Ryan Gosling y Emma Stone en La la land.

Ryan Gosling y Emma Stone en La la land.

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'La la land': un Oscar cantado

El musical de Damien Chazelle es un brillante y emotivo homenaje al cine musical que tiene todas las papeletas para ser la gran triunfadora de los próximos premios de la Academia.

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Hay películas en las que quieres quedarte a vivir. Que no acaben nunca. Existir entre sus fotogramas, sus personajes y sus canciones. Obras que desprenden magia. La la land es una de ellas. El musical de Damien Chazelle convierte cada una de sus imágenes en una carta de amor pura al cine y a la música. Ahora entiende uno porque la crítica de EEUU ha quedado prendada con este filme que tiene todo para arrasar en los próximos Oscar, como ya anuncian sus siete candidaturas a los Globos de Oro y la cantidad de premios de las asociaciones de críticos que ha recibido.

Además de ser un título brillante, La la land -que aquí llega el 13 de enero con el título de La ciudad de las estrellas: la la land- tiene todos los elementos alineados para que la Academia de Hollywood se rinda a sus pies. Una película que ensalza el cine clásico, la magia de las películas, de la música. Un director que ya destacó con su anterior película (Whiplash) y que ahora se consagra a lo grande, y dos de los actores con más carisma del cine actual: unos Emma Stone y Ryan Gosling que tienen un hueco asegurado entre los nominados al Oscar. Recuerda al año de The artist, cuando todos daban por hecho que aquel homenaje se llevaría el premio gordo de la noche. Habrá que ver como marchan los premios de los sindicatos de productores y directores, pero, a priori, La la land es la película perfecta para ser coronada como la mejor del año el próximo 26 de febrero.

LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS - LA LA LAND. Tráiler Final

El musical es uno de los géneros más cinematográficos que existen. Hollywood sacó toda su grandeza en los años 50, y aunque a posteriori se ha intentado recuperar con títulos como Moulin Rouge, nunca ha vuelto a brillar como entonces. La última película musical en ganar el Oscar fue Chicago, en 2002. La última nominada fue Los miserables en 2013. Ambas, adaptaciones de éxitos de Broadway. La última tendencia ha sido adaptar éxitos del teatro, pero, ¿dónde quedan esos musicales que nacían directamente en el cine y que el espectador descubría por primera vez en la sala a oscuras? Ha tenido que llegar ese enamorado de la música que es Damien Chazelle para resucitarlo.

A todos aquellos que decían que hay géneros y formas de hacer cine que están pasados de moda, Chazelle les da en las narices con una película que podría haber sido hecha hace 60 años y que aun así suena original y novedosa. La película abre con toda una declaración de intenciones. La pantalla pasa de un formato cuadrado a otro panorámico mientras el color inunda todo y se avanza que el filme será proyectado a todo color y en Cinemascope. Ahí empieza La la land, con un número musical hipnótico y vibrante. Un plano secuencia que se mueve entre un atasco en plena ciudad de Los Ángeles donde todos los conductores se apuntan al baile mientras desgranan sus sueños.

Fotograma del musical de La la land.

Fotograma del musical de La la land.

Comienza el festival. Los problemas de una aspirante a actriz y un pianista que defiende la pureza del jazz son la excusa para una lección de puesta en escena. Hacía tiempo que no se veía unos números musicales tan medidos. Además, Chazelle pasa de la música al diálogo con una naturalidad pasmosa, y de lo espectacular a lo íntimo como si llevara décadas rodando musicales. La sencillez del City of Stars que interpreta Ryan Gosling en el muelle es pura emoción.

Por si todavía no fueran cartas de presentación suficientes para los amantes del cine, La la land tiene su propio número de claqué (¿hace cuánto que no veíamos uno?), porque en la película no sólo se canta, sino que la música invade todo y lo envuelve, siendo el hilo conductor. Todo ello con una paleta de colores, un vestuario y una dirección artística que remite a la época dorada del musical, aunque se desarrolle en la actualidad. Una atemporalidad que hace que La la land se suspenda en el aire, en un momento y un lugar definidos, pero también idealizados.

Los protagonistas de La la land, la favorita al Oscar.

Los protagonistas de La la land, la favorita al Oscar.

Con estos mimbres la película tenía todo para ser la típica película buenrollista con final feliz y en la que todo sale bien para sus héroes, pero en su segunda parte -la historia está estructurada en torno a las cuatro estaciones del año- el filme de Chazelle se torna agridulce, mostrando las sombras que se esconden detrás de los sueños y de una ciudad que parece siempre feliz.

Para acabar, un número musical (que no cantado) que es un homenaje a todos los clásicos, especialmente a Un americano en parís, de Vincente Minelli y su espectacular cierre en un parís soñado y de cartón piedra. Otro guiño a los padres de un género que gracias a La la land brilla de nuevo.