“¿Por qué Alá creó a los gays?, ¿tiene cura la homosexualidad?, ¿si leo el Corán me curaré?” Con esas reflexiones tan duras comienza el documental Mr. Gay Siria. Las dice un joven de 26 años que vive en Siria, es homosexual, y ha vivido toda su vida con miedo. Reconocerlo abiertamente en su país significa ser señalado, marginado o incluso asesinado por el ISIS. “Los únicos homosexuales que se ven aquí son los que salen siendo asesinados en sus vídeos”, dice un joven gay en la película que se puede ver en la plataforma Filmin durante el Atlántida Film Fest que comienza hoy hasta el día 1 de julio.
Un retrato de la homosexualidad en un país lleno de homofobia y violencia. La mayor parte de los gays han tenido que huir a Turquía y viven en Estambul donde han podido vivir abiertamente su sexualidad. La vida dentro, y fuera del armario en el país árabe contada por jóvenes que quieren participar en un concurso de belleza prohibido allí: Mr. Gay Siria. El elegido se decidirá en Turquía, y todos saben que será un refugiado el que logré el trono y pueda representar a Siria en la gala que tendrá lugar en Malta. Todos cuentan su historia, sus vivencias, lo difícil de su aceptación y el maltrato sufrido que les hizo escapar.
Uno de los casos más emocionantes es el del joven peluquero que todavía no ha confesado su homosexualidad a su familia. No ha escapado de su lugar de nacimiento, pero ha decidido reunir el valor para decir la verdad. Antes “lo intenté todo para curarme”. Se dio cuenta de que no tenía una enfermedad, y en ese proceso de aceptación tuvo micho que ver Tea and Talk, único grupo de apoyo a las personas LGTB en todo Siria. “La desesperación me ha hecho valiente”, dice a cámara antes de contar su verdadera preocupación: “perder a mis padres, lo demás ya no me asusta”.
Los candidatos a Mr. Gay Siria tendrán que pasar varias pruebas antes de que el jurado elija, una de ellas es una disciplina libre en la que él hará una dramatización escrita por sí mismo en la que confesará a su madre que es homosexual. Son pequeños actos de muchas personas que gracias a ese coraje han conseguido que un certamen de belleza se convierta en un arma contra el ISIS y la homofobia que todavía existe en muchos países. Estos luchadores son “supervivientes”, así se consideran ellos mismos en el documental en el que todos, aunque no lo cuenten a cámara tienen “huellas físicas y psicológicas” sólo porque han decidido amar a una persona de su mismo sexo.
Ellos también tienen sus discusiones. No todos consideran que Mr. Gay Siria sea la mejor forma de luchar por la igualdad. Creen que esos concursos son pura frivolidad y lo que ellos necesitan es compromiso y lucha en las calles y hacer otro tipo de ruido. La mayoría de ellos creen que es una oportunidad perfecta. Utilizar un evento de visibilización internacional para que el mundo les vea y poder gritar que necesitan ayuda en su lucha. Su idea no es sólo ser elegido el mejor gay de su país, sino ganar el evento mundial de malta para convertirse en un icono y en un ejemplo que ayude a que los jóvenes de Siria vivan sin miedo.
Que no tengan que preguntarse nunca más si son enfermos, que no tengan que leer el Corán para encontrar una solución, sino que vivan cómo quieran y con quién quieran, y que la próxima vez que alguien quiera ser Mr. Gay Siria no tenga que huir a Estambul ni ser un refugiado político pars lograrlo. Ellos tienen las ganas, el valor, y la esperanza de que lo lograrán. Todavía queda mucho camino, pero el primer paso ya lo han dado, en tacones, y encima del escenario de un concurso.