El lujo y el glamour de Cannes se ha visto sustituido este año por la polémica y el mal rollo debido a la guerra entre Netflix y el festival, que este año ha incluido por primera vez dos películas producidas por la plataforma -Okja y The Meyerowitz Stories- en su Sección Oficial. Esto significa que existía la posibilidad de que la Palma de Oro no se pudiera ver en las salas francesas, algo que escandalizó a la Federación Nacional de Cines Franceses. El certamen había sacado pecho al anunciar los títulos a competencia. “Dos operadores nuevos para el cine, Amazon y Netflix, y dos operadores nuevos en el festival", decía entonces Thierry Frémaux.
Poco duró su optimismo, la presión de los exhibidores hizo que el Festival rectificará a los pocos días. Lo hacía a posteriori. Ya no podía corregir su Sección Oficial, pero si incluir una clausula para las próximas ediciones que obliga a cualquier película que se presente a estrenarse en salas francesas. Por supuesto dejaban de lado a los cines del resto del mundo. Su comunicado decía lo siguiente:
“El Festival de Cannes es consciente de le ansiedad producida por la ausencia de estrenos en salas de esas películas en Francia. El Certamen ha pedido en vano a Netflix aceptar que esas dos obras puedan llegar a los espectadores de cine franceses y no sólo a sus suscriptores. No se ha llegado a ningún acuerdo.
El Festival está contenta de dar la bienvenida a un nuevo operador que ha decidido invertir en cine, pero quiere reiterar su apoyo al sistema tradicional de exhibición en Francia
El Festival está contenta de dar la bienvenida a un nuevo operador que ha decidido invertir en cine, pero quiere reiterar su apoyo al sistema tradicional de exhibición en Francia y en el resto del mundo. Consecuentemente, y después de consultarlo a los miembros del consejo, el Festival de Cannes ha decidido adaptar sus normas a esta situación que hasta hoy no se había dado: cualquier película que quiera competir en Cannes tendrá que comprometerse a ser distribuida en cines franceses. Esta nueva medida se aplicará desde la edición de 2018 en adelante”.
Por tanto Netflix tendrá que adaptarse a las peticiones de Cannes o sus películas no llegarán. Entre manos tienen proyectos tan potentes como lo nuevo de Scorsese, The irishman, que no podría verse en La Croisette si alguien no cede en esta guerra en la que todos han opinado. Almodóvar, Tilda Swinton, Will Smith… todos han dado su opinión, pero, ¿y qué pasa en España?, ¿pueden competir películas de Netflix en nuestros festivales más importantes, ¿y en los premios?.
Goya Vs Feroz
El equivalente a Cannes en España sería el Festival de Cine de San Sebastián, el único de primera categoría del país y una de las citas imprescindibles para cinéfilos. Sus bases dejan claras que “las películas de producción totalmente española que compitan en la Sección Oficial deberán ser estrenos mundiales”, y que “no podrán haber sido proyectadas en ningún festival nacional o internacional, ni haber sido estrenadas o proyectadas públicamente antes de las fechas del Festival”. En el reglamento hacen una pequeña referencia al Video On Demand, y explican que “no se admite la inclusión de películas que participen en la Sección Oficial en plataformas de VOD a excepción de aquellos casos en los que sea de uso estrictamente profesional y con acceso restringido”.
Las películas deben haber permanecido en cartel un mínimo de siete días consecutivos en la misma sala de exhibición, con taquilla abierta al público
Desde el certamen explican que esto se refiere sólo a que “una película de Sección Oficial no puede haberse estrenado en ninguna plataforma online”, pero no obligan a que las obras tengan distribución asegurada en España. Lo mismo ocurre con los siguientes certámenes en importancia. Ni Seminci, Sitges, Gijón o Sevilla hacen mención alguna a Netflix o ninguna plataforma online. Esto despeja el camino de películas como Fe de Etarras, segunda producción nacional de Netflix que no tendría impedimentos para acudir al festival.
Quien sí especifica la forma de exhibición de las películas es la Academia de Cine en los criterios que deben cumplir las películas que quieran optar a los premios Goya, y la sala es obligatoria. Así lo recogen sus bases:
“Las películas deben haber permanecido en cartel un mínimo de siete días consecutivos en la misma sala de exhibición, con taquilla abierta al público, excepto las películas documentales, cuyo plazo mínimo en cartel será de 3 días consecutivos en la misma sala de exhibición, con taquilla abierta al público”.
El año pasado la primera película de Netflix, 7 años, fue precandidata en los premios, y desde la Academia de cine confirman que todas aquellas que entran en el listado es porque cumplen todos los requisitos, por lo que la película de Roger Gual acudió a lo que se llama un estreno técnico -una presencia mínima en los cines-, que le permitieron entrar. Esto lo confirman los datos de recaudación que se pueden ver en la web del Ministerio de Cultura, que asigna al filme 51 espectadores y una recaudación de 274 euros.
Los Premios Feroz, entregados por la Asociación de Informadores Cinematográficos, sí que contemplan ya en sus bases las nuevas ventanas de exhibición, y dice que serán elegibles “todas aquellos largometrajes españoles estrenadas comercialmente en España entre el 1 enero y el 31 de diciembre del año en curso”, considerando que “la cinta debe haber tenido exhibición comercial general y pública” y “en el caso de la distribución comercial on-line, las películas han debido estar a disposición del público de forma general”.
Francia es Francia, y allí lo que ha pasado es que las salas son sagradas, y si van a Cannes, que es el buque insignida del cine, tienen que cumplir sus normas
Desde la Federación de Exhibidores de Cine de España no se plantean ejercer una presión como la que han hecho las salas francesas. Respetan que cada certamen tenga sus reglas. “Ellos tienen sus normas, y ahí no nos metemos, las películas tendrán que adaptarse a ellas. Francia es Francia, y allí lo que ha pasado es que las salas son sagradas, y si van a Cannes, que es el buque insignida del cine, tienen que cumplir sus normas. Netflix lo que ha intentado ha sido poner zancadillas y ha pasado lo que ha pasado”, cuentan a EL ESPAÑOL. La polémica sigue viva, y su siguiente asalto se vivirá el domingo, cuando el jurado presidido por Pedro Almodóvar tenga que decidir si concede el primer premio de un gran festival a una película de Netflix. Se admiten apuestas.