Nadie podrá acusar a la gala de los Oscars 2017 de haber defraudado a quienes hayan trasnochado con el smartphone encendido en la mano para comentar las jugadas. La ceremonia ha sido inesperadamente política, como corresponde a los tiempos convulsos en EEUU; ha celebrado la espontaneidad infiltrando a un grupo de turistas armados de iPhones violeta y paloselfies entre las estrellas, y ha puesto el broche con una metedura de pata histórica en la entrega del Oscar a la mejor película.
Política y Twitter han ido de la mano: las críticas al muro fronterizo han abundado en el discurso de Gael García Bernal y el realizador Asghar Farhadi, ganador del Oscar a la mejor película en lengua extranjera, se ausentó en rechazo al veto migratorio. Para provocar al protagonista in absentia, el presidente Donald Trump, el presentador Jimmy Kimmel lanzó un par de tuits preguntándole si seguía despierto y mandándole saludos de parte de Meryl Streep, a la que criticó por su discurso en los Globos de Oro. Los retuits han sido multitudinarios.
Nada hacía prever sin embargo el calamitoso desenlace de la gala, en la que en pleno discurso de aceptación del equipo de La La Land al Oscar a la mejor película se les hace saber que se ha producido un error. Ellos han perdido, Moonlight ha ganado. ¿El motivo? A Warren Beatty y Faye Dunaway les pasaron por error un papel en el que figuraba el nombre de Emma Stone. Beatty no supo qué hacer y se lo pasó a Dunaway; ella dedujo equivocadamente la película a raíz del nombre de la actriz protagonista.
En un momento que ya es historia de la televisión, el productor francés Fred Berger escucha el revuelo a sus espaldas y, con una plasticidad encomiable, anuncia que "por cierto, hemos perdido" sin perder el pie:
Naturalmente, las redes han hecho sangre a placer con la metedura de pata, con la portentosa imagen del productor y miembro de la Academia Jordan Horowitz mostrando a cámara la tarjeta que confirma a la verdadera ganadora.
Aunque el premio a la mejor reacción es para el realizador español Juanjo Giménez que vio como su corto 'Timecode' se quedaba al final sin estatuilla.
De no haberse producido el fiasco en la entrega del Oscar a la mejor película, sin embargo, el broche a la espontaneidad se lo hubiera llevado la decisión de Kimmel de meter a un grupo de turistas a pasear en primera fila. 'Gary de Chicago' se convirtió por unos segundos en la estrella de la noche, en una secuencia grabada por el músico Keith Urban.
Sin embargo, el mayor premio se lo llevaba la novia de Gary cuando el actor Ryan Gosling se acercaba a susurrarle algo al oído. ¿A qué podía deberse su expresión estupefacta? Un editor de Buzzfeed ata cabos ateniéndose a la fama de bromista del canadiense:
No es, sin embargo, la única teoría
Entre el truco de Nicole Kidman para no despellejarse las palmas de las manos tras horas de aplausos...
... las travesuras de Justin Timberlake...
... y el buen perder de Emma Stone, damos por entegrados los Oscar de 2017.
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