Hay personajes que con dos frases tienen ganados al público. Un buen guion unido a un actor con carisma son la mezcla perfecta para lograrlo, y una vez se tiene el resultado es una bomba de relojería. En la televisión española ese tándem se dio en La que se avecina gracias al trabajo de Alberto y Laura Caballero, capaces de escribir un personaje tan extremo como Antonio Recio, ese pescadero racista, homófobo, clasista y todo lo malo que uno pueda pensar. Su vecino con aires de grandeza creció de forma exponencial cuando un intérprete como Jordi Sánchez le dio forma. Ahora no hay quien les pare, son el centro cómico de una serie loca e impredecible.
El actor estrena mañana Señor, dame paciencia, una comedia coral que él protagoniza junto a Edu Casanova, Rossy de Palma y Megan Montaner entre otros. Un filme que coge ese humor costumbrista que tan bien funciona en taquilla para contar la historia de un banquero ultraconservador que tiene que enfrentarse a los novios de sus hijos: uno catalán, otro perroflauta y el otro vasco, gay y negro.
Jordi Sánchez ha visitado la redacción de EL ESPAÑOL y ha tenido un encuentro con los lectores en los que ha reconocido que ambos personajes son “perfiles muy parecidos, son personajes muy de derechas e intransigentes”. “En la sitcom el personaje no evoluciona, esa es la clave, pero en las películas, como la historia se cierra, el personaje tiene una trayectoria. Aquí mejora porque entiende que no se puede ir así por la vida. Al Recio eso no le pasa”, ha dicho el actor.
Un tipo de persona que él reconoce que no le caería bien, como ocurría con el vecino de La que se avecina. Por ello es un reto, como le explicó la directora de la serie, Laura Caballero. “Me dijo que me tenía que caer bien, y es un compendio de pecados capitales y de defectos”, asegura el actor, que encontró la clave enfocándolo “como al niño al que todo le sale mal, da penita, es un crío al que le dan rabietas y eso le hace tierno, y ese punto de fragilidad lo acerca a la gente”. Los espectadores lo han entendido, y aunque le griten “Pescadero, cabrón”, por la calle, saben que es “una crítica del intolerante”.
Siempre me han dicho que si me iba a encasillar y luego me han dado otra cosa, no creo mucho en los encasillamientos
Señor, dame paciencia se enfrenta a un público que tiene ganas de reírse y que se ha volcado con la comedia española. Especialmente en los últimos años con la sociedad asolada por los problemas económicos. “A la gente siempre le apetece reírse, pero como ahora el país está atravesando esta crisis que no se termina, la gente ahora te para en la calle y te da las gracias, eso es nuevo. Te dicen: 'no llego a fin de mes, pero al menos me río un rato', y antes de la crisis eso no lo decía la gente”, ha asegurado en el Facebook Live de EL ESPAÑOL.
Nunca ha tenido miedo al encasillamiento, y eso que su personaje en La que se avecina es de los que marca. “Siempre me han dicho que si me iba a encasillar y luego me han dado otra cosa, no creo mucho en los encasillamientos. Puede que al verte en una serie de éxito digan: 'vamos a coger a este que lo mismo llena los cines', pero espero que sea por algo más que eso”, ha asegurado Sánchez, que es mucho más que Antonio Recio, también es dramaturgo y el autor de la obra de teatro Krámpack, por la que ganó el Premio Max y que luego Cesc Gay adaptó al cine.
Una labor, la de escribir, que no abandona, aunque se tenga que organizar mejor el tiempo, y que comenzó porque “tenía tan poca confianza en mí como actor que me escribía y producía las cosas”. “Me gusta escribir, es liberador, me da bienestar y buen rollo”, ha asegurado. Para los fanáticos de la serie de Telecinco lanzó también un mensaje tranquilizador. Además de la temporada pendiente de estreno rodarán una nueva y no tiene intención de retirarse. Queda Recio y Jordi Sánchez para rato.