Ha destruido el mundo de todas las formas posibles. Por culpa del cambio climático, de erupciones solares, de un monstruo creado por la radiación y por alienígenas que se enfrentaban al patriotismo yanqui. Roland Emmerich siempre está dispuesto a una buena catástrofe natural que le haga crear una película llena de efectos y fuegos artificiales. Su cine no es sutil, nadie lo espera, pero sin embargo de vez en cuando este creador de taquillazos como Independence day, Godzilla o El día de mañana, se apasiona por algo.
Con la Batalla de Midway, aquella que enfrentó a japoneses y americanos en plena Segunda Guerra Mundial y que retrató John Ford en el mítico documental, lleva décadas obsesionado, y por fin la ha podido parir en una época tan convulsa que le recuerda demasiado a aquel tiempo. Lo ha hecho sin la ayuda de grandes estudios, y con un reparto coral encabezado por Ed Skrein, Patrick Wilson y Woody Harrelson.
Midway -ya en salas- dio la sorpresa en la taquilla de EEUU, y se colocó como número uno. Liderar ese ránking no es ninguna novedad para Emmerich, pero sí hacerlo con un filme que tanto sudor y lágrimas le ha costado levantar, como explica en esta entrevista con EL ESPAÑOL.
Creo que lleva años obsesionado con la Batalla de Midway.
Sí, desde hace 20 años, cuando vi un documental sobre la batalla y me inspiró tanto que me puso a leer más libros sobre ella. Fui a los jefes de las grandes productoras a hablarles de la película y de cómo pensaba que debía ser. Todos me decían que les parecía una buena idea, y parecía que iba hacia adelante e incluso había hablado con William Goldman para que fuera el guionista, pero según volvía a Los Ángeles de un viaje, vieron que la película iba a costar mucho dinero y me dijeron que no se hacía.
Me deprimí mucho, y un amigo mio me dijo que había otra película bélica que tenían y que podía hacer. Se trataba de El patriota, y me puse con ella. Luego Michael Bay sacó Pearl Harbour y el proyecto quedó en el olvido, pero hace cinco años me encontré con este joven guionista, Wes Tooke, que me trajo un nuevo guion y pensé que por fin teníamos la película.
Ningún estudio grande ha querido producirla… me imagino que porque no es una secuela. No es Midway 2 o 3. Pero me dije que la íbamos a hacer de todas formas
Pese a todo no hay ningún gran estudio detrás produciendo, ¿ha sido difícil producir Midway?
Sí, sí, todavía hoy ha sido muy difícil. Ningún estudio grande ha querido producirla… me imagino que porque no es una secuela. No es Midway 2 o 3. Pero me dije que la íbamos a hacer de todas formas y buscamos dinero por todo el mundo, y ha sido una buena experiencia porque creo que por eso la película es mejor que si se hubiera hecho en un gran estudio, porque por ejemplo no hubieran dejado que estuvieran las escenas en japonés. He hecho la película exactamente como quería, y creo que eso se nota.
¿Qué dice la Batalla de Midway de nosotros, del momento actual que vive el mundo?
Es una consecuencia afortunada que la hayamos hecho ahora, y no sólo porque la tecnología se ha podido hacer más barata, sino porque habla de temas que ocurren ahora, como el auge del nacionalismo y la extrema derecha. Creo que había que hacerla para recordar a la gente que esto nos llevó a la Guerra Mundial y que hay que luchar por la democracia.
Nunca se ha caracterizado por ser un director ‘político’, pero sin embargo en su filmografía tiene una película sobre el cambio climático, otra sobre Stonewall… ¿cree que de alguna forma sí que lo ha sido?
A ver, creo que como director siempre tienes que ser político de alguna forma, es verdad que no es lo primero que pienso cuando hago una película, yo no no hago documentales.
La película está dedicada tanto a los soldados americanos como a los japoneses, un cambio en el punto de vista que normalmente se ofrece, ¿por qué quiso hacer ese homenaje?
Desde el principio tuvimos claro, tanto los guionistas como yo, que no queríamos dejar a los japoneses como ‘los malos’ porque sabemos que en una guerra no hay malos, los malos son los políticos, aquellos que inician la guerra, y eso era importante para nosotros. Por eso también fue rechazada en muchos estudios, porque no querían hacerlo así, querían hacerla más patriota, pero nosotros lo teníamos claro, había que dedicásela a ambos bandos y dejar claro que en la guerra no hay vencedores.