El arcipreste ruso y exportavoz de la Iglesia ortodoxa de este país Vsévolod Chaplin declaró hoy que "Rusia morirá" si la polémica película "Matilda", sobre una relación extramatrimonial del último zar, Nicolás II, finalmente llega a la gran pantalla. "El filme Matilda debe ser prohibido sin falta, porque si llega a proyectarse, Rusia morirá y será algo justo a ojos de Dios", dice el religioso en un vídeo publicado en un canal de YouTube.
Para Chaplin, la película, dirigida por Alexéi Uchítel, es "un asesinato ritual y simbólico" del zar. Ver el filme que "se mofa" de la historia de Rusia y "de lo mejor que le ha pasado" debe considerarse un pecado y servir como motivo para la exclusión de la Iglesia. El religioso tachó la cinta de "falsificación de la historia", llegando a comparar la situación con la "rehabilitación del nazismo y el fascismo". "Pero (el filme) es mucho peor que el nazismo y el fascismo", aseguró.
Tanto la Iglesia ortodoxa rusa como la Casa Imperial consideran una "blasfemia" hablar con tanta ligereza sobre ciertos aspectos de la vida del último zar, santificado en el año 2000
"Matilda" toma el título de la bailarina Matilda Kshesínskaya, de origen polaco, estrella del teatro Marínski de San Petersburgo a finales del siglo XIX, quien mantuvo una corta pero apasionada relación con el zar entre 1892 y 1894. Según los historiadores, la aventura terminó en cuanto Nicolás contrajo matrimonio y fue coronado pocos días después de la muerte de su padre, Alejandro III.
Tanto la Iglesia ortodoxa rusa como la Casa Imperial consideran una "blasfemia" hablar con tanta ligereza sobre ciertos aspectos de la vida del último zar -para ellos escabrosos-, santificado en el año 2000. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, negó el mes pasado que se vaya a prohibir Matilda.
El director de la película lamentó previamente que todo el mundo critique su cinta sin siquiera haberla visto, basándose solo en el tráiler, y se mostró dispuesto a mostrarle el filme a todos los detractores. En su momento, un grupo de cineastas rusos firmaron una carta abierta en la que criticaron los intentos de censurar la película.