En uno de sus tatuajes lees: “Indomable”. Y es cierto. Debajo de toda esa coraza hay un corazón como un volcán, que late y bombea rabia y esperanza. Es un dulce veneno, es un ángel con las alas sucias. Durante más de dos décadas se ha interesado por rodar la convivencia de comunidades reducidas y poco conocidas, familias al margen de los familiares. Acaba de estrenar Bilderberg. The Movie, sobre el centenar de ricachones que se reúnen para mover el mundo a su favor. Antes descubrió otras tantas organizaciones criminales en documentales y películas, donde el individuo no es nada sin el grupo. También ha hecho vídeos musicales para Shakira. Ríe sin condiciones, atiza sin concesiones. Si hay que colocarle en algún rincón ideológico, que sea el del anarquismo.
¿De dónde viene Cutrina?
Es italiano. La historia que he averiguado es que era un soldado de Napoleón que desertó y escapó a Italia. Allí se cambió la e, de Cutrine, por la a, de Cutrina.
No está mal, un desertor.
Sí, no está mal.
¿Se identifica más con un desertor que con un resistente?
No, más con un francotirador. Es en lo que me he convertido. Es cierto que en un francotirador hay un punto de resistente, pero no pertenece a nadie.
¿El francotirador es una posición que favorece?
No, para nada. Cuando no quieres pasar por el tubo, el establishment no te quiere porque tú no quieres al establishment. No es una situación tan mala, porque sufriendo más o menos, voy haciendo mi trabajo, disparando mis cartuchos. Los temas que yo he tratado para nada mainstream.
De hecho, su película Alpha abre en 2013 una vía muy poco explorada por el cine español, el thriller criminal, hasta ese momento. ¿Por qué?
El mundo de la delincuencia en este país había sido tradicionalmente la delincuencia política. Los más grandes delincuentes de este país son los políticos. Por otro lado, estaba la delincuencia marginal, de los barrios, las cañadas… Hasta finales de los noventa no llega a España la delincuencia en mayúsculas: la mafias del Este, la mafia china, es decir, los grupos organizados, con jerarquías tradicionales. Hasta iniciado el siglo XXI no se fija el cine español en esta nueva fórmula criminal. Es cierto que Alpha fue de las primeras, era una película barata, no tuvo mucha promoción de marketing, se vio en pocas salas y en internet ha tenido una vida mucho mejor. Cuando te enfrentas a esto diariamente, sólo puedes hacer dos cosas: me arrodillo y abro la boca, o conmigo no van a poder y voy a seguir disparando. Otra gente es más dócil porque no le genera ningún tipo de conflicto moral interno, pero a mí sí.
¿A qué tipo de conflicto se refiere?
Estamos en un país de mierda, donde la mayoría de la población es profundamente inculta. Donde nadie hace nada, ni está interesado en nada, a pesar de que el conocimiento se sirva en bandeja de plata. Cada vez hay menos espacio para el cine más arriesgado. Esto viene del sistema educativo, de la moral y de los valores que hacen de España un país de seres, no de seres humanos.
¿De seres?
Sí, sólo seres. Humanos, con valores, muy pocos.
¿Cuándo se degeneró el país?
Siempre ha sido degenerado. El desarrollo personal, la cultura, no es algo que interese. No interesa y además se está haciendo todo lo posible para que no interese: la gente cada vez es más ciega, más sorda y más apática de lo que era.
Un movimiento social como el 15M, ¿no sirvió para nada?
Sí, para promocionar a Podemos. Los políticos sabían que tenían a cinco o seis millones de personas cabreadas en la calle, que no iban a votar ni al PP ni al PSOE. Entonces hicieron lo que se hizo siempre, darle salida electoral a todos ellos: un tío con coleta, con el puño levantado, contra la casta, todo esto acabó con toda esa gente cabreada en la calle. Y así se disolvió y lo pararon. Era la jugada perfecta, porque además acababa con el PSOE. Están dentro del puto establishment. En mi trabajo pasa lo mismo: o estás dentro o fuera.
¿Cómo se sobrevive estando fuera?
Pasándolo mal. Así estamos unos cuantos. Económicamente, moralmente, se pasa mal de muchas maneras. Hay mucha gente que no tiene este discurso, porque yo no tengo nada que perder.
¿Y el mundo, qué puede perder?
Hay quien quiere que sigamos siendo esclavos y quienes tratan de acabar con nuestra esclavitud. Es un momento muy bonito. Mira Trump: no es el salvador del mundo, pero no nos va a llevar al cataclismo como iban a hacer los otros. Los anteriores nos dejaron a tres segundos de la Tercera Guerra Mundial. Como digas que Trump hace algo bien, eres un xenófobo y un racista. Si no vas con Podemos, eres un facha. No hay opinión, no hay capacidad de raciocinio. Las opiniones están muy polarizadas porque conviene. La economía va a petar en tres años: o Trump y su gente arreglan el sistema capitalista o estamos muertos.
¿Cómo pueden arreglar el sistema?
Intentan subsanar esta situación obsoleta.
¿Por la desigualdad?
De burbuja sobre burbuja.
Pero parece que los más ricos cada vez viven mejor.
Lo que tiene que entender la gente es que Trump no trabaja para la gente. Los intereses de Trump no son los del pueblo, sino los de quienes le han puesto ahí. En algunos casos coinciden. Era lo malo o lo peor. Y ganó lo malo.
Pero en el discurso de investidura dijo que era el final del gobierno de los privilegiados.
Qué va a decir, es el presidente de los EEUU. Es como Obama: en un momento de desolación total creímos que era Martin Luther King II y ha tirado 72 bombas al día. ¡Pero si no ha cerrado ni Guantánamo! Ha hecho todo lo posible por que la guerra se mantenga.
Parece que confía más en Trump para mantener la paz.
No es que confíe más, pero al menos hasta ahora todo lo que dijo que iba a hacer lo está haciendo, aunque lo putean por detrás. Hay una guerra contra él, porque quiere revolucionarlo todo. Es un señor que se ha arruinado cuatro veces y ha salido vivo cuatro veces. Trump es la última medida para detener el desplome total de la economía. Para hacer eso no puedes poner a un tío blando, sino a un hijo de puta, al que no le tiemble la mano a la hora de firmar una orden. Por eso los otros tratan de desacreditarle, pero la gente no puede verlo porque tiene la mente programada para no aceptar ciertas cosas que no se ven. Eso es lo que a mí me interesa, lo que existe y no se ve. Desde el mundo de los pensamientos, los sentimientos, etc.
Y como cineasta, ¿cómo da luz a quien está ciego?
He sido muchos años productor y me he dedicado a hacer documentales. Cuando te despiertas siempre es por un evento que te hace sufrir mucho. Yo dí un giro a la forma de entender mi vida. Lo que he hecho es desprogramar mi mente y reprogramarla con otros valores. Me está costando bastante unir todo esto con el mundo profesional. Porque mi mundo profesional, el sector, está destruido. Eso pasa con Bilderberg, que es un asunto que no interesa, ni se entiende. No ven porque tienen la mente programada por los medios de comunicación y la educación.
Dentro de su carrera 'Bilderberg' es muy interesante porque confirma que sigue interesado en tratar asuntos de comunidades cerradas, que protegen sus intereses, ya sea una comunidad criminal mafiosa o una comunidad criminal de privilegiados. Siempre ha mirado estructuras que se defienden muy bien.
Sólo sé encontrar la luz desde la oscuridad.
¿Qué diferencias de estructuras hay entre un club de ricachones y la mafia?
Ninguna. De hecho, la mafia tiene muchos más valores que los burócratas, los tecnócratas, los reyes… Esa gente es lo peor, es la lacra que nos ha llevado a donde estamos. Habría que quitarlos a todos y no reemplazarlos por nadie. Son figuras que no tienen que volver a existir, es un asunto de conciencia. La anarquía es lo mejor, pero sólo es posible si todo el mundo fuera más o menos consciente de verdad. Por eso no hay ningún país anarquista. Como humanidad, no hemos encontrado otro sistema.
¿Qué crees que pasará con 'Bilderberg'?
Nada. Se verá en los círculos habituales. Nadie va a invertir tres millones en promocionar la película. Así es como funciona. Pero eso no es razón para que no lo hagamos: lo bueno del cine es que va por encima de cualquier ego. No descubrimos nada, pero queríamos que hubiera un documento audiovisual del best seller de Dani Estulin, de 2002. Lo que más me preocupa es qué podría hacer yo para que la gente tomara conciencia. ¿Qué podríamos hacer? Y sólo se me ocurre una revolución. Y una revolución no se hace desde la conciencia, se hace desde la desesperación, sacando las armas y separando las cabezas de los troncos. Así ha sido toda la vida, como en Francia. Esto es lo que debería hacerse, sé que suena horrible, pero es la desesperación de ver que nadie es capaz de ver nada. Siempre preferirán a Belén Esteban que una bandeja de oro llena de conocimiento. Es desesperante.
Su situación no es la única maltrecha en el cine, ¿verdad?
No, claro. Es como si no existiéramos. Tengo el ego trabajado, puedo separarme de mí, y ver lo que les pasa a los demás. Sólo viven de esto tres. El resto buscamos al hijo de un financiero interesado en cine a ver si podemos convencerles para que inviertan. Las pocas ayudas que había, con toda esta panda de gángsters que tenemos, han evaporado la pasta y lo primero que han hecho ha sido recortar en cultura.
¿Siempre ha sido tan rebelde?
Siempre he sido un rebelde. Un inconformista se queja y no hace nada, un rebelde se queja pero se mueve. Creo que aunque te cueste la vida hay que intentar hacer algo por cambiar las cosas. Siempre he tenido muchos problemas con la autoridad y las reglas. Con los uniformes también. Necesito tener la opción para poder pensar, razonar y valorar si quiero o no quiero asumir lo que me obligas que asuma. No me pongas el churro en la boca y me digas si no me lo trago tengo un problema. Esto es así en la escuela: ponen a cincuenta niños en fila, les meten un churro por la boca y a quien le sienta mal le dicen que tiene un problema y les mandan al psicólogo.
¿Su cine es un reflejo de su propia vida?
Sí. Bastante. Soy fan de la oscuridad, y durante 20 años ha estado haciendo documentales de putas, de cocainómanos, de bandas criminales, de cómo se contratan asesinos en una oficina de Colombia… Estos retratos se hacen conviviendo con ellos durante un buen tiempo, así fue en One dollar, el precio de una vida (2002) con Hector Herrera. Porque me interesa mucho el ser humano y sus zonas oscuras. La única manera de comprender, es así. Al comprender, dejas de juzgar. Es más, mis producciones se han tildado de apologías porque no condenaba explícitamente. Yo cuento historias, no juzgo si es malo o bueno. Hice un documental de atracadores de bancos, Profesionales (2005), y se me dijo que los ensalzaba.
Llevamos más de media hora sin hablar del IVA cultural, ¿por qué no se queja?
Porque estoy fuera del sistema. Mis últimas tres producciones no han sido financiadas en este país. Lo que ha pasado en el cine es un reflejo de lo que ha pasado en la sociedad: la clase media se la han cargado, eso en el cine equivale a las películas de un millón a cinco millones de euros. Esas son las películas que daban de comer al sector. Ahora hay películas de 400.000 euros o 40 millones de euros. Éstas siempre son rentables porque está Berlusconi detrás y mete 15 millones de euros de promoción que mueve a la gente. Luego están los que lo pasan mal para juntar 50.000 euros. Nosotros no servimos para nada, sólo para entretener.
¿Pero para qué sirve la cultura?
El papel de la cultura es enriquecer el ser de los humanos. Una manera de no dejar que el ser humano se desarrolle es desculturalizándote: Y es cuando lo único que te importa es salir, ponerte cachas, hacerte famoso y follar.