El Tribunal de Cuentas saca los colores a la gestión del cine español de González-Sinde
El informe, que ha sido publicado en el BOE, tira de las orejas al ICAA en el periodo analizado, que llega hasta 2011, durante el gobierno del PSOE.
24 marzo, 2017 18:49Noticias relacionadas
El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales tiene una misión clara: fomentar, promocionar y ordenar las actividades audiovisuales españolas, así como promover nuestra industria y proteger el patrimonio fílmico. Para ello el Ministerio de Cultura otorga una dotación económica en los presupuestos del estado de la que se extrae el dinero para las subvenciones, para la filmoteca o para la restauración de películas entre otras cosas.
De la salud del instituto y de su independencia depende también el bienestar de nuestro cine, ya que el ICAA actúa como intermediario entre el sector y el gobierno en las negociaciones que tienen. Para asegurar su funcionamiento todos los años se auditan sus cuentas, y de vez en cuando se realiza un Informe de Fiscalización que disecciona el estado de la institución y el buen funcionamiento del día a día. Esta es una actividad muy inusual, pero que se llevó a cabo en el Instituto de la Cinematografía en 2011 dejando unos resultados preocupantes.
De la salud del instituto y de su independencia depende también el bienestar de nuestro cine, ya que el ICAA actúa como intermediario entre el sector y el gobierno en las negociaciones que tienen
El informe, que ha sido publicado en el BOE, tira de las orejas al ICAA en el periodo analizado, que llega hasta 2011, aunque en algún aspecto se ha ampliado para cumplir los objetivos. La gestión de la cartera de Cultura correspondía a Ángeles González-Sinde, que estuvo dos años al frente del Ministerio de Cultura y a Carlos Cuadros Soto como responsable del Instituto de la Cinematografía. Las conclusiones de este documento son alarmantes, y el Tribuna de Cuentas ha notado deficiencias en apartados esenciales como la concesión de subvenciones, la gestión diaria, la contratación de personal o la conservación del patrimonio fílmico.
Caos institucional
Respecto a las ayudas concedidas en 2011 el Tribunal de Cuentas destaca que “el ICAA convocó dieciséis líneas de subvenciones en régimen de concurrencia competitiva por importe de 71.433.649 euros, cuyas bases reguladoras presentaron carencias como la omisión o insuficiente definición del objeto subvencionable, o la existencia de inconsistencias entre el contenido de las bases reguladoras y el de las convocatorias”. “Asimismo, en los procedimientos de selección y valoración analizados se ha constatado la incorrecta aplicación de los criterios de valoración establecidos en las bases reguladoras y en la convocatoria”, dice el texto.
El caos de la institución no sólo se manifiesta en su forma de convocar las subvenciones, sino también en el día a día y en cómo no se están cubriendo los puestos que van quedando vacíos en la plantilla, algo que ocurría también en la filmoteca.
“En 2011 el Organismo suplió la carencia de personal para desempeñar funciones habituales y permanentes recurriendo a la figura del colaborador social, en vez de realizar las oportunas ampliaciones de la RPT y la subsiguiente selección de personal mediante convocatoria pública. Se ha constatado que, a noviembre de 2013, dos trabajadores seguían desempeñando sus funciones en el ICAA, lo que resulta contradictorio con el carácter temporal establecido para este tipo de trabajos de colaboración”, dice el informe.
Respecto a los fondos fílmicos del Instituto dejan claro que existen “notables deficiencias y debilidades de control interno entre las que destacan la ausencia de recuentos físicos periódicos
Respecto a los fondos fílmicos del Instituto dejan claro que existen “notables deficiencias y debilidades de control interno entre las que destacan la ausencia de recuentos físicos periódicos, la existencia de discrepancias entre los registros de almacén y los documentos de entrega y devolución de fondos fílmicos, así como la ubicación dispersa de los elementos entre diferentes almacenes y locales, gestionados y custodiados por diferentes unidades”.
Tampoco el ICAA aprueba en cuanto a la conservación del patrimonio cinematográfico. “No se ha dado cumplimiento al mecanismo de seguimiento de las medidas de conservación, promoción y desarrollo del patrimonio cinematográfico y audiovisual establecido en la Disposición adicional quinta de la Ley del Cine, en el que se exigía la elaboración de un estudio relativo a la eficacia de las diferentes ayudas e incentivos otorgados en el periodo 2007-2011, por lo que no se ha dispuesto de uno de los principales instrumentos de seguimiento y evaluación de la eficacia del sistema de ayudas al sector cinematográfico y audiovisual”, dice el texto en sus conclusiones.
Recomendaciones del Tribunal
Tras el rapapolvo del tribunal se establecen una serie de recomendaciones para que las cosas cambien en el futuro. Entre los consejos está “reforzar los mecanismos de control interno en la gestión de inventarios, así como en el control y la salvaguarda de los activos, especialmente en relación con los fondos fílmicos, documentales y museísticos”.
Así como “fortalecer la política de restauración o conservación de los fondo”. “Sería necesario que el Organismo restringiese el recurso a la figura del colaborador social y otros trabajadores temporales como forma de contratación de personal, y evitase, asimismo, la contratación de asistencias técnicas para el desempeño de trabajos estructurales” dice sobre la contratación.
Respecto a las subvenciones cree que “las deficiencias e incumplimientos puestos de manifiesto en la gestión de las subvenciones concedidas por el Organismo deben superarse mediante una evaluación exhaustiva de los procedimientos implantados que conduzcan al cumplimiento riguroso de la normativa que regula esta materia y a la mejora del control interno de este área de actividad”.
Fuentes de la Secretaría de Estado de Cultura explican a este periódico que aquello “está superado” pero que en su momento este informa del Tribunal de Cuentas fue “algo muy gordo”. “En aquella época salen todos los temas de fiscalía, de exigir los reintegros de subvenciones… y poco a poco se ha solucionado o está en vías de solución”, aseguran. Un documento que provocó que se “cambiaran los procedimientos, y que dejó claro que las cosas eran manifiestamente mejorables”. “Para se tomaron decisiones como controlar más las subvenciones, ser más rigurosos... la crisis ha valido también para eso. Antes había conductas más permisivas. Todo ha mejorado mucho, pero hay que seguir mejorando, especialmente en cuanto a la situación del personal en ICAA y filmoteca” apuntan desde Cultura.