'El nacimiento de una nación': de hito del Ku Klux Klan a película para negros
Nate Parker convierte el título de la película de D.W. Griffith en un canto contra el racismo en EEUU.
16 febrero, 2017 02:41Noticias relacionadas
En 1915 se estrenó El nacimiento de una nación y nada volvió a ser igual. D.W. Griffith creó el lenguaje cinematográfico. De repente el cine usaba de una forma expresiva sus recursos y no se limitaba a ser teatro filmado. Al director se le pasó a conocer como el padre del cine moderno y su obra se estudia en todas las facultades de Comunicación Audiovisual. A pesar de que el séptimo arte es lo que es gracias a ella, no se puede olvidar que El nacimiento de una nación es una película que ensalza el racismo y que considera héroes a los miembros de Ku Klux Klan y villanos a la gente de color.
Debido a la importancia de su obra se suele pasar por alto su contenido xenófobo. El film, que cuenta la historia de dos familias amigas que representan el norte y el sur de los Estados Unidos durante la Guerra de Secesión, muestra a los negros como violentos y rebeldes, y al Ku Klux Klan como los únicos capaces de contener el caos que la población de color generaba en las zonas del sur. Borrachos, violadores, ladrones… así veía Griffith a la población afroamericana.
El estreno del filme llegó acompañado de polémica. Las asociaciones en favor de los derechos de los negros protestaron en los cines donde se proyectaba y por otro lado aumentaron los actos violentos de bandas racistas en contra de la población de color. Por si fuera poco en los créditos iniciales aparecía en pantalla una frase del presidente Woodrow Wilson alabando al Ku Klux Klan como "protector del sur". El propio Wilson se vio obligado a declarar ante la prensa que reprobaba la "lamentable producción".
Los años han hecho que la película de Griffith haya quedado marcada como la madre del cine, una madre racista, pero a la que no se le puede negar su importancia. Faltaba un acto de justicia poética para encontrar el equilibrio y ha llegado este año con el estreno de una película que comparte título con la obra original, pero que tiene un mensaje radicalmente opuesto.
El viernes se estrena El nacimiento de una nación, el debut en la dirección del actor Nate Parker que cuenta la historia real de Nat Turner, esclavo, predicador -gracias a que sabía leer- y el iniciador de una de las primeras rebeliones contra la esclavitud. La película arrasó en el Festival de Sundance y durante mucho tiempo fue una de las favoritas a los Oscar, pero la acusación de violación hacia el director la apartaron de la carrera por el premio.
En el año en el que el cine negro ha dado un golpe en la mesa y ha demostrado que hay directores con ganas de reivindicarse en una industria de blancos, Parker ha creado un filme que quiere contar la historia como fue y que a partir de ahora cuando alguien escuche El nacimiento de una nación lo vincule tanto a la obra maestra de Griffith como al relato por la libertad de los negros que él ha firmado.
Lo hace buscando un extraño equilibrio entre lo poético y lo salvaje. Parker no se olvida de que para conseguir la libertad los esclavos tuvieron que usar la violencia, y la muestra con toda su crudeza. La batalla que libran estos negros contra sus amos está plagada de sangre, golpes y dolor. Así fue y no hay que olvidarlo, parece recordar el director en cada plano. Este inicio de revolución no llegó a mucho, y el resultado fue una masacre de esclavos que les devolvió a su cruda realidad durante mucho tiempo.
“Hollywood se construyó en la propaganda que hizo Griffith con El nacimiento de una nación. Fue la primera película que se proyectó en la Casa Blanca y fue un éxito, y el mensaje que decía era: 'acepta la supremacía blanca y sobrevivirás'. Ese era el mensaje, y América lo aceptó. Si intentas ver la película ahora es casi insoportable, porque es una pieza de propaganda. Pero se usó como una herramienta para manipular a la gente en un momento en el que EEUU era muy frágil e impresionable, y funcióno, el Ku Klux Klan llegó a los cuatro millones de seguidores”, explicaba Nate Parker a Vulture sobre sus sentimientos ante la película de Griffith.
El director no escondía en esta entrevista su decisión de usar el mismo título para intentar que, a partir de ahora se diera la vuelta al significado que tenía: “Quería poner el foco en esa película, en lo que le hizo a América y a nuestra industria, lo que le hizo a la gente de color respecto al terrorismo doméstico. Hay sangre en ese título, así que quería darle otro significado. A partir de ahora, El nacimiento de una nación está vinculado a Nat Turner, uno de los revolucionarios más valientes que ha visto este país”.