Hay una frase tópica que muchos dicen cuando acaban de ver una película. “Es una bobada, pero nos hemos reído muchísimo”. La frase contiene más miga de la que aparenta. ¿Cómo es posible que si una comedia nos hace reír la califiquemos de ‘bobada’? Parece que sólo el cine que quiere ser importante y trascendente es el que obtiene la calificación de bueno. Arte Vs entretenimiento, una polémica que existe desde que el cine es cine y que ha llevado a José Luis Garci a crear un libro donde defiende a esas películas que fueron calificadas como malas.
Para él no son malas, o sí, pero sobre todo han sido infravaloradas por una crítica sesuda que le da miedo reconocer que se lo pasa en grande con obras aparentemente intrascendentes. Películas malas e infravaloradas (Notorius ediciones) es un repaso a la historia del cine a través de muchísimos títulos que en su momento fueron masacrados. Muchos se han revalorizado con el tiempo, otros siguen siendo considerados como ‘tonterías’. Garci analiza decenas de ellas, desde su personal punto de vista y también se anima a realizar un montón de listas. Los mejores finales, las mejores sobre cine… Y no se le caen los anillos por incluir sorpresas como Resacón en las Vegas.
Un libro que llevaba mucho tiempo en su cabeza, pero que ha escrito durante el confinamiento. “He aprovechado que estaba ahí metido y de hecho ya estoy terminando otro”, dice el director desde el otro lado del teléfono. Garci explica que tras ver tantas películas ha llegado “a la conclusión de que he sido injusto con algunas de ellas sólo porque eran sencillas, entretenidas o sin pretensiones”. Películas que “nunca ocuparán un lugar de prestigio no sólo en las listas de las mejores del año, sino en los festivales o en los premios”. También revisita esas “que creíamos que eran buenas y nos hemos dado cuenta que eran pretenciosas, solemnes y aburridas”.
El director destaca una película que ahora es considerada una obra cumbre pero que en su momento no fue bien recibida: El gran carnaval. Parece mentira que la sátira de Billy Wilder sobre el sensacionalismo en los medios “Pasó inadvertida”, asegura Garci que apunta que también le pasó a Perdición. Algo que “pasó porque eran muy duras y la gente que las veía decía, ‘joé, es que somos nosotros”. De El gran carnaval además añade que tiene uno de los mejores personajes femeninos que se han escrito y con una de las frases que más le gusa: “No voy a misa porque cuando me arrodillo se me rompen las medias”.
Es inevitable no preguntarle al ver Resacón en Las Vegas en su lista de mejores comedias modernas -aunque es cierto que ganó el Globo de Oro-, y el ganador del Oscar por Volver a empezar argumenta que es “una comedia maravillosa, de una fuerza y de una velocidad enorme, es una verdadera maravilla”. Eso y que le encanta hacer listas. “A otro que le gustaba mucho hacer listas era a Umberto Eco… ese pasar a limpio películas siempre me ha gustado y he hecho libros sobre las 25 películas de mi vida. Lo de las listas nace porque mi madre le hacía la lista de la compra y yo cogía papel y lápiz y apuntaba”, recuerda.
En el cine español también hay “películas malas e infravaloradas”, y José Luis Garci se acuerda “de la trilogía de oro” que componen El día de los enamorados, Las muchachas de azul y Las chicas de la Cruz Roja. “Esa trilogía dice de España tanto como las películas más críticas, porque ves cómo era la sociedad, los autobuses, las chicas del Galerías Preciados, los pisos que anhelaban, cómo vestían… era un conjunto sociológico de una España que salía de la posguerra y rompía el gris de esa época con un color que no era tecnicolor, sino un color español un poco mate”.
De las películas de este año prefiere no mojarse tanto. Ha visto poco, y casi todo en Netflix. Allí ha visto sus dos películas favoritas de 2020: Mank y El juicio de los siete de Chicago. Eso sí, no se ve dirigiendo para la plataforma: “Escribir y pensar en luego tener que ir de despacho en despacho vendiéndola como si fuera un vendedor de libros a domicilio a gente que no es ni de mi edad ni de mi generación… a mí el cine que me gusta no tiene que ver con el que se está haciendo ahora. Un cine sin prisas, y el cine que propone Netflix no es así. Tenemos la suerte que vamos a poder decir que vimos morir al cine. Yo lo vi nacer, cuando ir al cine era casi como ir a marte”.