Antonio Banderas nunca fue el niño mimado de la crítica ni de los premios. Ha sido nominado en cuatro ocasiones a los Goya, pero nunca lo ha ganado, ni siquiera como productor de la película animada Justin y la espada del valor. Tuvieron que llegar los 50 años y los premios honoríficos para quitarse la espinita. A partir de aquel momento se empezaron a amontonar, Goya de Honor, premio en Málaga, en Sitges… y ahora el Premio Nacional de Cinematografía que reconoce la carrera del actor que demostró que el idioma no era un problema para triunfar en Hollywood.
Banderas fue avanzando título a título, haciéndose un nombre al lado de directores como Pedro Almodóvar, para luego tener la posibilidad de elegir dónde trabajar. Demostró que un español podía ser un héroe de acción al otro lado del charco, donde se convirtió en anfitrión de todos aquellos que querían triunfar allí. La casa del actor era el hostal donde todos podían quedarse, y aceptaba su condición de 'primer español que triunfó en Hollywood' con la responsabilidad de servir a los siguientes. En su carrera ha trabajado con cineastas de la talla de Terrence Malick, pero también ha tenido tropezones como Enemigos: Ecks contra Sever. Aquí está la lista de los cinco papeles por los que Antonio Banderas se merece el Premio Nacional de Cinematografía, y cinco por los que no.
'Matador' (1986)
El comienzo de su relación con Pedro Almodóvar es La ley del deseo, pero su primer gran papel está en Matador, el filme por el que, además, consiguió su primera nominación al Goya. El director manchego demuestra que es un gran director de actores, a los que ata en corte y exige el máximo. Una de las mejores interpretaciones de Banderas en un personaje turbio y complicado. En el pasado Festival de Málaga decía sobre el realizador que "trabajar con él es muy complicado, es el dueño de todo, es un infierno creativo”. “Tenía la sensación de que me domesticaba, me desnudaba, me quitó tics. Te desnuda y te pone la ropa que quiere ponerte, pero cuando ves la película es muy satisfactorio. Le quiero mucho", aseguraba.
'Bajarse al moro' (1989)
Fernando Colomo demostró con esta adaptación de la obra de teatro de José Luis Alonso de Santos que Banderas está soberbio cuando se desata y deja de preocuparse por ser un actor serio. Una comedia desprejuiciada e irreverente que mezcla sexo, droga y hasta política. Banderas nunca ha estado tan divertido en un papel en el que se midió en una de sus primeras incursiones en el género con actores de la talla de Verónica Forqué y Juan Echanove y salió más que airoso, aunque fuera olvidado en los Goya de ese año.
'¡Átame!' (1989)
El mismo año estrenaba cuatro películas y demostraba que era el actor de moda. Lo tenía todo, un rostro nuevo, joven, con pinta de seductor y capaz de enfrentarse a todo sin miedo. Como actor se reafirmó en ¡Átame!, un tour de force junto a Victoria Abril y su mejor interpretación hasta el momento. A pesar de lo duro de trabajar con Almodóvar repitió constantemente y tres de sus cuatro candidaturas a los Goya fueron con él en la silla de dirección. Fue, junto a Mujeres al borde de un ataque de nervios, el papel que le puso en la órbita de Hollywood.
'Desperado' (1995)
Tres años antes de que llegara su gran taquillazo en Hollywood (La máscara del Zorro), Robert Rodríguez le ofreció el papel protagonista en esta película de acción en la que Banderas deja claro lo que es tener carisma y presencia cinematográfica. Su imagen con el pelo largo cargando dos guitarras que se convierten en metralletas se convirtió en un icono, y tanto él como Salma Hayek salieron catapultados al éxito.
'Shrek 2' (2004)
No es una broma. Shrek 2 merece estar en esta lista a pesar de que él se encargara del doblaje de un personaje, pero es que su Gato con Botas robaba la función en cuatro escenas, y mucho de este éxito se debía al gran trabajo de voz realizado por Banderas, que se ríe de sí mismo, de su acento y de sus propios personajes, con gracia y dando alma a un personaje que en otras manos hubiera sido un secundario más.
'Spy Kids' (2001)
En su carrera en Hollywood Bandera no ha atinado tanto como en la española. Romper con los estereotipos latinos no es fácil, y menos con papeles como el de la saga Spy Kids, en la que da vida a un padre de una familia de espías que es el prototipo de latino visto mil veces. La idea del irregular Robert Rodriguez tuvo su gracia en la primera entrega, pero llevarlo a trilogía sacó de quicio a todos, y eso se nota en unas interpretaciones que saturaban y no sabían ni qué hacer en un festival del croma y de la exageración.
'Pecado original' (2001)
De esta película se habló más por sus tórridas escenas de sexo entre Banderas y Angelina Jolie que de otra cosa. Eso la salvó de las críticas desastrosas a un drama erótico con toques de thriller en el que la química entre los tres protagonistas era nula. Banderas vuelve a hacer de latino pasional y en esta ocasión hace aguas
'Enemigos: Ecks contra Sever' (2002)
Qué daño hizo Matrix. Después del estreno del filme de los hermanos Wachowski todas las películas de acción tenían que parecerse a ellas, y eso se nota en esta película caótica, sin ritmo ni tensión que quiere convertir a Banderas en un héroe de acción y lo deja a la altura de Steven Seagal. Luchas acrobáticas, cámaras lentas, peleas imposibles… todos los típicos del cine de acción de principio del siglo XXI unidos de la peor forma.
'Crónica de un engaño' (2008)
Recuerdo risas en el pase de esta película en el Festival de San Sebastián. Y sonaron en un momento en el que Banderas (un italiano con el que Laura Linney engañaba a Liam Neeson) decía que los mediterráneos eran gente muy pasional. Lo hacía desbocado, sin control, y la frase sonaba cómica en un momento que no pretendía serlo. Un filme que tenía todo a favor para ser un gran filme y que acabó en producto de segunda que pasó sin pena ni gloria.
'Los amantes pasajeros' (2013)
Sí, es cierto que salía cinco minutos en la película, y eran al principio, pero eran la muestra de que el regreso a la comedia loca de Almodóvar no iba a despegar. El gag de Banderas con Penélope Cruz parece un chiste de lepe, el malagueño está sobreactuado, forzando su acento andaluz y con más tics que nunca. Un cameo para olvidar en una de las peores películas del realizador y del actor.