Las redes sociales se han convertido en un campo de minas. Una imagen sacada de contexto, una opinión en el momento exacto o una opinión sin fundamento pueden correr como la pólvora y convertirse en un fenómeno viral imposible de desactivar. Los Trending Topics los carga el diablo, y muchas veces parecen responden a polémicas sorprendentes. Porque, ¿a quién se le ocurriría hablar de una película sin haberla vista? Pues a miles de personas, que convirtieron a la película Guapis (Mignonnes), de Netflix en centro de los ataques en Twitter sin haberla visto.
El filme se estrena el 9 de septiembre, pero un usuario de la plataforma vio el cartel elegido por la plataforma y la sinopsis y establecer su veredicto. La imagen es la de unas niñas bailando con trajes que no responden a los de chicas de su edad. Tampoco sus poses. La sinopsis decía lo siguiente: “Amy tiene 11 años y se queda alucinada con un grupo de baile de chicas. Para unirse a ellas, empieza a explorar su feminidad, desafiando las tradiciones de su familia”. Es cierto que la elección de las líneas descriptivas y de la imagen puede que no fueran las más adecuadas, pero eso sirvió para que muchos sentenciarán: Netflix estaba sexualizando a menores e incitando a la pedofilia.
La bomba explotó, los comentarios se hicieron virales y los hashtags #netflixpedofilia y #boicotNetflix se convirtieron en Trending Topic. Nadie se esperó a ver el filme, tampoco pidieron explicaciones, o preguntaron al sabelotodo Google para ver qué era eso de ‘Mignonnes’. Si lo hubieran hecho lo primero que hubieran comprobado es que la película ganó el premio a la Mejor dirección en el Festival de Sundance, cuna del cine de autor y de las películas más comprometidas. Que además estuvo en Berlín, donde ganó una Mención Especial del Jurado, y que había ya decenas de críticas sobre la película y entrevistas con la directora en las que quedaba claro que en esa película no había nada de eso.
Mignonnes critica, precisamente, el fundamentalismo religioso y la hipersexualización de las menores. Lo hace a través de su protagonista, una niña de once años de origen senegalés, que para escapar de la influencia materna, musulmana de valores hiper tradicionales, se integra en un grupo de baile de niñas en los que reproducen toda la hipersexualización de los cuerpos femeninos que ven en el audiovisual actual. El grupo de niñas de la película es una crítica a todos estos concursos en los que se obliga a menores a explotar su cuerpo, igual que ocurría en Pequeña Miss Sunshine, una crítica a los concursos de modelos infantile que tanto se llevan en EEUU.
Aquí la crítica es a toda la sociedad occidental que ha convertido eso en un modelo aceptable y que no se preocupa porque niñas jueguen en el patio a hacer twerking con minifaldas y que su único deseo sea ir maquilladas, y vestidas como ven en ciertos videoclips. La directora explicaba en el certamen que la idea del filme e le ocurrió tras asistir a un evento en París, donde vio a un grupo de niñas de 11 años realizar un baile muy sexualizado. "Estaba tan sorprendida. Sólo me podía preguntar: ¿Qué estoy viendo?”, a partir de ahí comenzó a investigar sobre cómo las redes sociales presionan a los niños para que se vistan provocativamente, dijo entonces. El filme, además, se estrenó en Francia donde la crítica no señaló ninguna controversia.
Hoy en día, cuanto más sexy y objetivada es una mujer, más valor tiene a los ojos de las redes sociales. Y cuando tienes 11 años, no comprendes realmente todos estos mecanismos
“Vi a chicas muy jóvenes en redes sociales que tenían más de 400.000 seguidores y traté de entender por qué. No había razones, más allá del hecho de que habían publicado fotos sexys, eso es lo que les había traído esta "fama". Hoy en día, cuanto más sexy y objetivada es una mujer, más valor tiene a los ojos de las redes sociales. Y cuando tienes 11 años, no comprendes realmente todos estos mecanismos, pero tiendes a imitar, a hacer lo mismo que los demás para obtener un resultado similar. Creo que es urgente que hablemos de ello, que se debata el tema”, explicó en otra entrevista en Cineuropa.
A pesar de todo ello, Netflix aceptó parte de su pecado, y ha cambiado la imagen promocional y ha emitido un escueto comunicado en redes sociales en los que decían que sentían “profundamente el cartel inapropiado que utilizamos para Mignonnes. No estaba bien y no era representativo de esta película que se estrenó en Sundance. Ya hemos actualizado la descripción y la imagen principal". Ahora queda por ver si el filme también se convierte en un éxito cuando se estrene en las próximas semanas, o si la polémica se quedó enterrada en las redes sociales.