Hace escasamente una semana, al recoger su Premio Feroz, la actriz y directora Leticia Dolera pedía “una cultura más crítica, más libre, más sensible y más empática”, y recordó a la audiencia que “todo poder conlleva una gran responsabilidad”: "Vivimos tiempos en los que la cultura del odio y la intolerancia está cogiendo peso, pero aquí hacemos cultura y podemos darle la vuelta: historias con niños LGTBI que no se sientan solos, creemos espacios donde las personas de comunidades diversas nos enseñen su punto de vista, donde las mujeres no seamos siempre víctimas, queremos ser protagonistas de nuestras vidas. Contra la cultura del pin parental, cultura antifascista”, lanzó, en la que seguramente fuese la intervención más aplaudida de la gala. Por eso, aprovechando la alfombra roja de los Premios Goya, hemos querido preguntarles a algunas de las caras más conocidas del cine español si están de acuerdo con Dolera en la urgencia de una “cultura antifascista” y, si la respuesta es afirmativa, en qué ha de consistir esa cultura.
Es el clásico debate: ¿debe la cultura estar politizada? ¿Su naturaleza es ser combativa? ¿Corre el riesgo la cultura ideologizada de resultar panfletaria y alejarse de su concepto más artístico? ¿Se sienten identificados estos profesionales del cine con el concepto “antifascismo”? ¿Es posible una relación sana con Vox, después del desencuentro inicial? Lo cierto es que hacía mucho que no se veía una gala de los Goya tan politizada: la mayoría de las intervenciones han estado salpicadas por tintes sociales, guiños a la inclusión, al feminismo, a los menores en situación vulnerable y un largo etcétera. Aquí las contestaciones de nuestros entrevistados al respecto.
Antonio Banderas: “Desde luego, el fascismo ha sido uno de los grandes azotes del siglo XX, y parece ser que se sigue extendiendo. Yo creo que habría que hacer una cultura antiagresión, de cualquier ideología que agreda, no sólo la fascista: ha habido muchas culturas de agresión a lo largo de la historia en el mundo. Eso de que los extremos se tocan viene a ser verdad, y lo estamos viendo día a día en el panorama mundial: cómo se comportan determinados regímenes”.
Amenábar: “Hay muchos síntomas que nos hacen pensar que se está produciendo una situación parecida a la de los años treinta en Europa. Y creo que está bien ser lúcidos y ser capaces de verlo, porque aquello ya sabemos en qué acabó: en una Guerra Mundial”.
Asier Etxeandía: “Antifascista siempre. Es que el fascismo es la muerte de las libertades, a mí me lo parece, no entiendo cómo en una cabeza humana puede caber que alguien te diga lo que tienes que hacer y cómo tienen que comportarse los demás. Lo único que hay que hacer es respetar al de enfrente, tener una empatía lógica y un civismo lógico y creo que cada vida debe ser respetada”.
Santiago Segura: “El término “cultura” es la antítesis del término “fascismo”: no pueden ir de la mano. Yo soy de intentar opinar lo menos posible… intento ponerme en los zapatos de todos y entender qué piensan unos y qué piensan otros. Por eso me llaman equidistante. Hay muchos grises. El otro día fuimos a presentar la película en la cárcel, por ejemplo, y ves a muchas excelentes personas que han tomado una mala decisión. Pero ves mucho analfabetismo, mucha falta de oportunidades en la población reclusa. Yo pensaba: ¿cuántos de estos son mala gente? Pero luego pensaba en los funcionarios, que están agobiados porque salarialmente están maltratados… si miras para un sitio y para otro, entiendes lo que reclama cada persona”.
Oliver Laxe: “La cultura, cuando más pegada tiene, cuando la pegada es más honda, más profunda, es decir, cuando llega al alma, es cuando no hay una intención clara de primeras. Cuando la intención es tan clara no hay espacio para lo femenino, para lo lírico, para lo poético, para lo ambiguo, para lo polémico; y se queda a las puertas de donde tiene que llegar el arte”.
Carlos Bardem: “La cultura es antifascista, yo no conozco cultura fascista. Del fascismo conozco otras vertientes y otras cosas, pero la cultura, por definición, es antifascista, porque la cultura crea personas críticas, personas que se hacen preguntas y que cuestionan, no personas que aceptan consignas y barbaridades”.
Juan Diego Botto: “Una cultura antifascista, en general, significa una cultura democrática. Cuando alguien dice que es antifascista, lo que está diciendo es que es demócrata. Necesitamos una cultura democrática y a favor de los derechos humanos”.
Itziar Castro: “No sé si Leticia hace algo antifascista, sé que lo hace desde el corazón, desde las vísceras y desde su lado más personal. Los creadores y creadoras deben hacer todo no para gustar a los demás, no para quedar bien ni para ser políticamente correcto, sino para expresar lo que tienen dentro; como el caso de Eduardo Casanova, que ha sido siempre así”.