo con Villaviciosa de al lado, donde volverá a dar vida a una prostituta que promete reventar la taquilla del cine español.