Nunca Jamás era el sitio donde los niños no crecían. Una isla en la que no había adultos, sólo juegos y diversión. El terreno en donde Peter Pan se negaba a crecer y reinaba entre una infancia que no sabía lo que era la tristeza o la decepción. Así llamó también a su rancho Michael Jackson. El cantante, al que su padre sometió a todo tipo de abusos físicos de pequeño, quería convertirse en su personaje favorito, el que consiguió ser niño durante toda la vida. En una finca enorme, rodeada de campo y naturaleza creó algo parecido a un campo temático, con lago, animales, y hasta atracciones de feria.
En aquel sitio idílico, al que sus millones de fans deseaban ir, es donde ‘Jacko’ abusó sexualmente de varios niños. Les llevaba a un mundo de fantasía para convertir su vida en un infierno. Así lo han contado dos de sus víctimas en el documental de HBO Leaving Neverland, dirigido por Dan Reed y que aquí estrenará este sábado Movistar+. Cuatro horas en las que el cantante queda retratado como un depredador sexual que repetía el mismo patrón con cada niño que caía en sus garras.
Todos coinciden en las mismas prácticas, los mismos ganchos, la misma conducta. También en que Michael Jackson parecía el hombre más solo del mundo, un niño atrapado en el cuerpo de un hombre que creía vivir una relación adulta y completa con críos que no sabían lo que era el sexo y que entraron en una espiral de la que todavía se recuperan. Una radiografía al comportamiento del cantante, pero también de sus víctimas, desde los primeros acercamientos hasta su abandono.
Cásting
El primer paso en este proceso era la selección de los niños. Los dos testimonios de Leaving Neverland llaman la atención de Michael Jackson de alguna forma. Wade Robson había ganado un concurso de baile en su pueblo natal en Australia. El premio: conocer a su estrella conocido. Robson era un fanático del cantante, su habitación estaba llena de fotos suyas. Tenía sólo cinco años, pero recuerda cómo su vida cambió cuando escuchó Thriller por primera vez.
“Era la persona más amable y gentil que había conocido. Me ayudó con mi carrera, con mi creatividad… y también abusó sexualmente de mí durante siete años”. Es una de las primeras frases que dice Wade, que ganó aquel concurso con sólo cinco años a pesar de que era demasiado joven para participar. En el concierto conoció a su ídolo, y un día después Jacko le subiría al escenario a bailar con él. Le había seleccionado y se sintió “como en un sueño”.
Jimmy Safechuk es la otra voz del documental. Él fue el niño del anuncio de Pepsi en el que un chaval se colaba en el camerino de Michael Jackson y se probaba su ropa. No era muy fan del cantante, pero aun así consiguió su confianza. Tenía 9 años cuando comenzó una relación que acabó en abusos. Jacko le echó el ojo y mandó a un equipo para grabarle imitándole como en el anuncio. “Ahora que lo pienso, aquel vídeo era como una audición para él”, cuenta en el documental.
Era la persona más amable y gentil que había conocido. Me ayudó con mi carrera, con mi creatividad… y también abusó sexualmente de mí durante siete años
Ganar la cofianza
Una vez conseguía establecer un primer contacto con los menores, tenía que ganarse su confianza, pero especialmente las de sus familias. Eran chavales, y el consentimiento de sus padres era fundamental para llevarles a algún sitio. Las dos familias de las víctimas -las madres son los otros dos testimonios del documental- eran sometidas a un cortejo que consistía en viajes pagados, vuelos en jets y estancias en hoteles de lujo antes de llegar al destino final: Neverland. En ese tiempo iba ganado la confianza de la familia y él conseguía ser uno más en ese núcleo. Al principio las madres acompañaban a sus hijos a todo, pero poco a poco veían en el cantante alguien en quien podían confiar a sus hijos.
La madre de Jimmy cuenta la excitación que sufrieron cuando Michael Jackson les llamó para invitarles a cenar a su casa. “Nadie era su amigo, y pensábamos ‘oh dios mío, qué suerte tenemos’. Queríamos ser importantes, ser querido”, apunta antes de contar el siguiente paso, que Michael fuera a su casa. Le sentaron en su mesa, y cada vez les visitaba más a menudo, hasta que empezaron a pasar tiempo a solas. “Era como un hijo para mí, le lavaba la ropa, dormía en mi casa...”, se lamenta.
Todo se precipitó en la convención de Pepsi en Hawai, donde el cantante ya sugirió que si podía dormir en su habitación. Ella se negó, pero admite que dio un paso atrás y dejó que el niño se lo pasara bien sin agobiarle. La madre de Wade no puso tanto problema, en su primera visita a Neverland dejó que su hijo y su hija durmieran en la habitación de Michael Jackson: “Era como si le conociera, no me parecía raro”.
Quedarse solos
Conseguir esa confianza era fundamental para quedarse a solas con ellos. Jackson se mostraba vulnerable con los niños y sus familias, y siempre repetía lo sólo que se sentían. Aquella primera noche en la que no pasó nada, Wade se levantó y le encontró llorando en una esquina repitiendo: “no os vayáis, no quiero quedarme sólo”. A Jimmy le repetía que querían que fueran amigos para siempre.
“Es difícil oír eso ahora. Estaba atraído por él, y lo usaba para hacerme sentir especial”, recuerda Jimmy que cayó en la red de Michael cuando su familia accedió a que le acompañara en su gira mundial. Su madre iría con él, pero el niño cada vez pasaba más tiempo, “Eramos amigos en una aventura”. La madre, que ya había negado a su hijo su deseo de dormir con su ídolo accedió finalmente en París: “Estaban juntos las 24 horas del día, pero iba a ver si estaba bien y siempre me decía que podía irme”.
Abusos a menores
En cuanto conseguía que los menores entraran en su habitación llegaban los abusos. Y una vez comenzaban estos se hacían constantes. Las declaraciones de las víctimas en el documental son espeluznantes, y de hecho se incluye un aviso al comienzo de ambas partes de que se incluyen descripciones explícitas de abusos.
De repente tenía todo el pene de un hombre adulto en mi boca de niño de siete años. No llegaba a eyacular, y terminaba masturbándose delante de mí
Jimmy Safechuk recuerda como en su parada en París fue “introducido en la masturbación” por Michael Jackson. “Te voy a enseñar algo que hace todo el mundo y que te va a gustar”,le dijo el cantante que le enseñó a tocarse. “Entonces no eran recuerdos malos, era como si nos estuviéramos conociendo, de alguna forma”, explica Safechuk.
“Me decía que me inclinara y abriera mis cachetes, luego él se masturbaba. Le gustaba que le frotara los pezones para que él acabara”, dice sin censura Jimmy, mientras su madre cuenta que una vez comenzaron los abusos ellos fueron colocados cada vez en habitaciones más lejanas a las de Jackson con excusas.
“Era como un secreto, me dijo que si alguien se enteraba acabaría con su vida y con la mía, y que estaríamos acabados”, les dijo a ambos. Una vez establecido el contacto, el abuso fue a más. “Me besaba con lengua, y luego comenzó a besar diferentes partes de mi cuerpo hasta que llegó a los genitales. Una vez estaba dormido y me levanté y me dijo que me había practicado sexo oral mientras dormía”, relata.
La conducta sexual se repite en ambas víctimas. Wade fue abusado cuando se quedó cinco días solo con Jackson en su rancho. Él había pedido quedarse mientras su familia viajaba por el Gran Cañón. Ellos accedieron. “La primera vez metió sus manos dentro de mi calzoncillo y tocó mi pene. No sentía que hubiera nada agresivo en ello, no me sentía con miedo ni me daba miedo. Luego me enseñó a hacerle lo mismo”, recuerda.
Luego llegaron los besos con lengua, el tocamiento de pezones y el sexo oral. “Pronto yo también se lo hice yo a él. De repente tenía todo el pene de un hombre adulto en mi boca de niño de siete años. No llegaba a eyacular, y terminaba masturbándose delante de mí”, explica y cuenta otro comportamiento que describen igual ambos: pedir que se inclinara y abriera sus cachetes para mostrar su ano. Ellos se sentían especiales, los niños más importantes del mundo. Michael Jackson les había elegido a ellos y eso les hacía felices. No veían nada raro en estos abusos continuados hasta que años después lo reconocieron.
Cambio de cromos
El patrón seguido por Michael Jackson acaba con los niños siendo intercambiados por otros. Cada 12 meses Jacko elegía un nuevo niño para acompañarle todo el rato. Era normal ver en todas las fotos a un niño con el cantante. Siempre el mismo durante cada gira. Entonces nadie pensó que habría algo raro, o si se comentaba se hacía como un chiste con mala leche, aunque en el fondo todos sabían que en su conducta eso era extraño.
Los niños sentían que les dejaba “delado”. “Ya no era su favorito”, recuerda uno de ellos que vio cómo Jackson comenzaba a tener un nuevo amigo, Macaulay Culkin. A Wade le reemplazó por Brett Barnes, con el que se le vio durante muchos meses, y hasta llegó a mentirle diciendo que no podía ir a la gira porque no permitían niños. Luego vería las imágenes de Michael con su nuevo favorito. Tanto Barnes como Culkin negaron siempre que hubieran sufrido abusos sexuales del cantante.
Una y otra vez mi respuesta fue no. Cuando el policía me preguntaba lo único que venía a mi mente era lo que me había dicho Michael una y otra vez, que si alguien se enteraba de esto iríamos los dos a la cárcel
Negar los hechos
La segunda parte del documental se centra en la pregunta que hacen los defensores de Michael Jackson y que han criticado el filme. Tanto Wade Robson como Jimmy Safechuck negaron los abusos en un primer juicio. Ellos aseguran que lo hicieron para salvar a Michael,para volver a ser su favorito. Por eso negaron todo: los tocamientos, el sexo oral, la pornografía que les enseñaba...
“Una y otra vez mi respuesta fue no. Cuando el policía me preguntaba lo único que venía a mi mente era lo que me había dicho Michael una y otra vez, que si alguien se enteraba de esto iríamos los dos a la cárcel el resto de nuestras vidas. Estaba aterrado. También estaba excitado por la idea de poder defenderle, de ser capaz de salvarle”, comenta Robson en un documental que ha enterrado el mito del artista para desenmascarar al depredador sexual.