Ni una palabra, un corazón y dos adolescentes enamorados. ‘In a Heartbeat’ (Beth David y Esteban Bravo) ha revolucionado el mundo de la animación con la historia de dos jóvenes homosexuales que se enamoran en el instituto. Cuatro minutos para empatizar con el amor de dos chavales, un instituto para entender el miedo al rechazo y una sola historia para mostrar la ternura del primer amor, ese que no se entiende pero que se saborea el que más.
Esteban Bravo ha hablado con EL ESPAÑOL y define así la historia: "A Sherwin se le sale el corazón del pecho -literal- al ver a Jonathan, su compañero de clase. En el corto no hay sólo dos personajes, un tercero copa parte de la atención", Es el corazón de Sherwin, una celestina moderna que hace las veces de cupido y juguetea con los dos para que acaben juntándose.
Amor homosexual animado
No es sólo una historia de amor, es un mensaje de reivindicación y aceptación. Es un recado para las grandes productoras y una llamada de atención para que se atrevan a hacer algo parecido. "En el mundo de la animación no se trata lo que es de verdad el mundo gay”, declara el director. Por esto nació la idea de hacer algo que no se hubiera hecho, una trama que se centrara el amor entre dos niños del mismo sexo.
La producción de David y Bravo ya se ha presentado en festivales internacionales como el LGTBI Shorts Film Festival, el CineFest de Los Ángeles o los Orios Film Awards. La animación ha salido del armario gracias a este corto que muestra el rechazo de un entorno hostil al mismo tiempo que traslada la inocencia de dos niños enamorándose por primera vez.
Lo importante de esta historia es su enfoque infantil, el punto de vista de dos niños que sienten miedo a expresar y querer. El corazón es la libertad y Sherwin el nerviosismo, a través del personaje pelirrojo se muestra el recelo por mostrar su sexualidad en un instituto de miradas y murmullos.
Nueve de cada diez jóvenes LGTBI han sufrido acoso escolar basado en su orientación o identidad sexual según dijo Bravo. Esta producción busca normalizar las relaciones homosexuales en un ambiente en el que todavía no se entienden, porque en las escuelas y en los institutos todavía se encasilla a los jóvenes LGTB que sufren aquella etiqueta de niño raro.
Trabajo final y crowdfunding
El mundo de la animación se revolucionó cuando los dos jóvenes estrenaron el trailer, las ganas de ver el resultado final crecía en las redes sociales y ahora, un día y medio después de su estreno, ya ha conseguido cinco millones de visitas. “Estábamos nerviosos porque había mucha gente que estaba esperando y pensábamos que no íbamos a satisfacer las expectativas”, se alegra Esteban Bravo. Y continúa, "nos ha emocionado que personas que admiramos como Juan Antonio Bayona nos feliciten por Twitter".
Son estudiantes del Ringling College of Art and Design (Florida) han venido -con su trabajo final de carrera- a hacer lo que tanto se necesitaba y todavía no se había hecho. Buscaron financiación a través del crowdfunding para la música y lo consiguieron, 14.000 dólares de recaudación -necesitaban 3.000-.
El amor homosexual animado y alejado de las grandes productoras que todavía no se han atrevido a hacer algo así y que ahora buscan expandir la historia, “existe la posibilidad de hacer algo más, ver qué historias podemos hacer, hay planes pero todavía nada oficial”, ha afirmado Bravo a este periódico.