Este Festival de Venecia pasará a la historia. No lo hará por ninguna de las clásicas polémicas, por la presencia (o no) de Netflix o por las estrellas que pisen la alfombra roja. Esta edición será recordada por todos por ser el primer gran festival que se desarrolla tras la pandemia del coronavirus, que ha tenido a todo el mundo metido en sus casas durante meses. La Biennale ha tomado la decisión valiente de realizar el certamen, y para ello ha extremado las medidas de seguridad, entre ellas llevar mascarilla en todo el recinto.
Esto está provocando imágenes únicas, como la de la presidenta del jurado, Cate Blanchett, apareciendo en el photocall de inicio del certamen con una mascarilla quirúrgica. El coronavirus ha centrado su primer acto como ‘jefa’ del jurado en la edición más femenina de Venecia, y ha aprovechado para hacer un llamamiento a todos para recuperar las salas de cine en un momento crucial para ellas.
“Si alguna industria va a resurgir de una manera más creativa, más resistente y más imaginativa será la industria del cine. Estoy muy esperanzada. Es obvio que hay muchos retos en el camino. Estamos saliendo del monopolio del streaming de los últimos seis meses, y cómo reabrir los cines es la conversación más importante que tenemos que tener. Y a medida que resurgimos, nos vemos forzados a reexaminar aspectos que no habíamos examinado hasta ahora, como la tecnología del streaming y sus implicaciones en el cine, en la forma que tenemos de verlo. Y de hacerlo. Ahora tenemos una gran oportunidad de hacernos esas preguntas”, ha dicho con contundencia.
Siempre me he referido a mí misma como ‘actor’. No pienso en ese lenguaje específico de género y soy de una generación en la que la palabra actriz se usaba en un sentido peyorativo
La actriz defendió que "cada vez que se parte de cero es hora de tirar todo lo que pensabas que sabías y arriesgarse a fallar. La industria reemergerá más resiliente, creativa e inventiva. Estoy llena de esperanzas en este sentido. Hay muchos retos". Todo ello en un festival que siempre le ha hecho la ola a Netflix, admitiendo sus filmes a competición cuando otros como Cannes prefirieron poner puertas al campo y defender a las salas. Blanchett se ha posicionado, e incluso ha reconocido que siente “un placer amargo y dulce al ver películas a casa, prefiero volver al modo tradicional de ver películas, en una gran pantalla". "Estoy de acuerdo en que se debe reabrir de forma segura y creo que la industria del cine como todas ha tenido meses dificilísimos y tiene que esforzarse en emerger de nuevo", instó.
Para Blanchett, que este festival se celebre es algo parecido a “un milagro” y confesó que estaba ahí en apoyo y solidaridad con los cineastas que tuvieron que completar películas en circunstancias muy desafiantes y difíciles ”. También opinó sobre la respuesta de países como EEUU a esta pandemia, cuando otros como Italia ya habían sufrido sus consecuencias: “El ‘tío dinero’ siempre es el miembro más importante de la familia. Me parece extraño que a la Organización Mundial de la Salud no se le permita liderar este desafío global. Creo que somos una especie muy extraña que no aprendemos de los ejemplos dolorosos, por ejemplo, lo que sufría Italia y la forma en que se manejaron las cosas en los países que fueron afectados al principio. Es algo muy extraño que todavía no entiendo del todo, que nos comportemos de formas bastante obtusas, fragmentadas y destructivas ".
La actriz, que contó que tiene un proyecto pendiente con Claire Denis, no evitó ninguna pregunta, tampoco la que se le hizo sobre la decisión del festival de cine de Berlín, que acaba de suprimir las categorías interpretativas separadas por géneros para crear una única que no diferencia: “Siempre me he referido a mí misma como ‘actor’. No pienso en ese lenguaje específico de género y soy de una generación en la que la palabra actriz siempre se usó en un sentido peyorativo. Una buena actuación es una buena actuación sin importar la orientación sexual del intérprete que la realiza. Creo que lo más difícil es tener que juzgar el trabajo de otras personas. A menudo es lo más difícil, demarcación o no". Ahora le queda la tarea más complicada, entregar el León de Oro en una sección oficial que por primera vez se acerca a la paridad.