A Rajoy y a Montoro se les llena la boca y cada dos por tres anuncian que “España es el país que más crece de Europa”. Un crecimiento que no se nota en el sector cultural, y menos en el cine español, que sigue lastrado con un IVA del 21% y unas ayudas congeladas en los 30 millones de euros. Los productores ya han dejado claro al Secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, y al Ministro Méndez de Vigo que esa cantidad es “insuficiente” para toda la industria.
Lo explicaba en este periódico el presidente de la Confederación de Productores (FAPAE), Ramón Colom, pero siempre hay una excusa para dar lo mínimo. Primero fue la crisis, luego la doble convivencia de dos modelos con la reforma de la Ley y ahora que no se hayan aprobado los presupuestos del estado. Con semejante dotación sólo llegarán a la subvención grandes producciones de las cadenas privadas, mientras el cine medio continuará su extinción.
Alemania ha aumentado el fondo para su cine hasta los 150 millones de euros. Italia lo hizo el año pasado hasta los 400. En España se siguen dando 30 millones, una cantidad insuficiente
Mientras que en España se ignora al cine español y se le ponen palos en sus ruedas, desde el resto de países europeos ocurre todo lo contrario. Las legislaciones se están reformando y se esta proporcionando dinero a una industria que devuelve al estado mucho más que el que este les da en forma de ayudas. El último en hacerlo ha sido Alemania. La cuna de los recortes y la austeridad ha aprobado la semana pasado un aumento del 55% en la cantidad que se dará al cine para producir películas. Un fondo que tras la reforma ha alcanzado los 150 millones de euros. Cinco veces más que lo que reciben aquí.
La industria del cine alemán lo ha calificado como una gran victoria, y han dejado muy claro quién es la responsable de este éxito, la secretaria de Estado de Cultura, Monika Grütters, que se ha erigido como líder del sector y ha luchado contra todos para lograrlo. Para ello ha tenido que enfrentarse al ministro de Hacienda, Wolfgang Schauble que, según varias publicaciones y según informa Variety, planeaba desmantelar el sistema de ayudas hace dos años. El cine alemán devuelve entre 2 y 4 euros por cada uno que recibe del Gobierno. Este ha sido el argumento de Grütters, que ha recibido la felicitación pública de la Alianza de Productores Alemanes: “Está claro que no estamos solos en nuestro visión. La compartes, y eso es un mensaje maravilloso”.
Una situación que contrasta con la española, donde Montoro tiene la sartén por el mango y ningún Ministro de Cultura ni tampoco un Secretario de Estado de Cultura le ha hecho cesar en su acoso y derribo al cine español. El fondo alemán contará en 2018 con 125 millones para producción de títulos normales y otros 25 para aquellos más pequeños o de autor. Aquí el dinero que se da a lo que se califican como “ayudas selectivas” para cine independiente es 5,3 millones.
No es el primer cambio que tiene lugar este año. Grütters también consiguió que se creara un fondo alternativo para ayudar a las coproducciones internacionales y filmes de grandes presupuestos para que estos no coparan las ayudas normales. Una saca independiente que este año ya ha contado con 25 millones y que el próximo subirá hasta los 75. Además la DFF, equivalente al ICAA de aquí, ofrece incentivos fiscales de más del 20% a coproducciones internacionales si gastan al menos un 25% de su presupuesto en Alemania, lo que ha provocado que se rodaran allí éxitos internacionales como La cura del bienestar, Capitán América: Civil War y El puente de los espías.
Italia a la cabeza
Alemania no es la primera en dar una lección de cine a España. Siempre se pone el ejemplo del modelo francés, pero está más cerca en el tiempo la reforma realizada el año pasado por Italia que ha revolucionado la industria y por la que el Gobierno dotó al cine de un fondo de 400 millones de euros para este 2017. Una cantidad que será la mínima que reciba la industria para promover todos los sectores: producción, distribución y exhibición cinematográfica. Dario Franceschini, Ministro de Cultura, y Matteo Renzi lo anunciaron en febrero del año pasado junto a los popes del cine nacional: Bernardo Bertolucci, Paolo Sorrentino, Roberto Benigni y Giuseppe Tornatore. Por si fuera poco también se anunció una subida de los incentivos fiscales.
En Italia, cada año, el 12% del IVA que paguen las empresas que exploten películas alimentará la cantidad del fondo de cinematografía hasta por lo menos esos 400 millones de euros
Esta cantidad supone un incremento del 60% en las ayudas al cine italiano, que hasta este momento salían de un fondo común para el cine, la música, la ópera y el teatro. De esos 400 millones el 15% serán para primeras y segundas películas y se trabaja para crear ayudas para jóvenes productores que aumenten las producciones independientes. La nueva ley también obligará a las cadenas de televisión a emitir más cine. Para asegurarse habrá sanciones y multas para los que no lo cumplan. Es la reforma más grande para el cine italiano desde 1949.
Esta nueva dotación económica no saldrá directamente de las arcas del estado, sino que serán las compañías que exploten comercialmente contenidos cinematográficos las que tengan que aportar parte de sus impuestos para el fondo a la cinematografía. “Cada año, el 12% del IVA que paguen las empresas que exploten películas (incluyendo cadenas de televisión, operadores telefónicos, proveedores de internet y distribuidoras cinematográficas), alimentará la cantidad del fondo hasta por lo menos esos 400 millones”, explicó Franceschini en un acto en el que se ganó a la industria de cine italiano.
Alemania, Francia e Italia no serán los países que más crezcan de Europa, pero sí que nos dan un repaso en cómo se defiende la cultura y el cine desde el Gobierno.