El cine respiró aliviado en 2016 cuando logró que entrara en vigor una de sus demandas más urgentes: una reforma de la Ley por la que se regían las ayudas a la producción de películas. Hasta esa fecha, la cantidad que recibía cada título la definía su éxito en taquilla, lo que provocó el famoso fraude en la taquilla que consistía en la compra de entradas por la propia productora para llevarse la subvención. A eso se sumaba que el dinero llegaba dos años más tarde del estreno, por lo que aquellos que hubieran pedido un préstamo, debían contar con intereses por la tardanza de una cantidad del presupuesto con la que contaban. Además existía la temida posibilidad del prorrateo, que repartía el dinero que hubiera en las arcas entre todos ante la poca disponibilidad presupuestaria.
El nuevo modelo prometía acabar con todos los problemas. Se consensuó con el sector, se dieron criterios objetivos para obtener la ayuda, y empezaron a darse a priori para evitar ilegalidades. Y de repente algo falló. Desde el Gobierno dotaron a estas nuevas subvenciones de una cantidad muy pequeña (30 millones de euros). La justificación fue la de siempre, la crisis, sumada a que los primeros cursos habría que convivir con el modelo antiguo. Es decir, se tendrían que pagar las ayudas a la amortización de los filmes españoles estrenados dos años antes, y también las nuevas que se concedían antes de empezar a rodar. Eso hizo que durante 2016 y 2017 se mantuviera una cantidad que daba para menos de 30 películas (industriales, ya que las pequeñas tienen otra partida para ellas).
En 2018 ha tocado hacer balance, y además ajustar varios cabos sueltos que los productores han notado en estos dos cursos. El balance del modelo, según aseguran desde el Instituto del Cine y las Artes Audiovisuales (ICAA) es muy positivo. Han solucionado los problemas del anterior modelo y han cumplido con esa primera fase. Además rompen con el mito de que sólo se produce a las cadenas privadas, ya que de las 27 películas ayudadas el año pasado sólo siete fueron de Antena 3 y Telecinco. También se han vuelto a juntar con el sector y modificado varios flecos, pero ellos mismos reconocen que la dotación presupuestaria es corta.
Porque para 2018 el cine español volverá a tener 30 millones de euros. Fuentes del ICAA señalan esa cifra como el principal problema, ya que “no son suficientes”, pero aseguran que no hay otra posibilidad al no haber presupuestos generales aprobados. Por tanto, se prorroga la cantidad del año pasado de forma automática. Se descarta así que se haga una partida extraordinaria para aumentar ese fondo.
Una de las principales preocupaciones del sector, y así lo explicaba el presidente de FAPAE a este periódico hace meses, es que en 2018 iba a haber una gran cantidad de ayudas a la amortización por pagar y no veía que hubiera dineros suficiente. Esa incógnita la han resuelto asegurando a los productores que se cumplirá con esa obligación, pero se hará en dos cursos. Los 63 millones a los que ha ascendido por los estrenos de 2016 -cuando irónicamente deberían haber disminuido por la entrada en vigor de la reforma- son demasiados para afrontarlos en un curso. Por lo que la mitad se pagará en 2018 y la otra al siguiente, para no hacer agravios comparativos se tendrá en cuenta la fecha de estreno de cada título. Al no haber presupuestos, los productores han de fiarse de la palabra del ICAA.
El ICAA cambia la Ley del Cine para mejor. Apuesta por las mujeres, por los jóvenes, por la animación... pero sigue dotándola de sólo 30 millones
Desde el Instituto del Cine aseguran que este será el último año de ajustarse el cinturón, ya que el siguiente ya no habrá convivencia de los dos modelos, y ya han anunciado varias de las medidas que quieren hacer -además de una bajada del IVA que también está ligada a los presupuestos: conseguir más financiación, abrir una línea para ayudar a directores nóveles, otra para los guiones y y estudiar la formula de mejorar la promoción, algo que señalan como fundamental al ver el éxito de los filmes de Telecinco y Antena 3.
Una ley mejor y más paritaria
Tras estos retoques que ahora pasan a discutirse por última vez y se aprobarán en marzo para que ya se incluyan en la primera convocatoria de ayudas, la Ley es más justa, más objetiva, elimina la picaresca en varias áreas y, sobre todo, busca la paridad en el cine español, donde todavía hay una brecha enorme entre el porcentaje de mujeres directoras y hombres.
Hasta ahora la ley sí daba puntos por la presencia de mujer, pero como detectó la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA), esto había provocado que muchas producciones colocaran a mujeres al frente de áreas como Maquillaje y Peluquería, o que incluso pusieran una guionista en los créditos para llevarse unos puntos extra.
Lo que hace esta modificación es ampliar los puntos que se da a una película en la que haya mujeres, pasan de 4 a 7, y se eliminan los puntos en sectores donde haya sobrerepresentación femenina. Ahora se concederán 3 puntos por directora, 2 a mujeres guionistas o al frente de la música y la fotografía, y uno para las productoras ejecutivas. También la animación ha mejorado su puntuación, que pasa de 1 a 3 puntos sobre 100. Otra de las áreas más subjetivas, la del interés cultural, ha pasado a tener unos requisitos y a poder obtener un rango de puntos en vez de concederse o todos o ninguno.
Uno de los campos que se cambian para hacer que más productoras tengan acceso a esos 30 millones, es que se pretende limitar el máximo de películas de una empresa en un mismo ejercicio. Un fleco que no está cerrado y que en estos meses de discusión se pretende instaurar. Lo que no queda claro es si se mantendrá la ayuda máxima de 1,4 millones o se baja para que entren más títulos en el reparto. Lo que sí está cerrado ya es que una película sólo se podrá presentar cuatro veces a las ayudas generales y tres a las selectivas.
Desde el ICAA aseguran que con estos cambios y de aquí a dos años el modelo funcionará como un reloj. Vuelven a referirse a cuando sea posible aumentar el presupuesto y no tengan que pagar las ayudas a la amortización. También a cuando se baje un IVA cultural que, según fuentes de la organización, también podría bajarse por otros procedimientos si el bloqueo a los presupuestos se alarga mucho.