El debate sobre los límites de la libertad de expresión está centrando el debate. La semana pasada Roberto Bodegas fue amenazado por un monologo sobre los gitanos que le llevaron a pedir perdón y a que retiraran su actuación de Youtube. Se creó también una discusión sobre si un cómico tenía que poner verjas en sus discursos o ser libre y provocadores.
La cultura gitana es el centro de la polémica de nuevo debido al estreno de Carmen y Lola, el filme de Arantxa Echevarría que compitió en la Quincena de los Realizadores en el pasado Festival de Cannes, y que desde entonces se ha encontrado con quejas e incluso insultos de diversas asociaciones que les acusan de perpetuar un estereotipo “negativo” que pone a las mujeres de su etnia como “folclóricas, chaboleras o ladronas”.
Las quejas llegaron desde su presentación oficial, cuando muy pocos periodistas y gente de la industria habían podido ver el filme, por lo que la realizadora pedía que esperaran a que se estrenara para poder hablar, aunque desde Gitanas Feministas se habían sentido insultadas por las imágenes del tráiler y las declaraciones de la directora en entrevistas realizadas con motivo de la presentación del filme en Cannes.
La discusión se enconó, e incluso la película se retiró del Festival de Cine de Pamplona por la polémica que se estaba encontrando y porque Echevarría prefirió no acudir a un debate con asociaciones feministas que habían criticado el filme y para el que se había pedido hacer un boicot. Comentarios que han vuelto a salir a la palestra ahora que llega la fecha de estreno. Carmen y Lola es un retrato emocionante en el que se nota el cuidado de la realizadora, que pasó meses documentándose y hablando con mujeres gitanas para su realización.
De hecho, la propia Echevarría explicaba a ese periódico desde Cannes que su crítica no es sólo a la comunidad gitana, sino que ese “joven gitano” que describe “podría ser un chaval del extrarradio o un miembro de La Manada”. “Hay un nuevo millenial que me da un poco de miedo, porque el respeto hacia la mujer y hacia la igualdad va muy cercano a la cultura y a la educación, y estamos en una época en la que la cultura y la educación no están llegando a la juventud. No llego porque se tragan lo que le ponen en la tele, y toda la música reggaeton que es machista y terrible”, explicaba.
Los payos les hemos hundido la vida como minoría, les hemos ninguneado. Así que me pondrán a caldo y lo respeto y lo entiendo
Otra de las declaraciones que molestó es en la que aseguraba que si ella no contaba esta historia no lo hacía nadie, algo que matizó posteriormente asegurando que se refería a que, por desgracia, no hay mujeres gitanas que dirijan películas. En su entrevista con EL ESPAÑOL, también entonó el mea culpa y reconocía que su visión de “paya” había condicionado. “A Carmen me la imaginaba guapa, muy femenina, muy el estereotipo payo que tenemos, y ya me están dando canela fina con eso, porque es que los payos les hemos hundido la vida como minoría, les hemos ninguneado. Hasta hace poco en la RAE la palabra gitanos era sinónimo de ladrón. Así que me pondrán a caldo y lo respeto y lo entiendo, pero espero que a vean y piensen que está hecha desde el mayor de los respetos y el pudor. Quería que se vieran y dijeran: esta es nuestra vida, está contada bien y no hay un intrusismo generalista”, zanjaba.