El cine español ha encontrado un nuevo éxito en la taquilla. Se trata de Campeones, la nueva película de Javier Fesser -director de Camino y La gran aventura de Mortadelo y Filemón- que ha arrasado en su primer fin de semana en la salas. Casi dos millones de euros, 300.000 espectadores, el mejor promedio por sala y amasa el 27,4% de cuota de mercado. Ha superado a superproducciones como Ready Player One, de Steven Spielberg, y todo sin la ayuda en la producción y en la promoción de Telecinco y Antena 3, hasta ahora actores imprescindibles para el éxito del cine español.
Pero Campeones, la historia de un entrenador de baloncesto obligado a entrenar a un equipo de personas con discapacidad intelectual, ha logrado lo que parecía imposible, y esto es sólo el comienzo. La cartelera le da tregua hasta final de mes para seguir en lo más alto del ránking y convertirse en el próximo fenómeno de nuestra industria e incluso superar a otras comedias españolas que han triunfado recientemente como Señor, dame paciencia o Toc, Toc. De momento el boca a boca es inmejorable- En Filmaffinity, donde los espectadores califican sobre 10 a las películas, llega al 7,5 y los comentarios en redes sociales son muy buenos, por lo que no sería raro que multiplicara sus datos iniciales por más de 4 y superar con facilidad los ocho millones de euros, la cifra más alta de una película de TVE en muchos años y al alcance de muy pocas películas. Estos son los motivos por los que el filme de Fesser está arrasando y lo seguirá haciendo.
Buenrollismo e ingenuidad
Campeones destila buen rollo. Es una película que conecta con el espectador, que rápidamente empatiza con sus personajes, algo que le pasó ya a Fesser cuando leyó el guion de David Marqués. “Me enamoré de ellos. Les entiendo y participo en su inocencia y su ingenuidad”, contaba a este periódico. En un mundo lleno de cinismo, el director consigue mostrar que también hay cabida para la humanudad.
Es difícil no salir del filme con buen rollo, con ganas de recomendar la película y de ser amigos de estos campeones que dan una clase a todos. El buenrollismo es una de las claves de todas las películas de Fesser, y aquí consigue unos protagonistas que lo elevan a su máxima expresión.
Capacidad de emocionar
Otra de las claves de la película es su capacidad de emocionar. El pase de prensa estaba lleno de gente sacando pañuelos, y las salas se han llenado de lágrimas con el filme. A pesar de varios trucos melodramáticos, Campeones lo consigue gracias a la verdad de sus personajes principales, de su honestidad y de sus historias de superación sobre cómo se enfrentan a la vida real. Es una de esas historias bigger than life que tocan el corazón del espectador. “El guion tenía una capacidad brutal para emocionarnos, y yo como espectador quiero que me emocionen urgentemente”, decía Fesser sobre su filme.
Las personas con discapacidad intelectual tienen un humor natural que era imposible no incluirlo para hablar de sus vidas
Hacer reír
Fesser es un maestro de sacar humor de cualquier situación. Hasta en Camino se las apañaba para que el espectador se riera, y en Campeones esta parte es la que eleva el filme. Cada vez que sus Campeones se juntan en esos surrealistas entrenamientos, el espectador se ríe y él consigue mantener ese humor en un extraño límite entre lo incómodo y la empatía.
El realizador contaba a este periódico que para él el humor “es la forma natural de contar mis historias”, pero que en este caso “estas personas tienen un humor natural que era imposible no incluirlo para hablar de sus vidas”. “El humor es un lenguaje maravilloso que hace empatizar a la gente, porque aunque suene a frivolidad, lo que buscamos todos es reírnos”, añadía.
Respeto hacia las personas con discapacidad intelectual
Uno de los grandes aciertos de Campeones es la decisión de haber dado a personas con discapacidad intelectual los personajes protagonistas del filme. Muchos hubieran optado por usar actores profesionales fingiendo la discapacidad, pero Fesser tuvo claro desde el primer casting que la verdad y la emoción de estas personas era “imposible de imitar”
Con esa decisión todo el equipo se puso en la piel del personaje de Javier Gutiérrez, y entendieron cómo es la convivencia con personas con discapacidad intelectual, algo que se nota en el respeto absoluto con el que se les trata. Fesser hace humor con ellos, con sus situaciones, pero nunca se ríe de ellos. Él tiene claro que “cuando retratas a personas a las que respetas, quieres y admiras, no necesitas ninguna regla para no ofender, porque no puedes ofender a alguien a quien retratas desde el amor y la comprensión. Y ellos usan el sentido del humor de una forma tan transparente, que no creo que ni se plantearan que algo es políticamente incorrecto”.
Cuando retratas a personas a las que respetas, quieres y admiras, no necesitas ninguna regla para no ofender, porque no puedes ofender a alguien a quien retratas desde el amor
Los cuñados somos nosotros
La lección que da Campeones es sencilla, no engaña a nadie y la expone desde el principio: tenemos prejuicios hacia lo diferente y lo tratamos o con paternalismo o con desprecio. Así que por ello Fesser lanza al espectador un mensaje claro: eres un “cuñado”. “Yo empecé este proyecto con la idea de que todos somos iguales, pero la lección que me he llevado es que todos somos maravillosamente diferentes y que ahí esta el valor y nuestra sociedad necesita lo que las personas con discapacidad son capaces de aportarle. Hay que conocer a las personas antes de poner las etiquetas, y a mí el cine me da la oportunidad de ponerme en la piel de otro, y así he descubierto con gran felicidad que en muchas ocasiones el cuñado soy yo, el extranjero soy yo y el vecino soy yo”, zanjaba el realizador que ha conseguido un fenómeno necesario para nuestro cine.