J.D. Salinger rescata a Kevin Spacey
El actor protagoniza Rebelde entre el centeno, un biopic sobre el famoso escritor que supone su primer estreno desde las acusaciones de abusos.
3 mayo, 2018 17:56Noticias relacionadas
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El escándalo de Harvey Weinstein, y los abusos que cometió durante décadas y de forma impune en Hollywood, abrió la caja de Pandora en la industria del cine. Aquellos que los sufrieron encontraron el valor para hablar, todos se unieron para destapar a todos esos acosadores que habían abusado de su poder mientras pensaban que nadie podría tocarles. Uno de los casos más sonados fue el de Kevin Spacey.
En noviembre del año pasado el actor Anthony Rapp desvelaba que cuando tenía sólo 14 años, Kevin Spacey -que entonces tenía 26- le tumbó en la cama, se puso encima de él y le hizo insinuaciones sexuales. El actor de American Beauty publicó un comunicado en el que pedía perdón aunque aseguraba no recordarlo, y aprovechó para comunicar públicamente su homosexualidad en una cortina de humo que no impidió que salieran muchas mas denuncias, entre ellas las de ocho trabajadores de House of cards que confirmaban que Spacey era “un depredador sexual”. Netflix tomó cartas en el asunto y despidió fulminantemente al actor, dejando a Robin Wright al frente de una de sus ficciones estrella.
Spacey pasó de ser la estrella que todos los carteles vendían a un nombre que ocultar. Las películas que tenían a Spacey en sus filas retrasaron su estreno o, como hizo Ridley Scott, le borraron del mapa. En Todo el dinero del mundo se optó por la decisión más drástica, rodar todas las escenas con otro actor, Christopher Plummer, que encima consiguió una nominación al Oscar.
Producciones más modestas no se pudieron permitir semejante derroche, y han tenido que apechugar con tener al actor en su repaerto. Es el caso de Rebelde entre el centeno, el biopic de J.D. Salinger dirigido por Danny Strong en el que Spacey da vida a Whit Burnett, el mentor del escritor de El guardián entre el centeno, y uno de los primeros que creyó en él y que le empujó a escribir una novela sobre ese personaje que comenzaba a poblar sus relatos cortos: Holden Caulfield.
Salinger ha acudido al rescate de Spacey, y le ha dado su primer estreno en nuestro país después del escándalo de sus abusos. Un filme que estaba guardado en el cajón esperando que se calmaran un poco las aguas y que ahora llega en una semana sin grandes estrenos que la puedan hacer sombra, por lo que a poco que funcione superará los datos conseguidos en EEUU, donde no llegó ni al medio millón de dólares de recaudación.
Biopic convencional
Rebelde entre el centeno no ofrece nada nuevo, más que un biopic convencional y correcto sobre la figura de J.D. Salinger y cómo da vida a su obra maestra (y única novela publicada). El filme recurre a la ya manida historia contada como un gran flashback desde un centro donde sobrelleva el estrés postraumático por su presencia en la Segunda Guerra Mundial, hecho que le marcó y que fue un punto de inflexión en su literatura.
Antes ya se muestra el conflicto con su padre, cómo su madre es la única que cree en él y, especialmente, los principios tan férreos sobre la literatura que siempre tuvo. Salinger, cuyas primeras aventuras fueron publicadas en The New Yorker, fue capaz de decir que no a las anotaciones sugeridas por la revista en el primer escrito sobre Holden Caulfield que quisieron publicar.
Lo que iba destinado a ser una serie de relatos cortos se truncó por la guerra. La revista ya no querían la visión irónica y -para algunos- frívola de Salinger, así que la cancelaron y aceleraron la creación de El guardián entre el centeno, la que muchos consideran la mejor novela sobre la adolescencia y la incapacidad de encajar de la historia. También la favorita de asesinos como Mark David Chapman, que acabó con la vida de John Lennon.
La película juega con la dualidad persona real/personaje, y establece el paralelismo entre la historia de su obra maestra y la vida real de Salinger, especialmente en su relación con Oona O’Neill antes de que ella se casara con Charles Chaplin. El éxito fue otra de las barreras que el escritor se encontró en su camino. Nunca pensó que El guardián entre el centeno se convertiría en una obra tan venerada, y terminó su vida como un ermitaño recluido en su casa con su familia y sin volver a publicar una novela ni conceder entrevistas a los medios. Una vida misteriosa, que encuentra su primera adaptación al cine en un biopic que necesitaba más garra y personalidad.