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La actriz Teresa Lozano -que ha denunciado que Ligones, la película que ella misma protagoniza, se ríe de una escena de violación- no quiere hablar más de la polémica. No quiere darle más publicidad al filme, ahora que José Texeira, el director, ha anunciado que emprenderá acciones legales contra ella. La intérprete ha sido valiente y ha dado un paso atrás, a pesar de todo el perjuicio que le supone: no apoya la producción, no va a promocionarla, no va a lucrarse con ella. No ha cobrado un céntimo y ya no lo hará. Ahora que el debate sobre los límites del humor está abierto y sangra -Fiscalía mediante-, ¿qué hay de los límites de la interpretación, si es que los tiene y no es un oxímoron? ¿Hay ciertos papeles que los profesionales no deben apoyar?

“Yo creo que se pueden hacer papeles de todo tipo. De hecho, a los actores nos encanta interpretar a personajes que están alejados de nuestra realidad: psicópatas, drogadictos, lo que sea. Nos interesa expresar cómo se siente esa persona, cómo piensa. El arte es eso, contar historias, las historias que sean”, sostiene. “Es estupendo hacer una película sobre el nazismo, a mí misma me gustaría hacer de Hitler, si pudiera -ríe-, pero nunca la haría si es ensalzando su figura, si la película no es crítica. En el caso de Ligones, haciendo comedia de una violación te cargas la comedia. Otra cosa es que dijésemos que es un drama, entonces okey”.

Es estupendo hacer una película sobre el nazismo, a mí misma me gustaría hacer de Hitler, si pudiera -ríe-, pero nunca la haría si es ensalzando su figura, si la película no es crítica

Se refiere a la serie de Netflix 13 razones: “Ahí tratan el tema de la violación y del bullying, y muy explícitamente, pero es lícito porque lo hacen desde el foco de hablar de una realidad que se quiere cambiar. El cine tiene que formar conciencias. Somos las películas que hemos visto, las canciones que hemos escuchado y los libros que hemos leído. Que no me digan que no hay responsabilidad en la ficción, porque no es cierto”, señala. “En España se ha hecho mucha comedia sobre la violación que no tendría que hacerse, y que se haya hecho mucho no quiere decir que esté bien”.

Los roles hombre-mujer

Dice que tanto mujeres como hombres salen mal parados de los roles que se les adjudican: “Los hombres salen perjudicados porque siempre se les presenta como bárbaros descerebrados que sólo quieren sexo, ésa es la imagen plana el hombre, y a la mujer se la pone de loca, de tontita o de que no sabe lo que quiere”. El problema, según apunta, es que representaciones como las de Ligones “pasan en realidad, hay chicas a las que se las viola en grupo, hay chicas a las que sus novios las controlan, hay mujeres a las que se las acosa… ¿qué imagen queremos mostrar, que esos personajes son divertidos y entrañables?”.

¿Por qué es legítima una película como Te doy mis ojos -que aborda el drama de la violencia de género- y no una como Ligones? “La diferencia es tratar los temas de forma comprometida. No se puede justificar el maltrato, no se puede justificar la violación. Otro punto es que los personajes violadores o maltratadores se traten de manera responsable también: tenemos que ahondar sobre por qué esas personas hacen eso, y si son así, en parte, porque tenemos una cultura de violencia hacia la mujer, de no respetarla. No hay ningún tabú, se puede hablar de todo pero con compromiso. Si no haces una comedia en la que se le da una paliza a un negro, ¿por qué sí sobre una violación?”.

A veces es muy complicado, porque te salen trabajos de la noche a la mañana, te dicen ven aquí y rueda esto, no te pasan el guion o te lo pasan tarde, o ‘se ha caído éste, vente tú’… esto nos pasa a los que no somos nadie en este mundillo

Explica que lo que le ha pasado a ella con este filme responde, entre otras cosas, a la precariedad de la industria. “A veces es muy complicado, porque te salen trabajos de la noche a la mañana, te dicen ven aquí y rueda esto, no te pasan el guion o te lo pasan tarde, o ‘se ha caído éste, vente tú’… esto nos pasa a los que no somos nadie en este mundillo, a los que no estamos en series ni con los grandes en el cine, ¡y somos los más!, porque hay pocos actores que sean famosos y elijan sus papeles. Incluso siendo famosos, no pueden elegir mucho. Si yo volviese atrás, no haría esta película. Y como no puedo volver atrás, la denuncio”.

Leticia Dolera, un referente

Teresa Lozano cuenta que hace falta que más actrices con visibilidad pública “cuenten lo que nos pasa”: “Ya hay muchas, pero siempre se necesita más. Un ejemplo para mí es Leticia Dolera, que siendo actriz y directora está haciendo una labor muy buena, porque tiene muchísimo talento y dice las cosas como son, es un referente”. Espera que en España se acabe consiguiendo lo que en EEUU.

“Allí se va quitando el estigma de que las feministas somos unas amargadas, unas quejicas que sacamos de quicio todo… allí la gente quiere ser feminista y se ha dado cuenta de que el feminismo es bueno. El problema es que aquí gente que tiene mucha visibilidad sale en un programa de máxima audiencia y dice que no es feminista, así que, ¿cómo van a querer las mujeres serlo, si nos gusta identificarnos con esas mujeres exitosas y brillantes?”.

En EEUU se va quitando el estigma de que las feministas somos unas amargadas, unas quejicas que sacamos de quicio todo… allí la gente quiere ser feminista y se ha dado cuenta de que el feminismo es bueno

Lozano, a lo largo de su vida, ha sufrido “los abusos que sufrimos todas las mujeres y que están normalizados”: “No sentirte segura yendo por la calle, tener miedo a que te violen, a que gente que no conoces de nada te diga cosas por la noche, a que no te traten igual que a los hombres, a que te hablen con condescendencia, a que tus opiniones no valgan lo mismo, a que te manden callar, que te interrumpan… a que si dices algo con seguridad eres una mandona y una soberbia, pero si lo mismo lo dice un hombre es que tiene los cojones bien puestos. Esto nos así”.

A las chicas que ahora empiezan a formarse como actrices les recomendaría “que tengan cuidado y que sepan dónde se meten, que no acepten cosas porque sí, que no vayan en contra de lo que ellas piensan ni de sus valores”. “Vamos a crear”, propone. “Vamos a demostrar que nosotras podemos escribir nuestras propias historias”.