Por si alguien no se había enterado, ya ha llegado la nueva película de la saga de Star Wars. Es difícil que quede una persona en España que no haya sido bombardeada por la ingente promoción realizada por Disney. Televisión, marquesinas, tráilers, noticias… la compañía sabe cómo vender sus productos. Han creado un evento cinematográfico del que nadie puede huir. Mayores y pequeños, todos quieren comprobar el resultado de este Rogue One: una historia de Star Wars, el primero de los títulos alejados de los episodios oficiales. En esta ocasión centrado en los rebeldes que robaron los planos para destruir la Estrella de la Muerte.
Las primeras predicciones de EEUU hablan de un primer fin de semana de 155 millones de dólares, lo que la colocarían como el segundo mejor fin de semana del año después de los casi 180 que hizo Capitán América: Civil War. Son cifras de taquillazo absoluto, aunque lejos de los datos estratosféricos que hace un año logró El despertar de la fuerza, que amasó 248 millones de dólares en sus tres primeros días. Se nota que las películas que lleguen entre episodio y episodio no tendrán su misma fuerza, aunque sí la suficiente para reventar las arcas de los cines de todo el mundo.
En España, Disney ha sacado los tanques, y Rogue One llegará a 991 pantallas de cine, lo que supone un 34% del total del mercado español. En preventa oficial ya se han vendido cerca de 70.000 entradas. Un taquillazo que está lejos de lo que ocurrió con el Episodio VII, que en diciembre de 2015 consiguió 290.000 tickets en la compra anticipada y llegó a 1.356 pantallas. El resultado fue apabullante, ocho millones de euros en su primer fin de semana en nuestro país. Es de suponer que Rogue One haga, al menos, la mitad que su predecesora, por lo que los cuatro millones parecen una cifra más que posible y si la supera será el mejor estreno del año y un nuevo taquillazo de la franquicia.
Con semejantes cifras y campaña parece que nadie se atreve a meterse con ella, y de hecho los grandes estrenos huyen de estas fechas para no enfrentarse a la todopoderosa franquicia, pero siempre quedan unos cuantos suicidas que aguantan y estrenan el mismo día que Star Wars. Valientes que se lo juegan todo apelando a un público diferente, más cinéfilo y selecto que no se deja arrastrar por las modas. Intentarán aprovechar el poco hueco que queda. En esta ocasión hasta ocho películas se arriesgan.
La más potente es Infiltrado, que tiene a Bryan Cranston -el famoso Walter White de Breaking Bad- como protagonista en un thriller sobre un policía infiltrado en una banda de narcos colombianos. Está dirigida por el competente Brad Furman, y en otra semana podría funcionar bien, pero es el estreno cuya audiencia más se solapa con la de Rogue One. También con un reparto importante y basado en un acontecimiento histórico llega Operación Antrophoid. Su protagonista es Jamie Dornan, conocido por ser el Grey de las 50 sombras, al que acompaña Cillian Murphy. Una historia que narra el atentado contra el líder nazi Reinhard Heidrich, General de las SS, tercero en la línea de mando y artífice intelectual de la Solución Final.
Al mismo público adulto apela El faro de las orcas, lo nuevo de Gerardo Olivares (Entrelobos) y con Maribel Verdú como estrella. La película ha pasado inadvertida en los Goya y tiene muy difícil rascar espectadores entre Star Wars y tanta oferta alternativa. Mejor lo tendrá La comuna, por su perfil claramente autoral y la firma de un cineasta de prestigio como Thomas Vinterberg. No es de las películas mejor recibidas del danés, pero el director de La caza y Celebración siempre es una apuesta segura para el público cinéfilo.
El cine español se contraprograma, ya que otra película nacional se estrena. Se trata de Falling. La protagoniza Emma Suárez -doblemente nominada en los Goya este año-, pero nadie sabe de su existencia ni de su estreno. Tiene muchas papeletas para estrellarse en las pocas salas que la proyecten, como también las tienen el resto de filmes: Eternité, Violencia y El tesoro.
Ya el diciembre pasado unas cuantas valientes se atrevieron con la misma estrategia frente a El despertar de la fuerza, y los resultados fueron irregulares. 45 años, por la que Charlotte Rampling fue nominada al Oscar, se hizo con uno de los mejores promedios de la cartelera gracias a sus 2.365 euros por local. La película de Andrew Haigh venía encumbrada de Berlín y Seminci, y triunfó entre aquellos que escaparon de Star Wars. No hay este año una película con este peso, aunque la que más se acerque sea La comuna, por haber estado presente en el circuito festivalero.
Sufragistas, con Carey Mulligan y Meryl Streep entró desde la sexta posición, pero sólo con 1.765 euros por cine, una cifra correcta, pero no para tirar cohetes. El público adulto se dispersó entre ambas propuestas. Mucho peor le fue a Zonda: Folcore argentino, de Carlos Saura, que no pasó de los 1.225 euros y a Invisibles, con Richard Gere, que sólo hizo 530 euros de media.
Es irónico que Rogue One cuente la historia de un grupúsculo de rebeldes que se enfrentan al poder establecido, precisamente lo que esos ocho estrenos quieren conseguir contra la todopoderosa Star Wars. Que la fuerza les acompañe.