María León es un no parar de mujer. Desde por la mañana tiene una energía que contagia a los demás. Acude a su entrevista concertada con este periódico en la cafetería de un hotel céntrico de Madrid y se toma uno de los muchos cafés que le acompañarán a lo largo de un duro día de entrevistas y ruedas de prensa.
La leona, pues así la llaman a menudo, interpreta a Encarni en la nueva película dirigida por Álvaro Díaz Lorenzo: Los Japón. Se trata de una comedia en la que Paco (aquí Dani Rovira), marido de Encarni, resulta ser descendiente directo de uno de los herederos de la monarquía japonesa. Por lo tanto, Dani Rovira se convierte en emperador del país nipón. Junto a su mujer Encarni protagonizan un dúo repleto de humor y de amor sano que da de qué hablar.
Pese a no haber trabajado juntos hasta ahora, tanto la sevillana como el malagueño se han compenetrado a la perfección. Hasta ha habido momentos en el que la pareja protagonista ha dejado a un lado el guion para improvisar en mitad de una escena.
¿Cómo reaccionaste cuando te ofrecieron el papel?
Yo tuve la suerte de recibir este guion a través de Álvaro, el director. La idea me pareció chulísima. Mezcla la realidad con una idea tan loca y ficcionada como el tema de que dos personas de Coria del Río se vayan a Japón a ser emperador y emperatriz. Pero lo que más me interesó fue trabajar con Dani. Me apetecía meterme en una aventura así de la mano de Dani. Yo soy muy admiradora de él. Creo que es un muy buen cómico, que tiene mucha inteligencia y como compañera de profesión me apetecía trabajar con él. Hemos querido hacer esta película desde el respeto más absoluto hacia los corianos y los japoneses.
Uno de los temas cruciales del largometraje es el choque cultural entre España y Japón. Es más, les es muy difícil adaptarse a esa nueva vida. Esa defensa del multiculturalismo que tanto hacemos parece entrar en conflicto.
Lo más bonito que cuenta esta historia es que uno tiene que ser lo que uno es. Y si uno es lo que uno es, ya sea aquí, en Tokio o en Pekín, está feliz. Yo creo que la familia se quiere volver de Japón porque ellos pertenecen a Coria. No tiene que ver con que no les haya gustado Japón o no se hayan sentido queridos. De hecho, crean una nueva familia allí y han sabido convivir en el país. Pero son una familia con unos valores que no les hace falta ser algo más —emperadores en este caso— para ser una gran familia. Y es en lo que se convierten: una súper familia.
¿Sirve el humor, tal y como aparece en la película, para poner sobre la mesa temas políticos y sociales serios?
Ojalá se utilizara más el humor para hablar de temas serios, la verdad. El humor sirve para hacer crítica, como ocurre en los carnavales. Antiguamente, el pueblo salía a la calle a cantar y celebrar desde un punto de vista crítico con la actualidad en la que vivían —y se sigue haciendo—. Pero cada vez hay más miedo y tenemos que callarnos más.
En Los Japón, en concreto, siempre desde un punto de vista humorístico, se trata el tema de la clase obrera, la monarquía o el feminismo (que es la lucha que más toca de cerca a Encarni).
No creo que se cuente desde un punto de vista activista. Es algo que aparece porque existe, no porque el director o nosotros hayamos querido meterlo con calzador. Encarni es feminista por impulso, porque la razón no la pierde nunca. Encarni es una tipa que con 15 años se quedó embarazada y la que se quedó sin estudiar fue ella. Entonces, el conflicto es educacional. Cuando nos tapan y no nos enseñan no sabemos. No obstante, hay algo que está por encima de todo esto: el alma. Encarni no ha tenido educación feminista y no ha tenido las mismas oportunidades que todos los demás pero ante esa lógica no deja que nadie le mande y le diga qué tiene que hacer. Y eso es lo bonito que yo cuento en esta película.
Además, tanto Paco como Encarni son feministas. Los dos como pareja se entienden, se escuchan y son iguales. Y esto es porque los dos personajes se lo han trabajado, no porque la sociedad se lo haya permitido. Eso lo hemos metido Dani y yo por debajo. No hemos dicho “vamos a hacer un personaje feminista”, no. Ellos sienten y aman de una manera impulsiva y aún así son capaces de afrontar una situación tan difícil en relación a la monarquía. Y lo hacen sin estudios y sin educación. La humanidad es lo que prevalece.
Claro, de hecho ella se rebela siempre que quiere ser silenciada por su estatus de 'mujer del emperador'. No hace falta estar en la universidad para saber qué es el feminismo y actuar en consecuencia.
Eso es. Encarni es un “coño”, es "poder chochal". "Coño" como primer apellido.
Hay una escena en la que tanto Dani Rovira como tú os ponéis a bailar por las calles de Tokio en calidad de emperador y emperatriz. Dani dice la frase "gracias por habernos votado" desde una ironía evidente. ¿Crees que si las bromas acerca de la monarquía japonesa se hubiesen hecho en referencia a nuestra Casa Real habría una mayor crispación por parte del público?
Yo creo que sí, porque la gente es muy torpe. Nosotros lo hubiésemos hecho con el mismo cariño que con la familia real japonesa. Pero, cuando hay miedo, es lo que pasa. Creo que no somos tan inteligentes todavía en este país.