Maria Callas tenía todo para ser feliz. Era famosa, una estrella, tenía dinero y estaba considerada la mejor soprano de la historia de la música. Sin embargo, nunca lo fue. Su cara siempre arrastraba un poso de tristeza, con ese gesto que la hacía perfecta para la tragedia de las óperas y que la otorgaba un halo de misterio. Pero detrás de esa mueca había mucho más, una infelicidad crónica a la que ella misma se creía condenada. Maria Callas creía que no tenía derecho a ser feliz. Su vida había sido dura, y la habían convertido en una persona que rara vez expresaba sus sentimientos en público. Cuando lo hacía, además, la censuraban por ello.
Por ello decidió atender cada vez menos a la prensa, dar pocas entrevistas y establecer una separación entre su personaje público, la Callas, y su verdadera persona, a la que ella misma se refería como Maria. Es, precisamente, una entrevista inédita lo que ha servido al director Tom Volf como hilo conductor de su documental Maria by Callas, que se estrena en España el 11 de mayo. En el filme, lleno de material personal de la soprano, se escucha a la propia artista hablar de cómo desde pequeña se la presionó para ser cantante, de su infancia en la guerra, y de cómo consideraba que nunca sería feliz del todo.
También, con la voz de Fanny Ardant, se leen cartas personales de Maria Callas en las que se aprecia toda la fragilidad de Maria, en contraste con la supuesta dureza de la Callas. A ella se la juzgó por querer divorciarse, por no ser madre, y hasta por ser abandonada por Aristóteles Onasis, una decepción que nunca superó. Ella lo tenía claro “sólo necesito afecto y ternura”, pero nunca consiguió quien se la diera, y de hecho sacrificó siempre su deseo de ser madre por convertirse en la diva de la ópera a la que todavía admira la gente.
Para el director de la película Callas tenía razón, no era posible ser madre y llegar a su nivel como artista. “Ella lo dice claramente, y creo que esa frase se refiere a que sería imposible haber tenido una carrera al nivel al que ella la tuvo, con su nivel de perfeccionismo, el nivel de trabajo que se pide a sí misma y a la gente que trabajaba con ella. Era un nivel tan alto y se exigía una calidad tan alta, que creo que ella no hubiera podido tener una familia porque dedicaba toda su energía a la ópera y a ser fiel a los compositores de las obras”, cuenta Volf a EL ESPAÑOL.
Sería imposible haber tenido una familia y una carrera al nivel al que ella la tuvo, con su nivel de perfeccionismo
Maria by Callas adopta la misma estructura que la cantante tomó en su vida. “Ella separó su vida privada del personaje público, y yo he intentado en todo momento ser auténtico y fiel a lo que ella fue, así que he intentado no dar mi opinión en el documental. Esta dualidad entre María y Callas es cómo se veía ella. Cuando encontré esta entrevista que estaba perdida y que no se había visto en 50 años yo ya había empezado a trabajar en la película, pero fue un punto de inflexión, porque me di cuenta de que era la clave para entender toda su vida, que sólo se podía entender su vida entendiendo esto, porque vivió toda su vida en una lucha de su vida personal como Maria y su vida privada, y esa lucha fue cada día más fuerte. Con la película he querido mostrar que esos aspectos también cohabitaban, a veces eran antagonistas, y cómo ella intentaba encontrar un equilibrio entre esas dos personalidades”, apunta.
La película también hace hincapié en la imagen que una gran parte de la prensa tenía de ella: la de una artista “tempestuosa” y de gran carácter. Fueron las consecuencias de no plegarse a las normas impuestas para la mujer de la épica. Maria Callas se divorció, hablaba sin tapujos de que no sería madre y decía que no a hombres poderosos que estaban acostumbrados a tener súbditos que asintieran siempre. Para el director del filme, esto es sólo una imagen falsa, provocada por ser una mujer “fuerte”. “El destino se lo puso muy difícil y la obligó a ser fuerte. Vivió una guerra, poasó hambre… y hasta mucho tiempo después de la guerra nadie reconoció su genio. Tuvieron que pasar muchos años. Pero no era tempestuosa como decían. Ella nunca tuvo un escándalo, era violenta contra las injusticias, y hubo muchas injusticias contra ella. Cuando la despiden del MET se lo dicen en el backstage con un telegrama en medio de una actuación. Ella no se lo merecía y estaba muy enfadada, pero tenía razones para estarlo. Era una mujer, simple, callada y en el fondo muy conservadora, así que no le gustaba luchar si no era por un buen motivo”, zanja.
Tom Volf descubrió a Maria Callas hace cinco años. Quedó tan fascinado con ella que decidió hacer este documental en el que ha recibido ayudada de todos los fans que la diva sigue teniendo en todos los países del mundo. Una de las cosas que más le llamó la atención es que 40 años después de su muerte seguía siendo “un fenómeno”. Pidió ayuda, imágenes y testimonios en redes sociales, donde encontró a personajes como un australiano que cambió la música metal por la ópera gracias a la Callas, o gente que analiza todas sus actuaciones nota a nota en Youtube. Una artista con carácter que nunca consiguió la felicidad, pero que se la entregó en forma de actuaciones a millones de personas.