Casi todos los jóvenes pasan una etapa en su vida en la que necesitan salir fuera de casa (si es al extranjero mejor), y demostrarse que están preparados para vivir como adultos sin la ayuda de papá y mamá. Normalmente ahorran durante unos veranos y se van unos meses a disfrutar sabiendo que el viaje es de ida y vuelta. Otros, se ven forzados a irse. Ya no hay nada en su país que les retenga, no hay oportunidades, ni familia, ni nada que les ate, así que hacen la maleta y se marchan a un lugar donde las esperanzas sean mejores.
Eso es lo que le ocurrió a Ana Asensio, que tras hacer sus pinitos como actriz en nuestro país, decidió irse a EEUU para formarse y triunfar. Cuando llegó, el sueño americano le dio la espalda, tuvo que trabajar en muchos trabajos mal pagados para poco a poco intentar cumplirlo. Pasaron muchos años y ya parecía todo perdido, pero todas esas experiencias se convirtieron en un guion y en una película de bajo presupuesto que la han convertido en la reina del cine indie de EEUU. Su debut en la dirección, Most Beautiful Island (que también ha escrito y protagonizado), es una mezcla de drama social y thriller con tintes surrealistas que no deja de sorprender al espectador. La crítica se ha rendido a sus pies en un filme que se estrena el viernes en España y que tiene mucho de autobiográfico. Han sido los yanquis los que nos han descubierto uno de nuestros talentos.
“La inspiración de la historia y del personaje de Luciana, nace de lo que yo viví cuando estaba en esa transición, en ese limbo legal que es no tener papeles pero tampoco poder salir del país porque pierdes la posibilidad de adquirir ese estatus. También de las experiencias de otras chicas que estaban en mi situación, que estaban intentando abrirse un camino como actriz, y surgen estos trabajos que tienes que hacer para sobrevivir al día a día”, cuenta Asensio a EL ESPAÑOL. Ella se dio cuenta de que tenía ansia de “vivir experiencias”, y que al final lo de la interpretación era una “excusa para vivir, descubrir otras situaciones, mis límites, Nueva York es una ciudad que te pone al límite”, apunta.
Most Beautiful Island comienza como el retrato de una inmigrante condenada a saltar de trabajo de mierda en trabajo de mierda, pero de forma sorprendente gira a un thriller enfermizo e hipnótico. No conviene desvelar más del último tercio que también tiene un origen en una experiencia real. “En esa etapa de mi vida me contrataron para en evento en el que me engañaron, me dijeron que era para una fiesta de Halloween y que sólo tenía que aparecer por allí, pero no fue tal cosa. No es lo que sucede en la película, porque yo nunca crucé la puerta, pero empecé a preguntarme qué habría detrás de ella y eso despertó mi imaginación”, explica sobre el giro de guion de su ópera prima.
Me apetecía hablar de este tipo de inmigración que no había visto en una película y abrir la mirada del espectador americano al emigrante, al que se tiene estereotipado
Un giro con mucha influencia de David Lynch, uno de los autores preferidos de Asensio, y con la que termina de mostrar la cara más desagradable del sueño americano. “Me interesaba hablar de cómo las personas en esta situación se ven atrapadas y se ven obligadas a tomar ciertas decisiones porque son vulnerables, y más en este caso que son inmigrantes en una situación de ilegalidad. Todas las víctimas e incluso muchos verdugos de estos crímenes, están llevados a eso por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. Me apetecía hablar de este tipo de inmigración que no había visto en una película y abrir la mirada del espectador americano al emigrante, al que se tiene estereotipado”, apunta.
Los dos primeros años de Ana Asensio en la gran manzana “fueron muy difíciles”. Sobrevivir en aquella jungla es más difícil de lo que muestran las películas, y el ritmo de vida hace que sea “una sociedad hostil”, en la que “no hay tiempo para la amistad ni para las relaciones”. “Yo me planteaba volver, me decía que no tenía por qué pasarlo asó de mal, ni sentir esa soledad”, apunta la realizadora. Finalmente todas esas experiencias se convirtieron en un guion y en una película que ha conquistado EEUU. Asensio presentó el filme en prestigioso festival de Austin, casi sin promoción y se llevó el premio a la Mejor película.
De repente todos esos años cobraban sentido, y los circuitos de cine indie se volcaban con ella y los festivales se pegaban por programar la película. Parecía el premio definitivo, pero quedaba uno por llegar en forma de nominación al Independent Spirit Award, los Oscar del cine independiente que la han elegido entre las cinco finalistas a su premio John Cassavetes para películas hechas con menos de 500.000 dólares. Aquella aspirante a actriz se ha convertido en la reina del cine indie y le llegan guiones a paladas. De momento prefiere seguir escribiendo sus historias, “no sé si más adelante daré un giro, pero me parece importante asentar un estilo cinematográfico y eso supone hacer otra película que, aunque sea un poco más grande, también sea independiente y tenga el control creativo”. La nueva reina del indie es española, apunten su nombre, porque aunque todavía no la conozcan, oirán hablar de ella.