“Por fin nos vemos las caras tú y yo”, arrancó una elegantísima Marisa Paredes, Goya de honor por su carrera, que fue la primera en recordar a la presidenta de la Academia, Yvonne Blake, convaleciente. Tenía en sus manos el cabezón.
“La vida de una actriz es como un tiovivo, como la ruleta de la fortuna. Yo he tenido la fortuna de que muchos directores confiaran en mí y ellos han tenido la suerte de que yo confiara en ellos”, ha dicho la ex presidenta de la Academia del Cine, que leyó el polémico discurso de la gala del “No a la guerra”. “Que hoy volvería a repetir”. Auditorio volvió a aplaudir. Piel de gallina por la gran dama.
En la alfombra roja, vestida por Sybilla, ha dicho que la reivindicación del feminismo es “absolutamente necesaria”. Porque "en muchas ocasiones el poder de un hombre humilla, explota y degrada a la mujer". A sus 71 años, dice que "aún le quedan muchas cosas por hacer" y sigue siendo recordada por sus apariciones en película como "La vida es bella", de Roberto Benigni, "Todo sobre mi madre" o "La piel que habito".