Ayer la Academia de Cine eligió a Julieta para representar a España en los Oscar, a raíz de esta elección el director de la cinta, Pedro Almodóvar, afirmó que tenía más probabilidades de ganar porque en Hollywood están preocupados por la diversidad y “la presencia femenina”.
Sin embargo, frente a esta “preocupación” el cine que triunfa en Estados Unidos (y que después lo hace en el resto del mundo) sigue siendo machista. Las mujeres salen menos en pantalla y cuando lo hacen se desnudan más que los hombres. Además, dirigen, producen y gestionan menos que sus colegas.
En la industria cinematográfica la presencia de mujeres directoras, productoras y guionistas es irrisoria en proporción del número de hombres que desempeñan esos cargos
El grupo de investigación de Medios de Comunicación, Diversidad y Cambio social (MDSC) de la Universidad de Southern California ha realizado un estudio sobre la desigualdad en las 800 películas más taquilleras de Estados Unidos, basándose en los informes que realiza Box Office Mojo, desde 2007 hasta el año pasado, exceptuando el año 2011. El equipo que ha desarrollado el informe analizó las películas en torno a tres cuestiones: género, presencia del colectivo LGTB en la pantalla y etnia. Variables como la demografía, la sexualización y la vida familiar han sido elementos fundamentales a la hora de realizar el análisis.
Delante de las cámaras
¿Cuántas veces ha visto usted un pene en pantalla? Sea cual sea el número, es más que probable que hayan sido pocos. Los desnudos en el cine son el pan de cada día, pero sólo los femeninos. Entre las 100 películas analizadas en 2015 las mujeres se desnudaban en el 30% de las ocasiones, frente al menos del 10% que lo hacían los hombres.
Pero no sólo de pan vive el hombre, las mujeres visten ropa sexy tres veces más que sus compañeros de reparto masculinos. Si un personaje tiene que jugar un rol atractivo, una mujer tiene cuatro veces más probabilidades de interpretarlo que un hombre. A la hora de sexualizar a los personajes, son las mujeres las que se llevan la peor parte. Las menores de edad tienen las mismas probabilidades de ser convertidas en objetos sexuales que los hombres que tienen entre 21 y 39 años.
Si un personaje tiene que jugar un rol atractivo, una mujer tiene cuatro veces más probabilidades de interpretarlo que un hombre
Aunque el año pasado hayan surgido personajes como la Imperator Furiosa de Mad Max que indicaban un cambio de tendencia, de los 4.370 personajes analizados en 2015 el 68,6% eran varones frente al 31,4% que eran mujeres. Sin embargo, esto supone un aumento respecto a 2014 cuando tan sólo había un 21% de protagonistas.
Pero, ¿qué pasa con las mujeres maduras? De las películas analizadas el año pasado sólo cinco mujeres mayores de 45 años tenían papeles centrales en la trama, los hombres que superan esa edad protagonizaron 24 películas. Frente al ideal de belleza masculina del hombre maduro e interesante, el cine que triunfa en la taquilla parece no aceptar la vejez femenina como parte del atractivo de las mujeres y rechaza que aparezcan este tipo de actrices. De hecho, el estudio demuestra que conforme aumenta la edad de los personajes femeninos, descienden las posibilidades de que se presenten como atractivos a nivel físico.
El colectivo LGTB no existe en los taquillazos
Además de la diferencia entre géneros la investigación ahonda en la presencia de personajes homosexuales, bisexuales y transexuales en el cine. Entre las películas más taquilleras del año pasado ni un sólo protagonista o coprotagonista pertenecía al colectivo LGTB. Si aparecen son insignificantes en la trama (71,9%) o tienen papeles secundarios (28,1%).
Entre las películas más taquilleras de 2015 no había ni un protagonista o coprotagonista homosexual, bisexual o transexual
La homosexualidad masculina está más presente en las pantallas (68,8%) que la femenina (31,2%), aunque sus papeles no tienen ningún peso en la historia. Los personajes que pertenecen a este colectivo y pertenecen a grupos étnicos minoritarios son el 40%, lo que coincide -según el estudio- con los individuos poco representados en la población estadounidense.
En los grandes filmes los adolescentes homosexuales no están personificados, sólo una de las 100 películas incluían un personaje de estas características. Los investigadores afirman que el cine debería involucrar a adolescentes LGTB ya que “puede proporcionar importantes modelos a seguir para los consumidores jóvenes”.
Si salen personajes homosexuales tienen papeles secundarios o de relleno y no aportan nada a la trama
Respecto a las relaciones o el matrimonio homosexual, el estudio muestra que más del 68% de los personajes se mostraban comprometidas, lo que “está en línea con los avances realizados en el matrimonio igualitario en Estados Unidos”. Sin embargo, cuando sale a la palestra la maternidad o la paternidad de este colectivo comienzan los problemas. De las 100 películas analizadas sólo aparecierondos padres LGTB, eran dos madres lesbianas y aparecían en la misma cinta.
Para los investigadores estos datos ponen de manifiesto que “a pesar de las políticas y los logros legales por la comunidad LGTB, sigue existiendo una brecha en la población que se refleja en la pantalla”.
En la silla de la… ¿directora?
En ocho años las 800 películas más taquilleras en Estados Unidos sólo ha habido 29 mujeres que han sido directoras. Entre las afortunadas se encuentran Julie Taymor, Angelina Jolie y las hermanas Wachowski. El año pasado hubo una proporción de 12,4 directores por cada mujer que dirigía una película.
Los investigadores se preguntaron por qué había tan pocas mujeres directoras y decidieron entrevistar a 59 distribuidores (encargados de la compra-venta de películas). Las conversaciones revelaron que el problema no es que no sepan tomar decisiones, sino que tienen muy complicado el acceso a los puestos de trabajo disponibles en el sector. Erigirse como directora de cine supone ir rompiendo barreras prácticamente a diario.
Sólo una mujer trabajó como compositora en las 100 películas más taquilleras de 2015
Pero ser directora no es la única frontera, dentro de la industria el sector donde hay menor grado de igualdad es en el de los compositores. En las películas analizadas de 2015 trabajaron 113 hombres desarrollando los acompañamientos musicales, pero sólo trabajó una mujer. En los ocho años que se han investigado se cuelan siete mujeres entre las 800 películas, proporcionalmente, en la industria del cine hay 72 hombres que componen por cada mujer.
Para las guionistas la situación no es muy halagüeña, de las 100 películas analizas el año pasado sólo un 11,8% fueron escritas por mujeres. En el caso de las productoras el porcentaje sube hasta el 22%. Conforme las mujeres están más presentes en los equipos de dirección, creación y producción de las películas aumentan el número de personajes femeninos protagonistas. En el caso de las directoras, en 2015 las cintas que tenían una mujer a la cabeza (dirigiendo o codirigiendo) los papeles femeninos aumentaron más de un 10%. Si una mujer escribe el guion también hay mayor posibilidad de que se incremente el número de mujeres en pantalla.
Los negros, asiáticos y latinos en segundo plano
Además de la cuestiones de género o del colectivo LGTB el estudio ha analizado la representación de los grupos étnicos en el cine. Los blancos en el cine son una aplastante mayoría, representan el 73% de los personajes analizados, el siguiente grupo representando es la población negra con un 12%, los latinos se llevan el bronce con un 5,3%, mientras que los asiáticos representan menos del uno por ciento. El porcentaje lo completan minorías como los indígenas, los nativos de Alaska o Hawai y personas de “raza mixta”.
Los blancos son mayoría en el cine, representan un 73% de los personajes analizados, frente a la población negra que encarnan un 12% de los papeles y los latinos que son el 5,3%. Los asiáticos no llegan ni al uno por ciento
El estudio revela que no ha habido ningún cambio en el porcentaje de las etnias representadas entre 2007 y 2015. Lo que para los investigadores supone que “las películas no reflejan la demografía del país ni de la audiencia” con el paso del tiempo.
De las cintas analizadas sólo 14 películas, de las 800 analizadas, tienen como protagonistas o coprotagonistas a personas que no sean blancos. De estas nuevo tuvieron actores negros en personajes relevantes, sólo hubo un latino en este tipo de papeles y cuatros eran de “raza mixta”. Entre los taquillazos de 2015 no hubo ninguna película donde un asiático representase un papel importante.