La pasada edición del festival de Cannes la guerra con Netflix se recrudeció. La polémica por incluir en 2017 a dos películas de la plataforma en competición por la Palma de Oro hizo que el certamen más importante del mundo tomara una medida salomónica: para entrar en la Sección Oficial había que pasar por salas francesas. Cedía a las presiones de las salas de exhibición del país, que veían cómo una posible ganadora se escapaba del circuito comercial para poder verse directamente desde el sofá de casa.
Por las nuevas medidas se quedaron fuera varias de las películas más esperadas del año y que ya se habían comprometido con Cannes. Las más destacadas las nuevas obras de Alfonso Cuarón y Paul Greengrass, así como un pase especial del filme inacabado de Orson Welles. Netflix respondía atacando y decía a Cannes que si sus producciones no podían competir tampoco irían fuera de concurso como pedía Thierry Fremaux.
En esta batalla ha habido un ganador, y es el Festival de Venecia, que tras años de capa caída y con la competencia de Toronto cada vez más presente ha optado por abrir su mano y ser flexibles para tener la mejor sección oficial posible. Su baza siempre han sido las películas americanas que competirán en los Oscar el próximo año (algo que repite esta edición con su inauguración, el esperado First Man de Damien Chazelle), pero ahora se ha erigido como el anti Cannes.
El Festival italiano ha permitido la entrada de Netflix, y les ha recibido con los brazos abiertos, así que todo lo que Cannes firmó y al final se cayó ha entrado aquí. Cuaron con Roma y Paul Greengrass estarán compitiendo por el León de Oro, pero también la serie de seis capítulos de los Hermanos Coen, que la han reconvertido en película para poder optar también a los premios Oscar. Esquivan así la polémica de incluir una ficción por capítulos a concurso, lo que sería la primera vez que ocurre. Otro esperado western, el dirigido por Jacques Audiard, The Sisters Brothers, ha preferido Venecia a San Sebastián, donde podría haber sido una excelente inauguración, sobre todo al contar con parte de producción española.
Muchos de los directores que se esperaban también estarán. Luca Guadagnino estrenará su remake de Suspiria, Laszlo Nemes vuelve tras arrasar en Cannes y los Oscar con , Sunset, ambientada en el imperio austrohúngaro, y el griego Yorgos Lanthimos presentará The Favourite, que cuenta con actrices como Olivia Colman, Emma Stone o Rachel Weisz. El británico Mike Leigh intentará reconquistar el León de Oro que ya ganó en 2004 con Vera Drake, y lo hará esta vez con su Peterloo.
Completan la Selección Oficial el estadounidense Rick Averson con The Montain; el francés Olivier Assayas con Doubles vies y el estadounidense Brady Corbet con Vox Lux. El alemán Florian Henckel von Donnersmarck competirá con Werk ohne autor; el italiano Mario Martone con "Capri-Revolution"; Roberto Minervini con "What You Gonna Do when the World's in Fire"; el francés David Oelhoffen con "Frères ennemis" y el estadounidense Julian Schnabel con "At Eternity's Gate".
Tanto énfasis ha puesto Venecia en llevarse todo lo que no pudo Cannes, que se ha olvidado de las mujeres. Sólo una directora opta al León de Oro, la australiana Jennifer Kent con The Nightingale, su regreso al cine tras la exitosa The babadook. Un patrón machista que se repite, y precisamente en un año en el que todos los certámenes están empezando a abrir los ojos a la situación de desigualdad en la que estaban las cineastas en los grandes festivales hasta ahora.