'La sombra de una duda' es una de esas películas en apariencia menores que a mí siempre me han encantado. Creo que habré visto esa película más de 20 veces. Recuerdo tenerla en una cinta de VHS y verla antes de dormirme cuando era una adolescente. Y la de veces que he tarareado el vals de “la viuda alegre” mientras me dormía. El gordo Hitchcock estaría encantado. Lo único que creo que falla es el título. Su verdadero título debería ser 'El tío Charly'.
Ese Joseph Cotten impoluto, de traje, hermoso y sumo protagonista de la cinta. Desde el primer minuto sabemos que es un asesino sin escrúpulos, inteligente y misógino, pero que exhala ese aroma de 'Barón Dandy' que nos hace sentirnos en las rodillas de papá . Y nos gusta y le odiamos. Y todo a pesar de saber que es el malo desde la primera secuencia de la película, por eso me parece una modernez que un director consiga que nos sintamos tan enamorados de él como Charly, su sobrina favorita y desencadenante de todo lo bueno y malo que le sucede.
Lo sucio y feo de la gran urbe salpicando de fango un pueblecito pequeño e idílico de Estados Unidos. Y Hitchcock nos pone en medio, en una relación casi incestuosa que, si no supiésemos que son tío y sobrina, parecería una historia de amor. Me encanta cómo vemos a gente completamente normal en una situación completamente extraordinaria y en eso Hitchcock era un sofisticado maestro .
Me apasiona la secuencia en que Charly baja las escaleras llevando el anillo regalo de tío Charly. Ese anillo es lo único que le une a sus asesinatos y su sobrina lo sabe. La delicadeza, lo cursi, lo débil se enfrenta al diablo cara a cara. Y en ese duelo, gana, como siempre, Hitchcock.