Hace seis años una película de animación sorprendió a todo el mundo. En una época en la que Pixar era la que dominaba todo con sus filmes, su hermana Disney sorprendía a todos con Rompe Ralph, un homenaje a las máquinas recreativas que tan buenas horas hicieron pasar a los niños de muchas generaciones.
El protagonista era Ralph, el villano de uno de esos juegos que se cansaba de ser el malo y buscaba un amigo. El argumento era tan naif como se espera de la compañía de Mickey, pero tenía unas cuantas vueltas de tuerca y un universo visual apabullante. También un secundario robaescenas, Vanellope, irreverente niña de un juego de coches que además era princesa, pero bocazas y sin ganas de encontrar el príncipe azul.
Seis años después, Ralph y Vanellope vuelven en Ralph rompe internet, la secuela que quiere reventar la taquilla este puente, y que es un salto adelante en la propuesta visual, que muestra todo internet (con sus cookies, spam, buscadores etc) de una forma imaginativa y emocionante, algo que sus creadores han definido como “un reto enorme, porque nunca se había visto internet, al menos no en esta escala”. “Pensamos en internet como una ciudad como Roma o Estambul, ciudades antiguas, y la civilización antigua está en las profundidades y se han ido construyendo capas como si fuera una lasaña urbana. Creo que así es Internet, el internet antiguo está ahí y se ha construido por encima, y nuestra ciudad internet crece de abajo a arriba, donde están google o amazon”, contaban a EL ESPAÑOL sus creadores Rich Moore y Phil Johnston.
Lo mejor de la película es que Disney ha aprendido a reírse de sí mismo. Sin hacer spoiler hay que comentar que en su viaje por internet, Ralph y Vanellope llegan a la web de Disney, atiborrada de franquicias, con soldados imperiales vigilando todo, niñas haciendo test de ‘¿qué princesa eres?’ y… cómo no… las verdaderas princesas. El primer clip ya descubría esta reunión, pero el espectador se sorprenderá al ver la ironía con la que se habla de todas las penurias que pasan y cómo la libertad de Vanellope les encantará.
“Hay mucho material en Disney con el que divertirse, tenemos a Vanellope, que es una princesa, y mucha gente nos preguntaba si es una princesa Disney, y nosotros decíamos… bueno es de Disney y es princesa, así que imagino que sí, y nos parecía divertido que en internet puede pasar cualquier cosa, así que no hay otra película en la que esto pudiera pasar, que haya un personaje sentándose con todas las princesas Disney y hablando precisamente sobre lo que significa ser princesa Disney, era demasiado bueno para no hacer una escena así”, explicaban.
Ambos creadores han trabajado en propuestas de humor más adultas y gamberras. Moore estuvo en Futurama, mientras que Johnston escribió Agente Contrainteligente, con Sacha Baron Cohen, y ambos apuntan que en la comedia no se puede estar pensando todo el rato en si se ofende o no, porque se acabaría. “Nosotros hacemos un humor que no es tan peligroso ni puede herir o que alguien se sienta insultado, pero trabajamos con la comedia y si llegamos a un punto en el que pensamos todo el rato sobre qué pensará la gente sobre un chiste, nos paralizaría como guionista o como director . Creo que en lo de ser políticamente correcto y ser decente la gente se está pasando demasiado, y están quitando valor a la comedia, la esta imposibilitando. Hay que encontrar el equilibrio, la comedia no tiene que ser dulce ni blanda, pero si es inteligente, encuentras el punto de no ofender sin dulcificar”, apuntan.
A las secuelas siempre se las acusa de ser meros sacadineros de las familias, y ellos se ríen de la etiqueta asegurando que eso es lo que quieren: “dinero”. Pero cuando uno ve Ralph rompe internet y la disfruta como un niño se da cuenta de que sabían que había potencial para hacer una buena película, además de una historia que habla del amor y las relaciones de amistad que son tan posesivas que se convierten en tóxicas. ¿Quién dijo que el cine de animación es sólo para los críos?