A sus 24 años, Saoirse Ronan se ha despojado por méritos propios de la etiqueta de promesa. La intérprete irlandesa acumula ya un extenso listado de nominaciones —tres a los Oscar— y de premios, entre los que destaca el Globo de Oro a Mejor Actriz de Comedia por Lady Bird. Ahora se enfrenta al reto de ponerse en la piel de María Estuardo, la reina de Escocia, una figura histórica tan controvertida como deslumbrante, vituperada por unos y ensalzada por otros.
Ronan interpreta a la monarca tras su regreso a Escocia desde Francia, justo después de la muerte de su primer marido, para reclamar el trono. Se encuentra una corte dirigida por genitales masculinos, plagada de ambiciones, traiciones y conspiraciones. Ella es católica y desagrada a la corriente protestante del país. Todo se revela en su contra para dirigir un reino ingobernable, que desprecia ver a una mujer con la corona sobre la cabeza.
Algo similar le ocurre a su prima, Isabel I de Inglaterra, interpretada por Margot Robbie, pero sus dotes políticas y sus decisiones para hacerse fuerte en el poder son antagonistas. Dos reinas tan diferentes y a las que se le reclama lo mismo: engendrar inmediatamente un vástago varón. María se enfrenta a varios levantamientos civiles espoleados por sus incontables enemigos para expulsarla del trono y a continuos juicios sobre su conducta sexual; mientras que Isabel es apremiada a contraer matrimonio lo antes posible. La primera es más idealista, más romántica; la segunda basa sus decisiones en la frialdad, en su propia experiencia, calculándolo todo.
"En la película vemos a una [María] intentado tenerlo todo: ser madre, esposa y gobernanta", explica Saoirse Ronan a EL ESPAÑOL. "La otra [Isabel] ha pasado por lo suficiente para saber lo que no funciona, y es consciente de que necesita proteger lo que es suyo por derecho: el trono". María combatió el poder y las artimañas de los hombres hasta que se vio obligada al exilio, a buscar la protección de su prima, pero en Inglaterra, ante sus derechos al trono, solo encontró desconfianza y, tras 19 años de reclusión, la guillotina. Isabel, al final, se queda sola, con la sensación de no haber alcanzado lo que realmente quería.
"María esperaba alcanzar todo lo que un gobernante masculino tendría, en ese sentido, ella fue un acto bastante feminista en sí mismo", dice Ronan, a lo que Margot Robbie añade: "Ella esperaba recibir lo mismo que sus homólogos masculinos, eso es la definición de igualdad de género, un rasgo feminista". Ambas protagonizan un duelo de personalidades, de sentimientos y de rebeldías por todo lo alto que, aunque la Academia no lo ha considerado suficiente para nominarlas a los Oscar, convierte a María, reina de Escocia en un filme atractivo, que describe con precisión esa anomalía de poder femenino en el siglo XVII.
La película es la ópera prima de Josie Rourke, directora de teatro británica, que revela a este periódico que ha tratado de contar la historia de María Estuardo "desde el punto de vista de una directora, desde esa perspectiva que le otorga cierto feminismo. En general, a las mujeres no se nos ha dado la oportunidad de dirigir estas historias antes, lo cual es una tontería porque hay mucho de mujeres en ellas". Y menciona esa escasez de directoras femeninas en Hollywood: "Tenemos presencia —Ava DuVernay, Kathryn Bigelow o Phyllida Lloyd— pero solo hay que fijarse en los números, que son muy oscuros, para darnos cuenta de que no existe un equilibrio".
Y en la era del MeToo, ¿cuánto ha influenciado este movimiento al filme? "Nada en absoluto, la hicimos antes de que todo el mundo hablase de ello", responde Rourke. "Lo que representa el MeToo es algo que ha estado sucediendo sistemáticamente y durante un periodo de tiempo increíblemente largo a lo que de repente se le ha prestado atención. Si la película se percibe como un reflejo del movimiento es porque a una mujer directora y a dos extraordinarias actrices se les ha dado la oportunidad de mostrar su perspectiva".
Liderazgo femenino
María, reina de Escocia no solo ahonda en la biografía de la reina escocesa, sino que también refleja esos sacrificios extras que conlleva el ser mujer, la aparente imposibilidad de combinar poder y familiar. Y ahí Saoirse Ronan ofrece una opinión muy nítida: "Yo creo que, aunque afortunadamente vivimos en una época en la que podemos trabajar y podemos tenerlo todo, todavía hay presión y culpa porque las mujeres sienten que tienen que elegir entre una cosa o la otra, y tienen que hacer un sacrificio enorme. Esperemos que esto cambie cada vez más".
Margot Robbie, su compañera de reparto, nominada al Oscar en 2017 por Yo, Tonya y protagonista en El lobo de Wall Street, se muestra "muy contenta de que en 2018 no tengamos que elegir entre la familia y tu carrera profesional". Sin embargo para María e Isabel fue muy diferente: "Para ellas tiene que ser una u otra, o gobernar o formar una familia. Era muy peligroso intentar hacer las dos". La monarca escocesa, cuyo hijo fue Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, lo comprobó en sus propias carnes.
El padre de ese niño fue Lord Darnely, el segundo esposo de María Estuardo, un noble inglés ambicioso, misógino y borracho que pretende convertirse en el principal soberano por encima de la propia reina. El personaje lo interpreta el británico Jack Lowden (Dunkerque), quien explica que Lord Darnley "quiere poseerlo todo ya, muy rápido, solo quiere consumar". Su antítesis —en el apartado conyugal las reinas también eligen a varones totalmente opuestos— es Robert Dudley, leal a Isabel aun a sabiendas de que nunca se van a casar.
"Eran amigos desde la infancia, se conocían y habían pasado tiempo juntos en la Torre de Londres. Existían un verdadero vínculo entre ellos antes de que ella se convirtiese en reina y creo que Robert actúa por amor y lealtad en lugar de su propia ambición de poder o de mejorar su estatus", explica Joe Alwyn, el actor que interpreta al amante de Isabel. "Es estimulante ver una película con un doble liderazgo femenino tan fuerte, con personajes complejos", dice Alwyn respecto al protagonismo de Ronan, Robbie y Rourke.
Saoirse Ronan confiesa que el mayor aprendizaje que ha cosechado tras interpretar a María Estuardo fue desprenderse de esa necesidad de agradar a todo el mundo. "Ella, que tenía muchas voces en su oído, gobernó tomando las decisiones que le parecían más adecuadas, independientemente de a quién molestase o a quién agradase. Eso me ha ayudado a darme cuenta de que no voy a poder a poder mantener contento a todo el mundo".