Pixar tiene el extraño don de hacer que sus películas lleguen en el momento adecuado. Coco, su último estreno, se estrenó en plena campaña antiinmigración de Donald Trump. Su canto a la cultura mexicana emocionó a medio mundo, y fue la mejor respuesta al discurso racista del presidente de EEUU. Lo mismo ocurrió con los dos Oscar que recibió el filme, que fueron dos de los momentos más políticos de una ceremonia descafeinada.
Lo curioso de todo el asunto es que una película de animación no es algo que se improvise y que se pueda rodar en tres semanas. Mientras que Spielberg sí que pudo decidir que necesitaba rodar Los archivos del Pentágono como urgente respuesta al oscuro presente de su país, los genios de Pixar no pueden realizar tal cambio de planes. Cada uno de sus títulos es una obra de orfebrería en la que se trabaja durante cinco años y en la que no se puede dar marcha atrás y tirar muchos millones de dólares. Simplemente llegaron en el momento justo.
Ha ocurrido lo mismo con Los increíbles 2, la secuela de uno de sus mayores éxitos que en su fin de semana de estreno ha arrasado en la taquilla de EEUU con más de 180 millones de dólares de recaudación. Lo que en su momento fue una parodia de las películas de superhéroes que se centraba en la vida cotidiana de una familia con poderes, se ha convertido en la primera película de Pixar en la era del Me Too. Primero por una razón objetiva: es la primera que se vive tras el anuncio de la marcha de John Lasseter, uno de sus creadores, tras varias acusaciones de comportamientos inadecuados.
La segunda porque su trama es eminentemente feminista y habla sobre la crisis de la masculinidad. Mr. Increíble verá cómo es su mujer la que se convierte en una estrella, la que realiza las misiones, la verdadera heroína. Un retrato sin paños calientes de una generación de hombres que se creen imprescindibles y sufren al ver que las mujeres hacen todo mejor que ellos. A eso sumen encargarse de una hija adolescente, un niño hiperactivo y un bebé con cambios de humor sorprendentes. El héroe fuerte e indestructible no es más que un mequetrefe que vivirá una reeducación forzosa mientras su mujer salva al mundo.
Brad Bird, el director del filme, y uno de los creadores de varias obras maestras de Pixar, cuenta a EL ESPAÑOL que esta idea ya la tuvo hace 14 años, cuando rodó la primera y antes de que el feminismo diera un golpe sobre la mesa. “Pensaba que era un lugar interesante al que llevar a nuestros dos protagonistas, porque Mr. Increíble siempre ha asumido que es la primera elección para todo, y para sacarle de su sitio se me ocurrió que fuera su mujer la elegida siempre y así forzarle a lidiar algo que no pueda solucionar con sus superpoderes, como educar a sus hijos”, explica Bird.
La marcha de John Lasseter de Pixar supone el final de una era y el principio de una nueva, absolutamente
Nicole Grindle, una de sus productoras, muestra su sorpresa porque todos hayamos destacado su trama “feminista”. “Creo que es sólo una muestra de que la sociedad está formada por el 50% de mujeres, y mujeres como está son del mundo real, por eso me está chocando y me está pareciendo raro que sorprenda cuando yo lo veo como algo absolutamente normal”, dice la productora que cree que el foco mediático ha hecho que el mensaje se vea con más claridad.
Es ella la que también opina sobre la salida de John Lasseter, ante la que se muestra ilusionada por lo que considera una nueva época. “Creo que es el final de una era y el principio de una nueva, absolutamente. Él es uno de los fundadores de Pixar y lo dio todo en nuestras 20 primeras películas. Va a ser una aventura interesante y diferente no tenerle”, zanja.
El estudio es cada vez más consciente de que hay que abrir las puertas a más mujeres. En el futuro vamos a ver una alineación de directores muy diferente a la actual
Grindle, que con Los increíbles 2 asume su labor más profunda en la empresa, afirma con rotundidad que la empresa está tomándose muy en serio incluir más mujeres en la dirección, una de sus tareas pendientes, y que en esta ocasión mitigan dando el corto previo al filme a Domee Shi (la primera mujer en lograrlo). Ella será también la responsable de un largometraje en desarrollo del que prefieren no dar pistas. “Cada vez hay más, y estamos emocionados por ello. El estudio es cada vez más consciente de que hay que abrir las puertas a diferentes contadores de historias, a más mujeres, y a gente de otros entornos con mucho talento. Creo que en el futuro vamos a ver una alineación de directores muy diferentes a la que había hasta ahora”.
Otro de los puntos fuertes del filme es que el villano tiene un discurso poderoso, no el típico plan insulso para destruir el mundo, porque como explica Brad Bird, los malos “tienen que creer en lo que hacen y convencerte de que hacen lo correcto”. Con todos estos mimbres quieren romper también esa leyenda de que en Pixar las secuelas se hacen para sacar dinero, algo que Bird y sus productores descartan subrayando que “hay secuelas que son originales y provocativas y filmes nuevos que no funcionan”. Sin duda, Los increíbles 2 demuestra que las secuelas pueden ser brillantes.