Cuando alguien habla del cine español como industria, de sus carencias, y especialmente de todo lo que las instituciones podrían hacer para potenciarlo y defenderlo, siempre usamos la misma comparación: Francia. El país vecino destina casi 700 millones de euros para ayudar a sus películas en todas las fases de la creación. Protegen sus estrenos, y tienen algo que envidia todo el mundo, el sistema de financiación de dichas ayudas. Para evitar depender de los Presupuestos Generales del Estado y que el gobierno de turno aproveche la crisis económica para acabar con la cultura (como ha ocurrido en España durante las legislaturas del PP), los franceses recaudan de todas las entradas que se vendan en los cines.
Cada ticket vendido en una sala destina un porcentaje a las arcas para ayudar al cine francés. Así, el éxito de Star Wars, o Fast & Furious también contribuye a producir pequeños títulos del país. Una medida tomada hace décadas y que ahora sería impensable. Por ello otras industrias que han dado un paso adelante en su defensa de su cine surgen como modelos para el cine español. Alemania ha duplicado su presupuesto hasta más de 150 millones e Italia ya llega a los 400. Sin embargo, hay un modelo que ha surgido en los últimos años como ejemplo que gusta en la industria para que el nuevo ministro José Guirao tome medidas reales. Se trata de Irlanda, que muchos productores consideran un ejemplo asequible para copiar aquí, especialmente desde el nuevo impulso que han dado desde el Gobierno.
El ministerio de Cultura ha anunciado la semana pasada un nuevo plan de acción ambicioso y que es toda una declaración de intenciones, ya que se dedicarán 200 millones de euros para ayudar a la industria, el cine y la televisión. Casi tres veces más de todo el presupuesto del cine en España (70 millones, de los que sólo 30 son para ayudas a la producción), para un país que sólo tiene cinco millones de habitantes.
Las instituciones se han dado cuenta de que el cine genera dinero, atrae rodajes y es una aportación importante a la economía del país, así que se han puesto las pilas en los últimos años que se han coronado con estas medidas. El plan se ha basado en un informe económico que han llevado a cabo consultores internacionales de las empresas Olsberg SP y Nordicity junto al gobierno irlandés y que ha marcado los puntos en los que actuar. La impulsora ha sido Josepha Madigan, ministra de Cultura y Patrimonio del país y es un plan a largo plazo para convertirse en uno de los líderes mundiales a nivel industrial y a nivel atracción de rodajes internacionales.
Para ello el plan incluye varias medidas, entre las que destaca aumentar las desgravaciones fiscales (actualmente entre el 28 y el30), pero también aumentar el techo de gasto, uno de los fallos de los incentivos españoles, cuyo tope de tres millones hace que las grandes producciones extranjeras no vengan a rodar a nuestro país (o solo a Canarias). Además amplía los incentivos fiscales al sector de los videojuegos, una de las industrias más pujantes.
Este nuevo proyecto supone revisar y reestructurar la antigua Irish Film Board (algo como el ICAA español) y los modelos de financiación, además de aumentar las ayudas al sector cinematográfico, especialmente para la coproducción y financiación al desarrollo de filmes. No sólo el cine se beneficia, ya que la televisión irlandesa también tendrá en este nuevo modelo de un fondo para el desarrollo de ficciones.
Irlanda tiene el talento creativo, narrativo e histórico, la credibilidad internacional, la ubicación geográfica y las estructuras de incentivos para convertirse en líder mundial
Uno de los objetivos de este plan es crear industria, y para ello Irlanda impulsará formar sus propios trabajadores para las producciones, eso se hará con un fundo regional para crear profesionales del mundo del cine y de la televisión. También se fomentará el desarrollo de habilidades comerciales para promocionar toda la creación artística del país. Todo ello estará controlado por un grupo directivo que priorizará las medidas, supervisará su implantación y avisará periódicamente a la ministra.
El informe estima que si se implementa este nuevo modelo, el sector del cine, la televisión y la animación, podría duplicar los puestos de empleo que ahora mismo tiene en un periodo de cinco años, además de aumentar su participación al PIB del país hasta los 1.400 millones de euros. “Irlanda tiene el talento creativo, narrativo e histórico, la credibilidad internacional, la ubicación geográfica y las estructuras de incentivos para convertirse en líder mundial, para contar historias irlandesas y universales y para cultivar un vibrante sector audiovisual creativo”, ha dicho la ministra en la presentación del nuevo plan que se convertirá, sin duda, en uno de los más copiados en el resto de países que quieran poner a su industria audiovisual en la lista de las más potentes del mundo.