El director, guionista, actor y productor de cine estadounidense Martin Scorsese, uno de los cineastas más reconocidos de Hollywood, ha sido galardonado hoy con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018. El jurado ha destacado que es "uno de los directores de cine más destacados del movimiento de renovación cinematográfica", que sus películas "forman parte de la historia del cine" y que estando aún en plena actividad, se ha convertido ya en "una figura indiscutible del cine contemporáneo".
El director de Toro salvaje, Casino, Taxi driver y Uno de los nuestros, ganador de un Oscar y tres Globos de Oro, se suma así a la nómina de cineastas reconocidos con este galardón, el último de ellos su amigo Francis Ford Coppola, que lo obtuvo en 2015. Martin Scorsese (Nueva York, 1942) se encontraba entre las 35 candidaturas de 21 países que optaban a este galardón, el primero que se falla en su XXXVIII edición.
El olimpo cinematográfico le tiene guardado un sitio especial gracias a títulos clave como Taxi Driver o Uno de los nuestros. Además, el ansiado Oscar al Mejor director que tanto se le resistía llegó en 2006 por Infiltrados. El director se ha ganado ese privilegio de poder hacer lo que quiere y cuando quiere. Después de la estatuilla -y tras un descanso de cuatro años- sorprendió con un thriller inofensivo como Shutter Island, pero después se puso las pilas. Primero vino su carta de amor al cine, La invención de Hugo -por la que volvió a ser nominado al Oscar-, y hace tres años dejó a todos rotos con El lobo de Wall Street.
El Scorsese más canalla, rebelde y provocador volvía a escena. Lo hacía sabiendo que se podía permitir los excesos que quisiera. Junto a su colega Leonardo DiCaprio hizo un retrato feroz del capitalismo salvaje, del sueño americano y sus víctimas, nosotros. Tan políticamente incorrecta que nadie pensaba que los Oscar se fueran a acordar de ella. Error. Cinco candidaturas, entre ellas las más importantes. Por si fuera poco arrasó en taquilla. Más de cien millones de dólares en EEUU y otros 275 en el resto del mundo. Por primera vez había conseguido arrastrar a las salas a otro tipo de público que el cinéfilo que acude sólo por su firma.
Cada premio Princesa de Asturias está dotado con la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró, la cantidad en metálico de 50.000 euros, un diploma y una insignia.