El 20 de julio de 1969 el mundo se paralizó. Todos se concentraron delante de sus televisores y radios para escuchar un evento que cambió el mundo. El hombre pisaba la luna por primera vez en la historia y EEUU vencía en la carrera espacial a la URSS. Las fronteras se derribaban y parecía que seríamos capaces de todo.
Fue la primera vez que una misión espacial de esta envergadura se retransmitía en directo. En España fue Jesús Hermida, corresponsal de TVE en EEUU, narrara la llegada como si fuera un partido de fútbol. Más de 20 millones de españoles vivieron en blanco y negro aquel momento que aquí, por la diferencia horario, ocurrió el 21 de julio, un día más tarde.
Se cumplen 50 años de aquel momento que sigue fascinando. Las películas sobre viajes espaciales se suceden, y entre teorías conspiratorias y anuncios de Trump de querer colocar una bandera de EEUU en Marte, seguimos hablando de lo mismo. El hombre quiere salir de su planeta y saciar sus ansias de conquista fuera de la Tierra.
Hasta ahora el relato oficial de aquel acontecimiento han sido aquellas imágenes borrosas y en blanco y negro que siempre ponen los telediarios, pero medio siglo después llega el documental que hará vivir a la gente el viaje a la luna como si fuera la primera vez que ocurre. Se trata de Apolo 11, está dirigido por Todd Douglas Miller y llegará a los cines del 16 al 20 de julio para conmemorar la efeméride.
El documental renuncia al clásico formato de testimonios y bustos parlantes y cuenta todo el proceso desde que el Apolo 11 saliera de Houston hasta que Neil Armstrong pisara la superficie lunar y dijera aquello de “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”. Para ello se han necesitado 15 años de producción y un hallazgo que ha hecho que se vean imágenes inéditas de aquella misión espacial. La NASA encontró recientemente metraje en 65 milímetros y más de 11.000 horas de grabaciones de audio sin catalogar que hacen que el documental nos llevé al corazón del Apolo y vivamos su viaje de primera mano.
Veremos la llegada de los astronautas, su despegue, escucharemos sus impresiones y oiremos a los mandos de la NASA. Sin Jesús Hermida, sin nadie que nos diga qué vemos, lo haremos en primera persona. Miller y su equipo trabajaban estrechamente con la NASA y los Archivos Nacionales (NARA) para localizar todo el metraje existentes del Apolo XI cuando cuando encontraron estas tomas impresionantes del lanzamiento, del interior del Control de Misión y de las actividades de recuperación y posteriores a la misión. El metraje fue tan original y el hallazgo tan significativo que el proyecto evolucionó más allá del cine y se convirtió en documento cinematográfico de preservación histórica.
El director no era un novato en trabajar con la NASA en un proyecto cinematográfico. Ya había rodado un corto de 30 minutos sobre el Apolo 17. “Ahí fue donde me metí a fondo en ello y decidí que quería seguir con el mismo equipo y hacer una película del Apolo 11 trabajando con la NASA t los archivos nacionales. Habíamos creado una buena relación y eso fue de gran ayuda, aunque lo arriesgado es que no queríamos contar la misma historia de siempre”, cuenta a EL ESPAÑOL Todd Douglas Miller.
Aunque lo normal fuera que sus nervios por no repetir la misma historia se calmaran cuando encontraron tanto material inédito, en su caso fue al revés. La presión de tratar con tantos archivos nuevos le provocó un nuevo estado de ansiedad al pensar que había que verlo, colocarlo y, sobre todo, escanearlo: “usamos una tecnología que no estaba probada todavía para todo ese material y no podía dar ningún problema, así que viví mi propia misión a la luna con todos los problemas que iban surgiendo, pero fue un trabajo maravilloso en equipo”.
El viaje a la luna es la expresión singular de la revolución del ser humano, es el primer paso a otros mundos y fue un momento definitorio para nosotros
Lo que buscaron con esas imágenes que la gente verá por primera vez, es que el espectador siente que nunca antes había vivido el viaje a la luna, que sentarse en la butaca fuera “una experiencia, que fuera espectacular, que se viviera igual que las otras veces que lo vimos”. Por eso también optaron porque no hubiera una narración radiofónica o alguien “narrando los acontecimientos” y que el hilo conductor fueran las propias imágenes y todos esos audios que no se han escuchado hasta ahora.
Una misión que parece nueva y que para el realizador será siempre importante para nuestra sociedad “sea hoy o dentro de 200 años porque define lo que somos”. “Es la expresión singular de la revolución del ser humano, es el primer paso a otros mundos y fue un momento definitorio para nosotros. Demostró que somos la especia más grande de este planeta y puede que del universo”, zanja. Apolo 11 se convierte, también, en el mejor documento para aquellos conspiranoicos que siguen pensando que fue Kubrick quien dirigió una puesta en escena para engañar al mundo.