Ha sido el símbolo femenino de una época que luchó por la libertad en el cine francés. ‘La nueva ola’ (Nouvelle vague) la puso frente a la cámara para convertirla en la imagen de un cambio cinematográfico.
Una sonrisa de labios gruesos, una mirada que hablaba a través de la pantalla y una presencia natural que llenaba cualquier guion, así fue la musa de directores como Orson Welles o Louis Malle, recogida en el siglo XXI por la afición del moderneo como icono hipster -por su predilección por la nostalgia fílmica, por el cine de autor y por la era en la que la libertad técnica y de expresión se convirtieron en bandera-.
Luis Buñuel, con quien también trabajó, dijo de ella que "Jeanne busca siempre algo que nunca encontrará. No creo que haya sido nunca feliz. Y es precisamente esa infelicidad endémica lo que cuantifica sus cualidades interiores. Si algún día la Moreau llegara a ser feliz, dejaría de ser lo que es: un ser frágil como una mariposa y dura como una fiera hambrienta". Pocos rostros como el de Jeanne para hacer las delicias de los melancólicos. Aquí las cinco mejores películas del talento femenino hecho carne.
Les Amants (Louis Malle, 1958)
Fue la musa del director francés entre los años 59 y 60, con él trabajó en la historia de una mujer burguesa que vive con su marido y mantiene una relación con un amante español. La vida de Jeanne -también se llama así en la película- dará un vuelco cuando un desconocido le haga plantearse un cambio de vida.
Moderato Cantabile (Peter Brook, 1960)
La francesa ganó el premio del Festival de Cannes a mejor actriz, interpretó a una joven ama de casa que por casualidad se topa con un asesinato. La monótona vida de Anne se altera y acaba enamorándose de un joven que vendrá para trastocar su tranquilidad.
Jules y Jim ( François Truffaut, 1962)
Encarnó a Catherine y fue el centro de un triángulo amoroso durante la Primera Guerra Mundial. Se puso en la piel de la alemana Helen Grunt en esta película basada en hechos reales y acercó al público la traición, la infidelidad y la libertad del amor.
Viva María! (Louis Malle, 1965)
María, una cantante de circo en America Latina, se encuentra una joven irlandesa (Brigitte Bardot) y juntas acaban creando -sin quererlo- un espectáculo del striptease.
Diario de una camarera (Luis Buñuel, 1964)
Una joven parisina empieza a trabajar en casa de una familia aristócrata en Normandía. El personaje de Jeanne Moreau alterará la vida de los anfitriones de la mansión, su actitud perspicaz le hará chocar con la rigidez de sus jefes.