El año pasado, cuatro de las diez películas más taquilleras de año fueron de superhéroes. El anterior, tres de las cinco más exitosas. No hay dudad que los héroes mandan, que la gente quiere que les cuenten estas historias. Necesitamos un salvador que nos libre del mal, al menos en la pantalla. Alguien que nos defienda de cualquier amenaza externa y que encima lo haga en una película que es pura evasión y entretenimiento.
Mientras que fuera el cine de superhéroes y las adaptaciones del cómic han seguido casi todas la misma línea, incluso algunas han repetido esquemas de manera formulaica, en España todavía no nos hemos atrevido a meternos de lleno en el género. Las pocas aproximaciones han sido desde la parodia, usando personajes como Superlópez, que en el fondo es la versión cañí del gran héroe americano, Capitán América. Pero, ¿por qué no podemos tener nuestro propio Batman?, ¿nuestro propio justiciero que no tenga que justificarse por ser español?
Eso es lo que propone precisamente Orígenes Secretos, la ópera prima de David Galán Galindo que ha estrenado Netflix y que adapta su propia novela. Galindo sorprende con una auténtica película de súperhéroes que se desarrolla en Madrid en vez de en Gotham. No hay parodia, hay un respeto por el género y una autoconsciencia que le hace reírse de sí misma todo el rato. Una película que mezcla los asesinatos en serie de Seven con un clásico filme de orígenes del héroe, en este caso un Javier Rey que interpreta a un policía que deberá investigar unos crímenes que imitan las creaciones de superhéroes de cómic. Para ello se juntará con un friki al que da vida Brays Efe y una jefa amante del cosplay a la que da vida Verónica Echegui.
Una propuesta juguetona, llena de ritmo, referencias al género -con cameo de Stan Lee incluido-, mucho humor, acción, y una química brutal entre Rey y Efe, que forman unos Batman y Robin que para sí quisieran muchas películas de Hollywood. En un 2020 en el que casi todos los filmes de superhéroes han retrasado su estreno, la mejor propuesta llega de España y rompe con lo que se había visto aquí hasta ahora. Esa era una de las ideas de su director, que confiesa que los precedentes no se lo ponían fácil: “En cuanto hablábamos de una historia de superhéroes en España tenía que ser o comedia o parodia, y yo como consumidor de cómics quería que fuera serio. No podemos competir con la idiosincrasia americana, pero no tenemos porque reírnos de ello, por eso esta este vehículo para que la gente no la rechace de primeras y creé este thriller de asesinos en serie, porque un tío con máscara parece que no es creíble, pero que un tío mate a siete personas de forma horrible sí”.
Un director que ha sido “lector de cómics desde los siete años” y que no tiene miedo en reconocer que es un “guionista de cómics frustrado” y que “si tuviera nivel de inglés suficiente me hubiera encantado guionizar Spiderman”. Por eso ha querido representar en su película a gente “como yo” y dejar claro que frikis somos todos no sólo aquellos que leen historietas. Lo ha hecho “con mucho amor y pensando en esas cosas que siempre soñó que le gustaría hacer cuando escribiera su propia película de superhéroes.
Orígenes secretos es una película para romper con los prejuicios hacia los cómics, algo que cree que “es un poco absurdo en 2020”, con ella espera poner “la primera piedra para que a partir de ahora cuando pensemos en una historia de superhéroes no tengan que ser cañís o enfocadas desde la parodia”. “Desde luego uno de los problemas que tenía yo para venderla es que no había referentes, me decían que a qué película se parecía, y las americanas les daba igual, querían algo que se pareciera en el cine español, y eso me ponía en grandes dificultades porque tenían que ver algo que se hubiera hecho y que hubiera funcionado. Además, si era de superhéroes tenía que ser una comedia loca, porque incluso ven una tienda de cómics y piensan, ‘un friki, qué risa’, y había que convencerles del tono”, explica sobre el proceso de producir el filme.
Y en las películas de superhéroes hay algo que siempre se busca, comenzar una saga, algo que David Galán Galindo reconoce que le encantaría, pero que por si acaso la hizo con final cerrado. “Si nos quedamos aquí, nos hemos quedado todos a gusto, pero sí que me gustaría que fuera el origen de una saga, porque juega con un concepto, que es que las historias de superhéroes no terminan nunca, siempre dicen ‘continuará’, y me encantaría, pero eso depende de si hay clamor”, por si acaso ya tiene “muchas ideas para continuar”. Nuestro Batman ha nacido, ahora queda que le dejen volar.