Desde hace cinco años una sombra amenaza a Hollywood. Se trata de China, cuyo mercado de exhibición no para de crecer y que desde 2012 pisa los talones al hasta ahora líder sin discusión. El ritmo que lleva el gigante asiático hace prever que en 2017 o 2018 pueda haber un cambio en el primer puesto. De hecho, en febrero de 2016 ya ocurrió que el mercado chino hiciera más dinero que el yanqui. Entre la pasión por sus propias películas y el mayor aperturismo a superproducciones de Hollywood han creado un engranaje perfecto que parece no tener fondo.

Las majors no tardaron en darse cuenta de que allí había negocio y empezaron a meter guiños para contentar a la audiencia china y sacar beneficios en su taquilla. Lo hizo Guerra Mundial Z, que cambió parte de la trama original del libro para no cabrearles y, sobre todo, Michael Bay en la última entrega de Transformers. La era de la extinción tenía estrellas asiáticas y el resultado fue el que esperaban sus responsables. Sólo en China consiguió 300 millones de euros, mientras que en EEUU se quedaba en 230.

LA GRAN MURALLA - Tráiler 2 HD

El siguiente paso estaba claro, producir películas hechas por y para sacar dinero en China. La primera que lo ha hecho ha sido La gran muralla, una aventura que se desarrolla, precisamente, en el monumento chino que se descubre que fue creado para contener a una serie de monstruos enormes (una de las predilecciones de los espectadores del gigante asiático) que amenazan con destruir el mundo.

La producción es mayoritariamente de EEUU, pero en su listado de coproductores aparecen un par de nombres chinos. Lo que ha hecho Hollywood es no limitar su historia al país, sino que el 90% de los actores son chinos y han elegido a toda una leyenda para dirigirla, Zhang Yimou, el responsable de títulos como Sorgo Rojo, El camino a casa y obras de acción como Héroe o La casa de las dagas voladoras, además de dirigir la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. Yimou es un pope del cine chino y sólo su nombre llama al público asiático. Además en el reparto pasean un gran número de sus estrellas.

Lo que también tuvieron claro es que no podían hacer un producto sólo para ellos. Había que equilibrar un poco la balanza y que pudiera ser estrenada en el resto de países y que tuviera una digna explotación en la taquilla norteamericana. Así que como protagonista eligieron una estrella conocida por todos, Matt Damon, y otra en ciernes, Pedro Pascal -que ha paseado por Juego de Tronos y ahora lo hace por Narcos-, que además es chileno, lo que también llevará a audiencias latinas a las salas. Un conglomerado de culturas y razas para reventar la taquilla.

Hacer caja sólo en China

La apuesta por China ha sido tan clara que su estreno allí fue en diciembre de 2016, un buen mes para la taquilla y conscientes de que había muchas posibilidades de que no les dejaran estrenar en febrero, mes reservado casi en exclusiva para películas nacionales para aprovechar las vacaciones del año nuevo.

Así que La gran muralla escogió primero su fecha para el desembarco asiático y luego vendrían el resto de países. En España y en EEUU se estrena este fin de semana, pero poco importa ya la taquilla que haga, porque viene con los deberes y las cuentas ya hechas. En Hollywood no se espera mucho, los analistas predicen un primer fin de semana en torno a los 14 millones, por lo que un final en torno a los 30 o 40 sería un buen resultado final para una saca ya bastante llena.

Zhang Yimou en el rodaje de La gran muralla. Universal

Con todavía varios territorios importantes por explotar, La gran muralla ya suma 211 millones de euros. Casi todos logrados en Asia. Al público chino pertenecen 160, de Taiwan llegan otros 3,75, y de Malasia 3,3. Además no ha funcionado mal en países importantes como Francia y Alemania. Su presupuesto estimado es de 140. A poco que rasque en EEUU y el resto de países se puede decir que la apuesta ha salido más que rentable para Universal. Cada vez es más frecuente que China salve del fracaso a grandes producciones de Hollywood. Ocurrió el año pasado con Warcraft, que en su país no llegó a los 46,9 millones, pero en el resto del mundo hizo 362, de los que 206 fueron chinos, de hecho se especula con una posible secuela que estaría dirigida por y para el mercado asiático. También le pasó a Terminator: Genesis, que se estrelló en su estreno local y terminó amasando 412,6 en todo el mundo, de los que 112,5 fueron de China. Con eso consiguió maquillar unas cifras que al principio asustaban a sus responsables.

El mensaje es claro y Hollywood ya se frota las manos. Si no puedes con el enemigo únete a él. Puede que China se convierta en la mayor sala del cine del mundo, así que las películas tendrán que introducir elementos para que su público sienta interés por ellas y seguir forrándose.

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