¿Era sólo ficción? Uno piensa en el actor argentino Federico Luppi, que ha fallecido hoy a los 81 años, y no le viene únicamente a la cabeza un animal cinematográfico, sino un emblema, un símbolo, un cuerpo de hombre hecho discurso. Luppi era una suerte de filósofo intercambiable de película a película, cargando en sus personajes idéntica sabiduría, mirada lúcida y verdad antigua.
En su enciclopedia emocional latía la patria, el futuro, la izquierda, la fidelidad, el amor y el cortejo, y, cómo no, la dignidad, una constante. En Lugares comunes, cuando un rector le increpaba -en su papel de Fernando, el profesor de Literatura Universal casi retirado- y le llamaba "anarco, marxista, zurdo", él contestaba: "Mejor diga lo que no soy. No soy un inepto, no soy un corrupto y no me nombraron a dedo como a usted". Es una buena síntesis de su espíritu artístico. Aquí las escenas por las que siempre recordaremos a Luppi.
1. El futuro, en Lugares comunes
“El futuro es ilusorio, es una trampa que se inventa el sistema, cualquier sistema, para que la gente se acobarde, agache la cabeza, y produzca y se haga esclava por miedo al puto futuro. ¿Qué futuro te aseguraste vos? ¿Qué sos, vidente ahora? ¿El laburo te aseguran que se acabaron los accidentes, la cirrosis, el cáncer, el tiro que nos puede pegar el tipo que entre a robar aquí dentro de un minuto?”.
2. Debate neoliberal, en Un lugar en el mundo
“-Usted se me quedó en la utopía, maestro.
-También les voy a decir que usted es un reverendo hijo de puta”.
3. La patria, en Martín Hache
“La nostalgia y todo eso es un bálsamo. No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso pero también lo extrañás si te mudás a diez cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país es un tarado mental (…) Uno se siente parte de muy poca gente. Tu país son tus amigos, y eso sí que se extraña”.
4. Frontera, en Un lugar en el mundo
“No tienes derecho a hablarle así. Es un tío cojonudo. Es un frontera. Un frontera borracho, o vencido, nunca pierde su dignidad. Sé lo que me digo”.
5. La última prueba, en El Laberinto del Fauno
“Habéis derramado vuestra sangre antes que la de un inocente. Ésa era la última prueba, la más importante. Y habéis elegido bien, alteza”.
6. La izquierda, en Lugares comunes.
“La guerra la perdimos hace rato. Cómo será que los que ganaron, los dueños del mundo, están tan sólidamente establecidos que hasta permiten que exista la izquierda. Ya no jode a nadie. Ya no es más una amenaza revolucionaria, sino una chapita de esas, un pin, un grafiti. Pura nostalgia. A lo sumo, una actitud moral que nunca va a salir de la esfera privada”.
7. La fidelidad, en Lugares comunes
“Llevo 40 años casado con la misma mujer y le soy fiel. No le estoy mintiendo. Nunca me obligué a serle fiel a Lily, no es una norma o pacto a respetar (…) Estamos juntos porque queremos, nadie nos obliga. Nos obliga ser leales. Ninguna de las mujeres que conocí después de Lily le puede ganar. Las miro, las puedo admirar, me puede asombrar encontrarme con alguien como Tutti Tudela, pero no hay caso. Lily gana. Lily gana siempre.
-Tengo la sensación de que cuando habla de mujeres está hablando de una sola mujer”.
8. Hacer algo en la vida, en Martín Hache
“¿Pero alguien me escuchó decir que el trabajo es salud, que el trabajo dignifica, alguna pelotudez por el estilo? El trabajo es una mierda, el dinero es una mierda y la sociedad es una mierda. Pero lo que nos toca vivir, hay que bajar la cabeza y aguantar. La única forma de zafar es hacer lo que te gusta. Igual te van a explotar, pero nadie te puede quitar el placer de hacer lo que te gusta”.